viernes, 23 de abril de 2010

Nueva carta de la inteligencia militar


El asesinato del séptimo periodista hondureño Georgino Orellana, quien trabajaba de forma independiente en una televisora de la ciudad de San Pedro Sula en el norte de Honduras, es la primera carta lanzada por la inteligencia militar de Honduras ante una nueva forma de represión contra los que resisten vivir en la dictadura político-militar, religiosa-empresarial que sucumbe a Honduras. Este asesinato perpetuado bajo el gobierno de facto de Porfirio Lobo es un preambulo de lo que se viene.

Las asesorías de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se están poniendo en práctica por los esbirros de la Secretaria de Seguridad, las Fuerzas Armadas de Honduras y la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC).

El sobrino del asesino ochentero Gustavo Álvarez Martínez reafirma los genes que lleva en la sangre y con la simplicidad que caracteriza a Oscar Álvarez, manifestó que detrás de unos arbustos se encontraba el asesino del periodista Orellana, cuando salía de su trabajo.

Su formación política y militar que recibió en los Estados Unidos es la agenda que utiliza para regir como secretario de seguridad, cuyo puesto clave es desestabilizar a los que militan que en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).

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