miércoles, 24 de marzo de 2010

La impunidad en Honduras


RTVE

Fran Sevilla

Frente Nacional de Resistencia Contra el Golpe de Estado

Ya apenas se habla en los medios de comunicación de Honduras. La asunción de la presidencia por Porfirio Lobo y la nueva salida del país del derrocado presidente Manuel Zelaya se produjeron hace apenas dos meses, pero con los focos apuntando hacia Haití, asolado por el terremoto, poco fue lo que pudo leerse y contarse de una supuesta transición que en realidad fue la consumación del golpe de estado.

Probablemente el hecho más relevante, en términos simbólicos, de lo que realmente ha ocurrido sea el nombramiento, hace unos días, del hombre que ejecutó el golpe de estado, el general Romeo Vásquez, como gerente de la estatal Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel). El nombramiento se ha producido inmediatamente después de que el general Vásquez pasara a retiro desde la jefatura del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.

Es significativo que un militar que ha violado la Constitución, que se ha sublevado contra el presidente legítimo, que le ha introducido en un avión expulsándole del país, contra el que según la fiscalía hay indicios de delito, sea premiado de esta manera.

Me viene a la memoria la respuesta que me dio Porfirio Lobo cuando le pregunté si no temía, en caso de ser el nuevo presidente y si se consolidaba el golpe, como finalmente ha ocurrido, que se estableciera un precedente y tuviera que gobernar con la amenaza de que lo echen de la presidencia si no gusta lo que hace. Lobo aseguró que él nunca tendría problemas con los militares, y al día siguiente de su victoria electoral, en unos comicios de legitimidad más que discutible, lo primero que hizo fue reunirse con la cúpula militar. El nombramiento de Romeo Vásquez, el retiro dorado con el que ahora se le premia, confirma que, efectivamente. Lobo nunca tendrá problemas con los militares, y éstos serán los que sigan mandando, desde la sombra, en Honduras.

Mientras los golpistas hondureños se solazan y reciben recompensas, mientras Porfirio Lobo intenta reconstruir las relaciones con otros países aunque sin asumir las consecuencias del golpe de estado, mientras Washington apoya incondicionalmente al nuevo gobierno, las violaciones de los derechos humanos continúan, como continúan las amenazas y la violencia contra los que se atreven a denunciar. Incluso la ONG Human Rigths Wacht, ha expresado su preocupación por un hecho significativo: el asesinato, en lo que va de mes, de tres periodistas hondureños mientras otros son amedrentados y amenazados. Human Rigthts Wacht dice teme que sea una campaña para silenciar a los medios de comunicación, para imponerles docilidad y sumisión. Parece evidente.

Forma parte de la consolidación de la impunidad en Honduras.

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