viernes, 26 de mayo de 2017

El Plan Educativo para qué



Hace unos días viví una crisis  nerviosa y de impotencia cuando varios docentes del COLPEDAGOGOSH – capítulo de El Progreso – me llamaron y dijeron que un docente – además considerado un gran amigo de esta fundación – dijo que Fe y Alegría Honduras era una de las ongs elegidas para llevar a cabo la privatización de la educación en Honduras.  Me dolió en lo profundo esa opinión no solo por el peso y responsabilidad que tiene tal señalamiento sino, también, por que quien lo dice es tan cercano y amigo que asumimos que si lo dice es por que es capaz de sustentarlo o miente de manera irreversible y dañina. Ya hablaré más adelante de ese tema. 
Pero lo del profesor se ha quedado corto este día. Como parte del proceso de formulación  del plan estratégico del sector educación 2017-2030 de Honduras nos hemos encontrado distintas organizaciones de la sociedad civil – incluido el COLPEDAGOGOSH organización a la que pertenece el amigo antes mencionado – y lo que ahí se dice sobre laeducación sí debe preocuparnos.

Tan doloroso y frustrante como que la calidad no es lo que importa, que las limitantes en este momento son insalvables y la forma de participación en la que todos debemos de vernos. Si estamos en la definición de un plan estratégico nacional de educación y no vemos la calidad como eje y la participación es efímera. ¿Qué futuro nos espera?

Pongan atención a esto, el señor Ramón Ulises Salgado es director del departamento de educación superior, es ex rector de la Universidad Pedagógica Nacional y actual asesor de la rectora universitaria dijo e intento ser textual “que se hagan algunos cobros como matrícula, compra de materiales y aportes en la gestión para la infraestructura educativa no significa que sea educación privada”. ¿Cuál es el criterio al que apela el señor Ulises  para esa aseveración tan drástica y fuera de tono?  ¿Para que estamos en Honduras construyendo un plan del sector educativo, si ese plan ya trae consigo las condicionantes de negación a un camino a la privatización que en la educación nacional se experimenta? ¿Por qué para el señor Ulises esos cobros no son privatización si atentan directamente contra la gratuidad, si ese acto  de pagar por simple que lo pinte niega el acceso a miles de hondureños, si ese pago amenaza la equidad y de paso es una violación al derecho humano a la educación constitucionalmente se nos garantiza?

No entiendo la idea del plan del sector educativo (aunque sé que es necesario) desvinculado de la realidad de violencia que azota las zonas. Es ver esa realidad y buscarle una salida inteligente no brusca y dantesca – casi idiota – como la que se plantea actualmente pensando que con las armas pacificaremos las sociedades. Para las actuales autoridades no son necesarias las aulas escolares en condiciones sino las cárceles de máxima seguridad, no son importantes los cuadernos y los lápices sino los rifles y sus balas, no son importantes los docentes sino los militares. Es decir no es importante si la educación es pública por que la calidad viene por lo privado y tampoco, entiendo yo, se vuelve importante la inversión por que esa ya no debería ser competencia del Estado sino de quien venda el servicio.

No entiendo la inversión en un plan sectorial si no hay inversión en un proceso educativo que se sustenta en la calidad y en la condición jurídica que lo sustente. En Honduras se reforma el Código Penal, se regulan leyes de participación ciudadana, se crean nuevos delitos y se penalizan normas de conducta en ves de mejorar e invertir en la educación como herramienta de aporte sólido a la definición de nuevas sociedades. Hace ya más de un par de años que se firmó y aprobó una nueva ley de educación y de esa ley hay, todavía y sorpréndase – reglamentos que no han sido siquiera discutidos y menos aprobados. No entiendo la velocidad con la que las autoridades del estado apuntalan la creación de universidades policiales y militares y diezma los apoyos a la universidad del pueblo, donde se debe formar el pueblo, la que es del pueblo.

No entiendo la intención de un plan del sector educativo que vincula y pone como parte del mismo a las universidades privadas con las públicas cuando las intencionalidades no son las mismas. Especialmente, y póngale ojo a esto, cuando en Honduras hay 6 universidades públicas de las cuales dos son estrictamente castrenses y en lo privado hay 19 privadas. Las universidades privadas no van detrás de la calidad sino de la oferta y la demanda, las universidades privadas van tras los lucros financieros y no en la formación de nuevas sociedades de justicia y equidad social que en el fondo ideal debe dinamizar a la educación pública.

Como Fe  y Alegría creemos en la educación pública y le apostamos a ello. Creemos en la necesidad de un plan estratégico como condición ineludible al cambio de paradigmas, pero ese plan debe nacer de la gente, con la gente y para la gente. No es – por tanto – un plan a favor de unas cuantas gentes sino del país entero. El plan tiene que ser más humano y menos tecnisista en su proceso mismo hacia la calidad y con ello a ser más sociedad que institucionalidad. Como Fe y Alegría dialogamos con todos los sectores, articulamos con todos los sectores, pero nuestra posición es y será siempre la misma: educación pública de calidad y como derecho para todos los y las hondureñas y punto.

De manera que el susto y la ansiedad que el amigo docente del COLPEDAGOGOSH me dio ya no me afecta tanto. Descubrí en este espacio la palabra del profe en mención no es su palabra, es la palabra de todo aquel se construye en sus propios guetos, que no se plantea los diálogos sino es desde la destrucción y vorágine en la que nos forman y nos guían los dinámicas actuales. Del resto confiamos nosotros, hablan con libertad y propiedad las escuelas, los docentes y los alumnos de las escuelas con las que compartimos la opción de la calidad educativa. 

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