martes, 9 de mayo de 2017

Seguir la luz de la libertad



Por Héctor Flores *

Mayo es el camino de la victoria escribió en su momento el gigante hondureño Ramón Amaya Amador.  Y legó un documento histórico de lectura obligatoria para todos los y las hondureñas que se plantean marcar la diferencia por esta Honduras. Y plasmó en él las líneas posibles, las rutas viables, hacia libertad definitiva de esta gente, en sus pueblos. Y desde entonces Mayo llueve rocíos en las mañanas del día del trabajador y la trabajadora que se consumen rápidamente con los eternos y calientes veranos instalados en nuestra bien amada Honduras. ¿Qué nos pasó?

Con el tiempo la huella de la victoria soñada de los humildes, la que nos llevaría a buen futuro y a la consiguiente instalación de la nueva patria, se ha ido apagando, ha dejado de ser luminosa. Mayo sigue siendo la ruta, ahora incluso más firme que nunca, pero necesitamos retomarla, asumirla, hacerla posible. Para Amaya Amador, mayo era la primavera no el día, era la vida en lucha no el mes de la lucha. Un planteamiento filosófico radical de acción para las masas, para la reivindicación de clases y por la liberación nacional, no la nostalgia por el pasado que imposibilita ver el futuro. 

Mayo debe dejar de ser el gueto en el que nos hacemos felices - los que nos endulzamos en los anaqueles de la historia - y abrirse radicalmente a la propuesta de cambio con la participación de todos y todas. Desde cada organización, con cada liderazgo, en todas las trincheras posibles  y con todos los diálogos necesarios. Más allá de egos personales, de discursos incendiarios pero sin brazas que sostengan el fuego, lejos de intereses institucionales y, de ser posible, al margen de la política/partidista que solo divide y amorfa al movimiento social.

Estamos ante el desafío de enfrentar un modelo económico voraz, extractivista, colonialista y asesino. Un desafío ineludible y de alto riesgo que nos obliga a asumir dos condiciones simples pero definitivas: la honradez y la colectividad. Con la primera desmontaremos toda la estructura corrupta, el nepotismo, el servilismo y el pago de favores político partidistas en el cual se basa este modelo de sociedad. Con la segunda le haremos frente al entreguismo de la patria al discurso de la miseria necesaria, a las decisiones unilaterales y a la concentración del poder. Un desafío que nos impone la tarea de limpiar en la casa propia aquellos actos - por simples que parezcan - que se sustentan en las prácticas putrefactas del entreguismo y la traición de algunos mal llamados representantes del pueblo que solo buscan su cuota de poder y placer.

Volver a  Mayo como el camino de la Victoria es una acción transtemporal, que tiene sus orígenes en las históricas luchas pero se plantea resultados en el futuro cercano. Es ver atrás y aprender  lo necesario para alimentar la esperanza. Para enarbolar las banderas de quienes prefirieron el destierro, la miseria, las torturas y la muerte que vender a su pueblo. Pero no es celebrar por celebrar, no es emocionarnos y como el fuego que se alimenta con leña de palma apagarnos unos minutos después y esperar hasta el próximo año. Es reencaminar la lucha, tomar impulso. Es dejar la nostalgia y asumir el compromiso hoy. Es luchar todos los días y no solo las horas posibles del primero de mayo. Es un asunto de convicciones en donde no se va por los flashes de las cámaras o los reconocimientos banales sino por alcanzar la libertad definitiva para la patria soñada.

Las y los pobres de Honduras se levantarán, tomarán sus manos y las convertirán en herramientas para libertad. Los opresores y todos aquellos que traicionen la causa del pueblo caerán uno a uno y en la tierra liberada, la de esta Honduras amada, germinará la semilla que nos dará humanos dignos para siempre...

* Chaco de la Pitoreta

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