viernes, 22 de noviembre de 2019

Continúa hostigamiento, vigilancia y amenaza contra criminalizados de Pimienta



Roque Jacinto Alvarenga es parte de los diez presos políticos de Pimienta, Cortés, que estuvo privado de libertad en El Pozo, tras ser acusados de haber participado en la quema de la posta de ese sector, de agredir a unos agentes policiales y por saqueo, durante la crisis post electoral de 2017.

Alvarenga, junto a otros de sus compañeros, recobró su libertad el 5 de mayo de 2018. Pensó que saliendo de la cárcel de máxima tortura como es la de El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, la tranquilidad y la paz regresarían a su vida, pese a estar asistiendo a los juzgados a firmar todas las semanas. Pero no ha sido así, su vida desde entonces se ha convertido en una odisea y él en nómada.

Vehículos sin placa con personas encapuchas, personas raras a pie o en bicicleta se acercan a su domicilio, descaradamente toman fotos y luego se van. Además de eso han irrumpido en su vivienda en varias ocasiones, lo que lo obligó a reforzar las puertas y ventana para evitar que estos desconocidos pueda penetrar en ella.

Ante tanto hostigamiento y persecución, Roque Jacinto Alvarenga tuvo que abandonar su domicilio y trasladarse a otro sector para salvaguardar su integridad física y la de su familia, porque como dice él que es parte de ese “exterminio” que realiza la policía contra líderes sociales, estudiantiles y personas criminalizadas por las manifestaciones de la crisis post electoral de 2017.

“Actualmente con todos los acontecimientos que están pasando en Honduras donde se ve que asesinan a líderes estudiantil, líder de aquí, líder de allá, y pienso en mi interior que también soy parte de ese exterminio, pero ahí solo Dios sabrá, pero sí me siento bastante inseguro”, confesó a defensoresenlinea.com Roque Jacinto Alvarenga.

Indicó que el hostigamiento ha seguido desde el momento que salieron de El Pozo, donde ha seguido la persecución para ciertas personas, “en este caso me ha tocado a mi”.

“La Persecución ha sido bastante grande, prácticamente lo tomo como cacería, porque irrumpen en mi casa a altas horas de la noche”, señaló Alvarenga.

Asimismo narró que hace dos meses llegaron en una Hilux Roja sin placas policías antimaras, que en horas de la madrugada de ese mismo día llegó una Ford Escape negra con gente de civil armadas con Ak 47 en mano, y que tres días después una Kia Sorento blanca se estaciona arriba de su cuadra, se bajaron  dos personas encapuchados con arma en mano y se dirigieron a su vivienda, afortunadamente él ya se había ido del sector.

Ya no estoy viviendo en mi casa, lógicamente por el temor de ser ejecutado, porque desde el momento que llegan, con esa forma de llegar, no llevan buenas intenciones para nadie, confesó Alvarenga, quien está a la espera de que se realice la audiencia para proposición de pruebas e irse a juicio oral y público por los delitos que el Ministerio Público los acusa y por los cuales estuvo privado de su libertad en El Pozo por cerca de seis meses.

“La vez pasada mi sobrino estaba cerca de la casa, pasó un muchacho en calzoneta, con un trapo tapándose su rostro y una gorra, se puso descaradamente a tomarle foto a mi casa. Vino mi sobrino me llamó y me dijo tío esto está pasando y le dije yo que lo siguiera a ver hasta donde llegaba, solo caminaron una cuadra cuando la patrulla llegó a traer al muchacho. Desde esa vez ha vuelto a pasar tres veces que ha llegado a fotografiar mi vivienda”.

Ante estos acontecimientos, que han sucedido seguidos, Roque tuvo que cambiar de domicilio por el miedo, y además confiesa que no puede trabajar a gusto porque siempre lo localizan.

“Últimamente estuve en Villanueva trabajando arreglando una fachada en una casa y cuando de repente volteo a ver por la espalda, miro la Hilux color roja parqueada, bajan los vidrios y los encapuchado solo me quedan viendo, se quedaron como unos diez minutos hablando por teléfono y yo para donde me hacía, solo dije ya me llegó mi día, de ahí subieron los vidrios y se fueron”.

También denunció que no solo él ha sido víctima de persecución y amenaza, mencionó que otro de su compañero vías redes sociales ha recibido audios, mensajes donde es amenazado por agentes de la DPI (Dirección Policial de Investigaciones) asignados a la posta de Pimienta.

“Es una situación incómoda, ya por si esto era complicado para nosotros, después de salir de prisión fuimos discriminado socialmente, ahora se me complica más porque tengo que andarme cuidando no sé de quién y no sé con qué intenciones me buscan, si para ejecutarme, para llevarme a prisión o qué sé yo”.

Ese 26 de diciembre de 2017 la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA) y Tropas de Inteligencia, Grupos de Respuesta Especial de Seguridad  (Tigres) y la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) realizaron allanamientos en varias colonias y barrios de Pimienta, llevándose varios detenidos.

De los detenidos, once fueron acusados de participar en saqueos de negocios, de agredir a agentes policiales y de quemar la posta policial de Pimienta durante las protestas contra el fraude electoral del pasado 26 noviembre de 2017.

Los que fueron acusados, entre ellos una mujer, son Daniel Eduardo Santos Ordóñez, José Orlando Santos Ordóñez, Edwin Nahún Amaya Sánchez, Mynor Ariel Reyes Mejía, Roque Jacinto Alvarenga Corea, Wilfredo Cáceres Sagastume, Francisco Miguel Gómez Martínez, Melvin Mauricio Chávez Pérez, Jonathan Ricardo Perla López y Santos Ramón Paredes Quiroz, quienes fueron enviados a El Pozo, y Lourdes Johana Gómez Núñez que fue traslada al centro penal de Tela, Atlántida.

Estos onces va audiencia de proposición de pruebas en los Juzgados de San Pedro Sula.

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