sábado, 1 de mayo de 2021

Con tanta crisis, Honduras está en una "tormenta perfecta"


Radio Progreso

Para el economista salvadoreño Ricardo Castaneda, Honduras es el país de Centroamérica que se enfrenta en estos momentos a una confluencia de crisis que se ha convertido en la “tormenta perfecta”.

“Creo que Honduras actualmente está en medio de una tormenta perfecta porque adicionalmente a la pandemia se le suma una crisis económica que a su vez viene aparejada de una crisis social, sumémosle la crisis ambiental y por si fuera poco la crisis política, ése es el contexto de 2021”, dijo Ricardo Castaneda, Coordinador de país para El Salvador y Honduras del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, Icefi.

Radio Progreso (RP) hablo con Ricardo Castaneda (RC) sobre la crisis económica y los escenarios en Honduras.

RP. Crisis económica, ¿el mayor agobio para el país?

RC. Creo que Honduras actualmente está en medio de una tormenta perfecta porque adicionalmente a la pandemia se le suma una crisis económica que a su vez viene aparejada de una crisis social, sumémosle la crisis ambiental y por si fuera poco la crisis política, ése es el contexto de 2021.

RP. ¿Cómo está Honduras con el resto a Centroamérica?

RC. Los primeros datos, aunque falta que se confirmen, muestran que para el 2020, Honduras fue la segunda economía de Centroamérica que más cayó, únicamente superada por Panamá. Pero el mayor problema no es qué tanto cayó la actividad económica, sino los efectos que tuvo esa caída: un aumento potencial en términos de pobreza, de desigualdad, de retrocesos de indicadores de cobertura de educación, por ejemplo. Los impactos los va a seguir viviendo el país no sólo este año sino también en los próximos años.

RP. ¿Cómo hacerle frente?

RC. Desde el Icefi hemos alertado, desde el año pasado, que se tiene que contar con un plan con medidas de corto, mediano y largo plazo que establezcan un programa de recuperación económica, pero poniendo en el centro la garantía del bienestar de las personas. Una de las enormes consecuencias que ha mostrado esta pandemia es que los Estados, y particularmente en Honduras, no se cuenta con la capacidad ni siquiera para garantizar bienes y servicios básicos, por ejemplo, la salud.

RP. ¿Por dónde pasa la recuperación económica?

RC. Uno de los pasos fundamentales es garantizar la vacuna a toda la población porque la vacuna no sólo va a permitir controlar la pandemia, sino que puede ayudar a recuperar la economía.

RP. ¿Cómo es que llegamos a esta confluencia de crisis que usted hace llamar “tormenta perfecta”?

RC. Hay que señalar que esto no es culpa de la pandemia. La pandemia lo que hizo fue agravar los problemas que ya venía arrastrando Honduras. Si uno revisa las estadísticas, ya Honduras era uno de los países más desiguales del mundo, era de los países de Centroamérica que tenía los mayores niveles de pobreza y esto podía ser explicado por la forma cómo se había manejado el presupuesto público.

RP. ¿Está más preocupado el Gobierno por mercadear su imagen que por atender los graves problemas del país?

RC. Nosotros hemos insistidos en que donde se observan las prioridades de un país es en el presupuesto. En Honduras hemos observado que mientras se reduce el presupuesto de Salud y Educación se aumenta para Defensa, y a la vez hemos sido testigos como se incrementan los recursos que el gobierno destinado para contratar a “lobistas” en Estados Unidos. Cuando uno revisa la Inversión Pública en niñez y adolescencia, se da cuenta que al día Honduras destina menos de 20 lempiras por cada niño y niña, es decir que con menos de 20 lempiras se les debe garantizar educación, salud, temas de protección ambiental, protección social. Es realmente una inversión muy baja.

RP. ¿Cómo ha sido el comportamiento de la deuda pública en estas crisis?

RC. En Honduras se ha venido incrementando sustancialmente, esto se debe porque los ingresos, a través de los impuestos, se han ido reduciendo, pero los gastos se han ido incrementando. Si uno revisa los datos, para el 2019 la deuda de Honduras era del 50% del PIB (Producto Interno Bruto), eso significa que por cada 100 lempiras que se producen en el país, 50 lempiras ya se debían. Producto de la pandemia y de las medidas adoptadas por el Gobierno, la deuda se ha incrementado y para el año 2020 nosotros estimamos que la deuda cerró el 62.5%, es decir que ahora de cada 100 lempiras que se produce en todo el país, 62 lempiras con 50 centavos ya se deben.

RP. ¿Cuáles deberían ser las prioridades del gobierno?

RC. Es urgente tener un plan anticrisis donde un tema prioritario debe ser la vacunación. Es fundamental establecer políticas sociales que permitan que las personas que en este momento no tienen qué comer o están en situación de pobreza, salgan de esa situación. Los distintos organismos mundiales ahora tienen un consenso en el que si no se protege el bienestar de las personas va a ser difícil salir de esta crisis.

RP. ¿Y dónde queda la parte fiscal?

RC. Todo esto debe ir emparejado en una reforma fiscal, en el caso de Honduras es fundamental que los distintos actores de la sociedad puedan acordar un pacto fiscal en el que permitan responder tres preguntas claves: cuál es el país que queremos, cuánto cuesta ese país que queremos y cómo lo vamos a financiar. Los problemas son tan grandes que se requieren de esos acuerdos políticos.

RP. ¿Qué actores deben participar?

RC. Por supuesto que deben participar los partidos políticos, pero también la clase trabajadora, debe de participar el sector privado, pero también las distintas expresiones de la sociedad hondureña: mujeres, jóvenes, organizaciones de niñez y adolescencia, pueblos garífunas. Cuando estamos hablando de un pacto fiscal estamos hablando de la posibilidad de construir una sociedad como resultado del consenso de la mayor cantidad de actores posibles para que tenga legitimidad.

RP. ¿Qué impacto ha tenido la imagen internacional de Honduras?

RC. Cuando uno revisa el perfil de riesgo de Honduras se puede apreciar que se ha deteriorado. Eso es importante porque significa que la atracción de inversión extranjera que pueda tener el país se ha limitado. Es importante que las nuevas autoridades puedan entender que el tema de la transparencia, rendición de cuentas, respeto del Estado de derecho, de la libertad de prensa, deben ser pilares fundamentales para recuperar la imagen y de esa manera se pueda atraer inversión.

RP. ¿Vienen incrementos de impuestos o nuevos impuestos?

RC. Mientras no se tenga controlada la pandemia no hay garantía que la economía se va a recuperar. Algunos países han tomado nuevas medidas de confinamiento por la nueva cepa del virus. Desde el Icefi hemos sido muy enfático: si se van a tocar los impuestos debe hacerse con el sentido de progresividad, es decir, que las personas que tienen más deben pagar más. Dada la estructura tributaria que tiene Honduras, la mayor parte de impuestos proviene de impuestos indirectos como es el caso del impuesto sobre ventas, ISV, que lo paga toda la población independientemente de la situación de pobreza que se tiene.

RP. ¿Hay posibilidades de algún alivio o condonación de deuda?

RC. Si es posible, pero es muy importante señalar que, aunque se pueda dar ese escenario, no se lograría aliviar todos los problemas de deuda que tiene el país porque los acreedores principales que tiene a nivel interno son los bancos privados y a nivel externo también son inversionistas privados, por lo tanto, la mayor parte de la deuda de Honduras no está con organismos multilaterales.

RP. ¿Cómo hacerle frente a la corrupción?

RC. En el caso de Honduras, hemos sido testigos cómo, además de la pandemia del coronavirus, se ha disparado la pandemia de la corrupción. Hay una vacuna contra la corrupción que no falla y es una que combina participación ciudadana, acceso a la información y la no impunidad. Para eso es indispensable avanzar hacia una agenda integral en el que se garantice acceso a la información pública, pero en el que la ciudadanía también pueda participar activamente.


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