sábado, 20 de mayo de 2017

Quimistán y el estado de Honduras: Entre la ilegalidad e impunidad



Por Rodolfo Cortés Calderón

Quimistán es uno 298 municipios de Honduras ubicado en la zona noroccidental del país, específicamente en el departamento de Santa Bárbara. Goza de una centenaria historia que generó el surgimiento de San Pedro Sula, el más próspero municipio de Honduras, después del municipio capitalino de Tegucigalpa, su capital.

Quimistán es el municipio más rico en extensión territorial (745.3 km2); bienes naturales (suelos, aguas, bosques, climas) y una laboriosa población de aproximadamente 40,000 habitantes en el departamento de Santa Bárbara.

Pero a pesar de tantas bendiciones naturales, tradiciones y ubicación geográfica estratégica, es uno de los municipios menos desarrollados de Santa Bárbara. Su población es de origen Lenca y Chortí en su mayoría. Tiene muchas comunidades que no disponen de agua potable, energía eléctrica, escuelas, centros de salud, viviendas dignas, vías de comunicaciones, etc.

Además, a estos males endémicos se suma el desempleo, la violencia, el narcotráfico y la falta de autoridades judiciales y policiales tanto municipales como estatales que cumplan las leyes. Según analistas y defensores de los derechos humanos y de la vida el estado hondureño está en deuda con la sociedad al no haber judicializado el 96% de las muertes violentas en Honduras, pero en el caso del municipio de Quimistán podría llegar al 100% de impunidad. Ni las autoridades municipales, ni estatales, ni militares hacen nada, mucho menos la Policía y a esto se agrega la desilusión que este municipio cuenta desde hace más de media centuria con el II Batallón de Artillería que recibe muchos millones de la tasa de seguridad, pero sin logros.  

El sacerdote Miguel Pozuelo, párroco y miembro del equipo sacerdotal pasionista de Quimistán, teniendo como base las lecturas bíblicas del domingo 14 de mayo, concretamente el Evangelio de Juan, 14, 1-13 y en ocasión de celebrarse además este día el Día de las Madres de Honduras, enfocó su homilía en el versículo evangelista “Yo soy el camino, la verdad y la vida” enfatizando sobre el compromiso que todos los cristianos, cristianas y la sociedad en general debemos asumir para defender la Vida. Hizo una hermosa semblanza del rol que juegan las mujeres madres en este país ante tanta incertidumbre y desgracia -siempre apostando por la vida-, a la vez que exhortó a la defensa de la Madre Tierra, la obra del Creador que nos acoge, herida por tanta destrucción de parte de las grandes empresas extractoras de las cuales Quimistán no está exento, entre ellas las mineras, hidroeléctricas, forestales y ganaderas.

El padre Pozuelo hizo público que la Iglesia está documentando todos los casos de violencia y asesinatos que han sucedido en los últimos años en este municipio, supuestamente la mayoría de ellos por cuestiones políticas y otras por ajuste de cuentas entre el crimen organizado.

Para que las autoridades defensoras de derechos humanos nacionales e internacionales conozcan algunos nombres de personas asesinadas en los últimos años y recientemente, tomadas de la prensa nacional, recordamos a: Carlos Johnson, César Paz Cruz (29), Angelly Jackeline Paz Castellanos  (3), Modesto Funes Mejía (58), Luis Santos Martínez Mercado (60), Jorge Luis Martínez Pineda (17), Leo Abimael Enamorado Flores (60), Denilson Aldeir Castillo Rivera, Óscar Paz, Carlos Alberto Rodríguez Cisneros (19), Arnold Steve Rodríguez Sol (18), Mártir Aníbal Castro Ramos (18), José Wilmer Díaz Hernández y Julio Castro (45), pero en esta lista no están incluidos más de una docena de asesinados en Pinalejo no identificados, ni publicados.  

Pero los casos más escandalosos por ser estas personas miembros y funcionarios del gobernante Partido Nacional y del municipio desde hace más de un lustre están Pamilo Peña, ex Comisionado de Transparencia Municipal y Geovanny Rodríguez, ex gerente municipal de Quimistán, ambos estaban en funciones cuando fueron asesinados y su muerte como todas, ha quedado impune.

En un tiempo más lejano recordamos los asesinatos de los jóvenes Nery Melgar, supuestamente asesinado por la Policía frente al parque y a José Luis Rivera, universitario, masacrado delante de su esposa en su propia vivienda, ambos casos en Quimistán.

Según los medios de prensa nacional, Quimistán se ha vuelto uno de los 25 municipios de Honduras más peligrosos para vivir. De ahí el marcado escepticismo de la población hondureña a la cual el actual gobierno pretende engañar con cifras maquilladas de reducción de muertes violentas.

Exhortamos a las autoridades municipales y estatales a cumplir con su deber. No debemos olvidar que el alcalde de Quimistán don Juan José Guevara Figueroa tiene 4 periodos, 16 años, de ser alcalde y va por un quinto y su madre doña Martha Concepción Figueroa de Guevara es diputada por el departamento de Santa Bárbara desde el gobierno de Rafael Leonardo Callejas Romero (1990), lleva 7 periodos y va por el octavo y esta situación es de su competencia y responsabilidad. 

Esperamos que las autoridades judiciales municipales, nacionales e internacionales tomen en cuenta estas denuncias.

¡La vida es el más hermoso regalo dado por la creación a la humanidad y debemos cuidarla!

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