sábado, 9 de noviembre de 2019

"Honduras va a un estallido social"



El Sociólogo Eugenio Sosa describió que Honduras está viviendo tiempos bastantes particulares, históricos, complejos y complicados en relación a la crisis que envuelve al país. Señaló que todos los análisis apuntan que se vive una crisis general y profunda.
“El proceso de democratización, esta idea de profundizar la democracia, de consolidar la democracia que existía en las últimas décadas, desde los 80´s para acá, se agotó, se estancó, se paró, y no sólo eso, sino que entró en un proceso de reversa profundo, cada vez más se reducen los espacios democráticos, civiles, políticos, de participación ciudadana, y cuya mayor caricatura la refleja el gobierno que está ahora en el poder, un régimen profundamente autoritario que ha llevado a que se le considere una dictadura” dijo Sosa en entrevista con Radio Progreso.

Los amarres

Pero señaló que el gobierno actual se construyó como tal gracias al apoyo de actores importantes del poder que se benefician de esa figura y de ese ejercicio dictatorial. El gobierno de Juan Orlando Hernández se sostiene gracias a que los empresarios más poderosos le siguen acompañando porque a pesar de los reclamos de algunas voces críticas de las cúpulas religiosas, el gobierno sigue teniendo, si no su aceptación abierta, si su tolerancia, y más que todo porque hay un instrumento armado que se está beneficiando como nunca de la crisis.

“Hay que romper con esa falacia de que la crisis nos afecta a todos y que hunde al país, la crisis afecta al pueblo hondureño, a los sectores más populares, a los sectores medios pero esta crisis va en consonancia con los grandes beneficios de un grupo que apoya al régimen dictatorial y que se beneficia de lo que este régimen dictatorial hace incluyendo el gobierno de los Estados Unidos que les permite hacer como nunca e intervenir como nunca” señaló Eugenio Sosa.

Institucionalidad débil

El sociólogo analizó que Honduras nunca tuvo una institucionalidad sólida, fuerte, democrática, transparente, siempre ha tenido problemas aunque reconoció que se han hecho intentos de modernización del Estado como construir una institucionalidad de contrapeso como el Ministerio Público, el Instituto de Acceso a la Información y la representación de algunos derechos de sectores excluidos como las mujeres, hubo en un momento avances institucionales como los esfuerzos de desmilitarización, pero que todo esto ha sido lanzado a un retroceso y se ha destruido a tal grado de convertir la institucionalidad en un instrumento al servicio del “dictador”.

Dijo que el juicio contra Tony Hernández y su condena en Nueva York develaron la escoria de institucionalidad que tiene el país y tiró por la borda las estrellas del Fiscal General de la República, demostrando que se tiene a un Ministerio Público inservible.

“Cuesta mucho seguir usando el concepto de Élite Política porque derivaron en una especie de grupo armado, constituido, organizado para cometer ilícitos en el país donde han drenado el Estado en los casos de corrupción que hemos visto en donde usaron, por lo menos según los fiscales que llevaron el caso contra Tony, toda una instalación institucional, policial, militar y de influencias para ponerse al servicio de los carteles de la droga nacionales e internacionales” manifestó Sosa.

Ciudadanía activa

Honduras se ha mantenido en una lucha abierta en una sociedad polarizada que busca provocar el cambio, un cambio que está bloqueado y obstaculizado pero aun así se mantienen una lucha que también es acompañada con mucho desencanto y desesperanzas sobre todo de algunas voces.

“Este desencanto y desesperanza de la gente tiene que ver con el sentido de urgencia de cambios, y cuando ese cambio lo queremos ver mañana y la gente hoy no está en la calle produce desesperanzas y desencantos, y lo más grave es que produce calificativos hacia la ciudadanía y hacia el pueblo hondureño que no me parecen justas, y algunas comparaciones que no me parecen justas, no son justas ni correctas ni políticamente ni sociológicamente” reflexionó Eugenio Sosa.

Explicó que las Ciencias Sociales, sobre todo la Historia y la Sociología han hecho una cantidad de estudios de las experiencias revolucionarias y de rebelión en el mundo, y siempre surge una pregunta y es por qué, a veces, cuando hay condiciones y necesidad de que la gente se rebele no siempre lo hace.

“Yo te diré que hay una especie de constancia que uno olvida fácilmente y es que cuando los estallidos se producen casi siempre, con raras excepciones, son cuando menos se los esperaba la gente, se producen por algunos elementos detonantes que uno se pregunta de dónde vienen, cuando son investigados y se hacen los estudios se concluye en que sí habían razones para que se produjera” dijo el sociólogo en entrevista con Radio Progreso.

Dijo que es injusto cuando se dice que en Honduras no ocurre nada y en Chile Sí, pero a la vez aclara que Chile tuvo que pasar cuatro décadas para que se produjera lo que hoy impresiona. Insistió en que hay que ser justos porque Honduras, en los últimos diez años, ha estado en movilización permanente.

Bloqueos al cambio

“Hay unos bloqueos globales estructurales que atentan contra el ejercicio de la ciudadanía. Primero no hay que olvidar el 65% de la población en pobreza y el 42% en pobreza extrema, es una mayoría de la población precarizada que no tiene espacio ni tiempo para la política, y obviamente tampoco tienen la lectura, porque no hemos hecho el trabajo suficiente, de leer que toda esta corrupción, crimen organizado y este gobierno tal como es, que está echándose literalmente las instituciones a la bolsa, le provoca enormes daños a esa situación que tienen” aseguró el catedrático universitario.

Sosa dijo que otro obstáculo para el cambio es el pensamiento de que en todos los lugares pueden hacerse cambios menos en Honduras. Lo calificó como una especie de impotencia autoconstruida, una estrategia que muchos medios de comunicación usan.

Aseguró que le impresiona como para muchos medios de comunicación un día el pueblo hondureño es héroe porque ha hecho una gran movilización y al otro día se merece al dictador. Se preguntó cómo es que hace apenas tres meses el pueblo era héroe en las movilizaciones contra la privatización y luego, dos, tres meses se convirtió en un pueblo envilecido, cómo pasó de lo heroico ha envilecido, y lo más grave, dijo, es que se lo terminan creyendo hasta los líderes.

“Esa otra idea que se le ha vendido al pueblo de que cualquier cosa en Honduras no cambia si es que Estados Unidos no quiere. Le pongo un ejemplo: cómo podemos entender que una coalición de partidos políticos lanza hoy un comunicado a la lucha contra el dictador, pidiéndole a la gente que se lance a la calle… pero dos de esos firmantes, Luís Zelaya y Salvador Nasralla, más otra persona que ha estado convocando a movilizaciones y que ha ganado prestigio en la sociedad hondureña como es la doctora Suyapa Figueroa, mientras llaman a la gente que se vaya a las calles, ellos ya tienen comprado su boleto a Washington, aunque nosotros no lo creamos la ciudadanía hace lectura de quién le convoca y cómo le convoca” dijo Eugenio Sosa.

Camino a un estallido social

El Investigador Social, manifestó que existe un enorme combustible producto de la crisis, producto de las ruinas de la institucionalidad y producto de la crisis económica que va en crecimiento, para provocar un estallido social sin precedentes.

“Hernández (Juan Orlando), después del juicio Tony Hernández, quedó más que desnudo en su legitimidad, y todo esto es un enorme combustible donde no me extrañaría que en dos meses o seis meses tengamos un repunte de estallido social más grande incluso del de la Plataforma y del fraude electoral, no sé cuándo se va dar pero la pregunta es si cuando eso se produzca la dirigencia estará lista para conducir ese proceso y derrotar al dictador” manifestó Sosa

Cuestionó la idea que tienen muchos en Honduras que los cambios, producto de la lucha social, se pueden lograr mediante partidos políticos.  “Que alguien me diga en qué país, sobre todo donde hemos visto estos estallidos que tanto nos asombran y que luego decimos que ellos sin son buenos y nosotros no, con lo cual no estoy de acuerdo, que alguien me digan en cuál de esos países esos movimientos los ha conducido un partido político, yo no lo encuentro” aseguró el sociólogo.


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