martes, 23 de mayo de 2017

Finalizó la huelga bananera en el Valle de Sula



La dignidad y valentía de dos mil 80 obreros y obreras de 10 fincas bananeras en el Valle de Sula, que se mantuvieron por 17 de días en paro de labores, comenzó a dar algunos frutos después de llegar a un acuerdo con la transnacional Chiquita Honduras.

Durante la huelga se exigió la reactivación del plan de asistencia médica establecido en el contrato colectivo, el que dicta la prestación de los servicios de salud en el hospital más cercano y atención primaria de calidad en los dispensarios ubicados en las empacadoras de cada finca bananera.

La clase trabajadora hoy reinició labores después del acuerdo firmado por una comisión de obreros y ejecutivos de la transnacional en el que resalta la reactivación del contrato con el Hospital Lima Medical Center y dar un periodo de tres meses de prueba a la atención en los dispensarios que brinda la cuestionada empresa MAFRE, de la cual hay varias denuncias “de pésimo servició”, de acuerdo a testimonios de empleados.

Otro de los acuerdos es evitar cualquier tipo de represalias contra la clase trabajadora que permaneció en lucha, mientras la empresa se negó a pagar los salarios dejados de percibir en los 17 de días de paro de labores desarrollados en las fincas: Indiana, Mopala, Santa Rosa, Limones Laureles, Ceibita, Corozal 6 y Corozal 7, ubicadas en La Lima; la finca Omonita, de San Manuel, en el departamento de Cortés, y la Finca Cob de El Progreso, Yoro.

Desde el 9 de mayo las bases del Sindicato de Trabajadores de la Tela Railroadcompany (Sitraterco), recriminaron el acuerdo firmado entre la junta directiva del sindicato y Chiquita Honduras, la cual los obligaba a regresar a labores sin dar una solución definitiva a su demanda. Los obreros y las obreras lograron, pese a la adversidad y las amenazas de la empresa, mantener firme el paro de labores.

“Vamos compañeros, la empresa sin nuestra mano de obra no es nada. Estamos luchando por lo único que nos queda del contrato colectivo”, manifestaba una obrera a sus compañeros y compañeras de trabajo en una finca de La Lima, cuando llevaban el día número 15 de paro de labores. 

Precariedad laboral en las bananeras

Después de los acuerdos firmados, este viernes 19 de mayo se reiniciaron los trabajos, sin embargo las precarias condiciones laborales continúan en las diversas fincas bananeras. "Los bananos hondureños que se consumen en Estados Unidos y otros países son producidos en penosas condiciones laborales, allí va nuestro sudor, dolor y lágrimas”, dijo una obrera mientras atendía a una de sus compañeras que se había desmayado ante la falta de alimentos y la alta temperatura que predominaba en la finca Corozal 6 -Se cumplía el día número 11 de la huelga.

Entre todo el conglomerado humano que trabaja en las fincas bananeras es la mujer la que está expuesta a infinidad de riesgos, que van desde la exposición a los químicos, jornadas de trabajo hasta de 12 horas diarias de lunes a sábado sin recibir el pago de horas extras. En su mayoría, la labor la efectúan en las empacadoras.

“Nuestra labor es repetitiva y rutinaria; estamos de pie 12 horas diarias, lo que se traduce en agotamiento y riesgo de contraer enfermedades porque además aquí se emplean productos químicos que afectan nuestra salud y aquí tenemos contacto directo cuando manipulamos los bananos que vienen del campo”, aseguró una obrera quien pidió omitir su nombre por temor a represalias.

Las trabajadoras y trabajadores consultados sostienen que conforme van pasando los años perdiendo derechos o conquistas logradas. Explicaron que los equipos de protección son limitados y en las plantaciones de banano se sigue utilizando el bromuro de metilo y clorofilito.

Desde 1954 el cultivo del banano cambió el rumbo de la historia de Honduras y fue el escenario del surgimiento de un movimiento obrero pujante, cuya conquista más emblemática es la aprobación del Código del Trabajo en 1959.

Producto de la organización sindical, la clase obrera bananera mejoró sustancialmente sus condiciones laborales, marcando así la ruta de las aspiraciones del resto de las trabajadoras y trabajadores del país.

Sin embargo, de acuerdo versiones de trabajadores jubilados y algunos que siguen laborando en las fincas, desde hace 15 años, todo comenzó a ser distinto en el enclave bananero debido a que la transnacional cambió su forma de operar para garantizar sus ganancias. Con ello, se inició un proceso de deterioro de las condiciones laborales.

“Trabajando de lunes a sábado 12 horas diarias, mi salario no sobrepasa los 8 mil Lempiras al mes”, indicó una obrera; mientras que un trabajador de la finca Omonita dijo: “hace más de 10 años que nos quitaron los pequeños coches con los que jalábamos los tallos de bananos desde las fincas hasta la empacadora.

Ahora tenemos que hacerlo con nuestra propia fuerza, un obrero tiene que jalar hasta 25 tallos de banano por todo el cableado desde la finca hasta la empacadora y eso lo hacemos durante todo el día y así pasa en todas las áreas”, concluyó.

“El Sitraterco es el primer sindicato de Honduras, ha representado la historia de lucha y lo logros de los obreros, pero en los últimos años se han perdido las conquistas laborales que para nosotros significaron muerte, represión y demás sufrimientos, ahora los agremiados tienen que luchar para recuperar la beligerancia y conquistas laborales con las que nos caracterizó hace muchos años”, dijo un obrero jubilado que laboró por más de 40 años en las bananeras.

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