sábado, 27 de marzo de 2010
ONU alerta del peligro de que la crisis de Haití caiga en el olvido
BBC Mundo
El gobierno haitiano calcula en US$11.500 millones el costo de la reconstrucción del país.
Naciones Unidas advirtió del peligro de que la crisis de Haití caiga en el olvido y anunció que sólo se ha recibido la mitad del dinero solicitado para la reconstrucción del país luego del terremoto de enero pasado que dejó unos 200.000 muertos y más de un millón de personas sin hogar
La oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) manifestó preocupación porque tras una ola de solidaridad internacional, el volumen de donaciones para las operaciones de ayuda y restauración se redujo drásticamente.
En declaraciones a la BBC, Elizabeth Byrs, portavoz de la OCHA, aseguró que de los US$1.400 millones requeridos sólo se han recibido US$700, sesenta días después del sismo.
Trabajadores humanitarios han alertado del peligro que corren cientos de miles de haitianos que siguen hacinados en campamentos improvisados, viviendo bajo carpas o tiendas de campaña, en momentos en que se avecina la época de lluvias.
Conferencia
El especialista de la BBC en Desarrollo Internacional Mark Doyle manifiesta que este estancamiento de la ayuda a Haití podría no ser un buen augurio de éxito de la conferencia de donantes que se realizará la próxima semana en Nueva York.
Haitiana en una calle de Puerto Príncipe
El país carece de infraestucturas básicas, lo que dificulta la labor gubernamental.
La Conferencia Internacional de Donantes para un Nuevo Futuro en Haití se efectuará el 31 próximo en la sede de Naciones Unidas con el auspicio de Naciones Unidas y Estados Unidos y el apoyo de países como Brasil y Canadá y la Unión Europea.
El objetivo de la reunión es movilizar el apoyo internacional para el desarrollo y la recuperación a largo plazo de Haití.
"Si la experiencia de Naciones Unidas se repite, el gobierno haitiano podría no recibir los US$11.500 millones que necesitan para la reconstrucción del país", expresa Doyle.
Aunque esas tareas, desde luego, no sólo dependen de las donaciones, dice Doyle, y señala que los críticos de Puerto Príncipe apuntan a que se necesita mucho más que dinero para atajar el problema de la corrupción y la desigualdad que desde mucho antes del terremoto mantenía a los haitianos en la pobreza.
No obstante, señala el periodista, "sería difícil incluso para el mejor gobierno del mundo trabajar adecuadamente en las actuales condiciones de Haití donde han quedado destruidos los edificios ministeriales, la red de suministro de electricidad y las instalaciones básicas de infraestructura".
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