Los demás fascistas oligarcas que apoyan a su “tío Mike” como su yerno y heredero Fredy Nasser, el banquero de Camilo Atala, Jaime Rosenthal y Gilberto Goldstein se encuentran en la encrucijada de seguir perdiendo poder económico y político o seguir estimulando estos hechos violentos que desnudan su insaciable sed de poder.
Mantener la zozobra y desarrollar la guerra de baja intensidad que se vive en Honduras son parte del estratagema terrorista que estos hijos del desierto pretenden seguir instalando para detener el movimiento social, cuya fuerza es indetenible.
Georgino Orellana denunció en sus trabajos periodísticos los vejámenes que las diez familias más ricas y fascistas de Honduras desarrollan para que Honduras siga viviendo en la pobreza, mientras los emporios económicos de los golpistas crecen en la anarquía financiera y económica en que se ha sostenido Honduras durante años.
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