Telesur
El presidente de Chile, el multimillonario Sebastián Piñera, analiza la privatización de las empresas estatales de su país, como una de las medidas para financiar el proceso de reconstrucción, tras el terremoto el pasado 27 de febrero.
En una entrevista a un medio local, el gobernante chileno dijo que podría "eventualmente analizar el caso de algunas empresas", para privatizarlas, sin embargo, señaló que "no están incorporadas" la Corporación del Cobre (Codelco) y la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP).
Piñera admitió que el comienzo de su carrera como Presidente de la República ha sido "difícil y duro", pues explicó que ha tenido que enfrentar los estragos del terremoto de magnitud 8,8 en la escala de Ritcher.
La catástrofe le costará al país suramericano unos 30 mil millones de dólares, reiteró Piñera en la entrevista, lo que equivale al 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), recursos que el Estado deberá conseguir a través de planes de financiación.
Entre los proyectos para recuperar la nación se encuentran los "ajustes en materia tributaria" en caso de que sea necesario, pero "sin tocar a personas ni pequeñas y medianas empresas".
Destacan además la austeridad fiscal, la reasignación de recursos que no sean prioritarios y el uso de los ahorros de Chile en el exterior.
El multimillonario chileno, que prometió durante su campaña desligarse de sus empresas, señaló que su Gobierno tiene tres etapas para encarar la catástrofe del pasado 27 de febrero.
La primera, es la emergencia, la cual espera que finalice este mes; otra de seis meses, durante el otoño y el invierno y por último, de reconstrucción total hasta el fin de su mandato.
El pasado fin de semana, el gobernante anunció que reducirá un 5 por ciento las partidas presupuestarias de los ministerios. Además de establecer "una economía de guerra en el sector público".
"Hemos planteado un recorte general de gastos en las partidas correspondientes a los bienes de consumo, compra de equipos y maquinarias en todos los ministerios de un cinco por ciento", dijo.
Según el jefe de Estado, con estas decisiones el país se ahorraría unos 730 millones de dólares, que irán al Fondo de Reconstrucción Nacional.
El multimillonario quien trabajó para el dictador Augusto Pinochet, y dijo que hasta contrataría a ex colaboradores de ese viejo régimen para que lo apoyen en su gobierno pidió, el pasado 11 de febrero, a su nuevo tren ministerial conformado por una mayoría de empresarios sin experiencia política, renunciar a sus firmas para evitar supuestos ataques por parte de la oposición.
Antes de asumir el cargo, en la primera reunión que sostuvo con los integrantes de su Gobierno, el multimillonario Piñera entregó un instructivo a cada uno de los ministros, en el cual les exige renunciar a cargos que tengan en directorios, fundaciones y negocios que sean fiscalizados o tengan vínculos con sus carteras.
Al menos 10 funcionarios del nuevo gobierno chileno tienen participación en distintos directorios de importante empresas del país.
Dirigentes del partido de la Concertación han criticado la falta de "representación de la clase media".
El senador electo Fulvio Rossi manifestó "ciertas preocupaciones" con el nuevo gabinete, al que definió como "claramente empresarial".
Rossi criticó la existencia de ministros empresariales en el nuevo gobierno, entre ellos Jaime Mañalich (Salud), María Ignacia Benítez (Medio Ambiente) y Alfredo Moreno (Relaciones Exteriores). A su juicio estos nombramientos "claramente presentan conflictos de interés".
Piñera tiene un patrimonio de unos mil millones de dólares, que incluye participaciones en la aerolínea LAN, la cadena de televisión Chilevisión y el popular club de fútbol Colo Colo.
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