miércoles, 24 de marzo de 2010
El guerrero Obama y el pez fuera del agua
Alainet
Por Frei Betto
¡Obama es una decepción! Recibió inmerecidamente el Nobel de la Paz -un presidente que guerrea en Iraq, en Afganistán y en Pakistán- y en su discurso de agradecimiento pronunció la palabra “guerra” ¡49 veces!
Obama apoyó al gobierno golpista de Micheletti en Honduras y ahora ocupa militarmente Haití, con el pretexto de socorrer a las víctimas del terremoto, y militariza América del Sur mediante la implantación de siete nuevas bases usamericanas en Colombia, donde ya tiene otras seis.
Sólo un ingenuo cree que los 800 soldados y los 600 civiles made in USA que se instalarán en Colombia tendrán como objetivo combatir el narcotráfico y el terrorismo. Desde 1952 los EE.UU. están presentes en Colombia con el mismo pretexto, y no por ello ha habido reducción en el tráfico de drogas, consumidas en grandes cantidades por la población usamericana.
El objetivo de la IV Flota es desestabilizar al gobierno de Chávez, mantener vigilancia sobre el Ecuador gobernado por Rafael Correa, dificultar las vías aéreas y terrestres entre Venezuela, Ecuador, Bolivia y Paraguay, y controlar las fronteras con Brasil.
El gobierno usamericano se empeña en reforzar su hegemonía en el planeta. Hoy día aún mantiene 513 bases militares en Europa, 248 en Asia, 36 en Oriente Medio, 21 en América Latina y 5 en África. Total: 823, que ocupan una superficie de 2.863.544 km2.
¿Saben cuántas bases militares extranjeras hay en los EE.UU? Ninguna.
Las tropas estadounidenses gozan de inmunidad judicial y tributaria en los países en que operan y disponen de la más moderna tecnología bélica, desde aeronaves no tripuladas, conocidas como UAS (Unmanned Aircraft System), a los aviones F15 Strike Eagle con velocidad de 2.660 km/h, una autonomía de vuelo de 5 h 15 min. y una capacidad de volar a 18 mil metros de altura.
Sin embargo no es sólo con equipamiento bélico como los EE.UU. tratan de dominar el mundo. Utilizan sobre todo recursos ideológicos, como las producciones cinematográficas hollywoodienses tipo “Avatar”, que intentan convencernos de que la salvación viene de fuera y viene de quien posee más ciencia y tecnología…
La última semana de enero estuve en el Ecuador participando de un acontecimiento que reunió a pueblos indígenas de casi toda América Latina. Ellos se sienten amenazados, incluso por los nuevos gobiernos democrático-populares. Con excepción de Evo Morales, resulta duro para los demás gobernantes reconocer que los pueblos indígenas tienen derecho a la lengua, cultura, sistemas económico y escolar, métodos de producción y tierra propios.
Eso recuerda una antigua parábola oriental: al observar que un macaco sacó un pez del agua y lo puso en lo alto de un árbol, el águila le preguntó por qué lo hacía; y el macaco respondió: “Para que pueda respirar mejor y no muera ahogado”.
Ése es nuestro colonialismo encarnado, ésa nuestra sobrevivencia a los “valores” consumistas del mundo occidental, esa reverencia al “american way of life”, esa convicción de que la felicidad reside en la posesión de bienes finitos y no de valores infinitos, que nos hace sacar al pez del agua para que pueda respirar mejor
Frei Betto es escritor, autor de “Diario de Fernando. En las cárceles de la dictadura militar brasileña”, entre otros libros.
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