martes, 13 de octubre de 2009

Honduras otorgará Premio Nobel a Obama

Por Roberto Quesada*

“Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda”
(Martin Luther King, Premio Nobel de la Paz)

Excelentísimo Sr. Barack Obama, presidente de los Estados Unidos.
cc: Su Excelencia, Sr. Hugo Llorens, embajador de Estados Unidos en Honduras.

En esta carta-artículo felicito al presidente Obama pues sólo el hecho de que un afroamericano haya logrado llegar a la presidencia de los Estados Unidos, ya es gran hazaña como para ser premiada, no obstante cuando circuló la noticia de que el presidente Barack Obama obtuvo el Premio Nobel de la Paz desató de inmediato una tormenta de críticas, especialmente de miembros del partido republicano. Si bien Obama dijo que lo tomó por sorpresa, más sorpresa causó a los estadounidenses, lastimosamente para Obama las críticas no han llegado solamente de sus enemigos políticos sino también de otros sectores, como lo reporta la BBC de Londres: “Para algunos activistas gays de Estados Unidos, el flamante Premio Nobel de la Paz se ha olvidado de la comunidad homosexual y ha incumplido algunas promesas hechas durante su campaña electoral”.

El presidente de la comisión nacional republicana, Michael Steele, calificó el hecho como "desafortunado" y acusó a Obama de tener un estatuto de celebridad pero ningún "logro real" que lo haga meritorio del premio. No obstante para otros es una esperanza y se le concede no por lo que ha hecho sino por lo que hará.
Cuando me enteré de la concesión del premio a Obama llamé a una delegación de activistas estadounidenses que visitaba Honduras en solidaridad con el pueblo hondureño, liderados por International Action Center, para darles la noticia. En realidad no hubo alegría, como se hubiese esperado en otro momento sino decepción, porque aseguran que hay otras personas en el mundo que tienen más méritos y hasta han arriesgado sus vidas por la paz, además, que ellos estaban siendo testigos de la brutal represión que la dictadura está cometiendo contra el pueblo hondureño y que la administración de Obama no ha hecho lo suficiente para acabar a la brevedad con esa crisis.
En cambio tres legisladores del ala más radical republicana, Illeana Ros, Lincoln y Mario Díaz-Balart visitaron al dictador Micheletti, le brindaron su respaldo y se confabularon para darle curso a unas elecciones que a todas luces es un fraude y que de ninguna manera solventará la crisis hondureña sino que la profundizará en caso de darse en las actuales circunstancias, y de no hacerse dentro del marco constitucional existe la posibilidad de rebelión violenta del pueblo hondureño.
En realidad a Illeana Ros-Lehtinen y a los Díaz-Balart no les interesa para nada el pueblo hondureño, ni siquiera les interesa el dictador sino que lo usan para causarle daño a Obama. Estos legisladores quieren implementar esa dictadura y con ello desestabilizar la región y por tanto a la administración Obama. A estos tres individuos suele encontrárseles en cualquier causa que sea antihumana. Para el caso, como escribe el periodista canadiense Jean Guy Allard (06/10/09): “Illeana Ros-Lehtinen y Lincoln Diaz Balart, solicitaron la liberación del terrorista internacional Luis Posada Carriles, cuando se encontraba enjuiciado por terrorismo en Panamá, dirigiendo cartas a la presidenta panameña Mireya Moscoso en dos oportunidades.”
¿Y quién es Luis Posada Carriles?: “Luis Posada Carriles nació en Cuba en 1928, pero adoptó la nacionalidad venezolana. Fue policía, militar y espía a las órdenes de la CIA. Fue condenado por varios ataques terroristas. El más grave de ellos fue la bomba contra un vuelo de Cubana de Aviación que el 6 de octubre de 1976 acabó con la vida de 73 personas, y del que está considerado autor intelectual.” (La voz de Galicia ‎ 07/10/2009). Y tampoco debe olvidarse que Illeana Ros-Lehtinen apoyó el secuestro en Miami del niño cubano Elián González. Esta son las amistades de la dictadura hondureña.
Las elecciones sólo pueden ser legítimas con la restitución del presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, cualquier otra salida que no sea esa es avalar el golpe de Estado-Militar y por tanto poner en riesgo a toda América Latina. Obama debe de saber que ni el pueblo hondureño ni las democracias latinoamericanas aceptarán nada que no sea el restablecimiento del orden constitucional.
Desde el 28 de junio que dan el golpe de Estado-Militar al presidente Zelaya, las elecciones pasan a ser ilegales al no pronunciarse en contra del golpe los candidatos de los partidos tradicionales y hasta ahora más grandes de Honduras. En la actualidad existe un diálogo entre representantes del presidente constitucional Manuel Zelaya y los representantes del gobierno golpista. La mayoría de hondureños creemos que ese “diálogo” es un fraude, es una trampa dilatoria para que llegue la fecha de las elecciones e intentar con ello justificar el golpe de Estado-Militar y que todo quede como que no ha pasado nada.
Es ni más ni menos lo que ha hecho la dictadura al burlarse de la OEA, de la ONU y del propio Departamento de Estado. No pueden ser legales unas elecciones en donde el pueblo está sin voz, han cerrado por “decreto” y con violencia militar, el Canal 36 Cholusat Sur y Radio Globo. ¿Quién puede creer en unas elecciones en donde el pueblo tiene un bozal y un fusil apuntándole la frente?
La visión que los estadounidenses han tenido de los políticos latinoamericanos, y no sin razón, ha sido la de despiadados dictadores, corruptos y alejados del bienestar para sus pueblos. Afortunadamente ese estigma está cambiando en el llamado subcontinente, el presidente Manuel Zelaya, para dar un ejemplo, rompió con ese rol impuesto en acuerdo común con los presidentes y presidenciables, razón por la que le dieron el golpe de Estado-Militar, se ha acercado demasiado a su pueblo y lucha por mejorar sus condiciones de vida.
Recuerdo que cuando fui a casa del maestro y amigo Kurt Vonnegut (q.e.p.d), en la calle 48 y Segunda Avenida, para que nos ayudara a difundir la devastación que estaba sufriendo Honduras con el azote del huracán Mitch, en nuestra tercera cita le llevé información y le conté que se había caído un helicóptero y que allí había muerto el alcalde de Tegucigalpa. Vonnegut rió y con su afamado humor, me dijo: “No se ha perdido nada.” Así se ha visto a los políticos de América Latina.
Obama no puede refugiarse en que en el pasado se ha llamado a los Estados Unidos intervencionista, porque la historia es distinta, antes intervenían contra los pueblos latinoamericanos, pues es tiempo que salden un poco esa deuda, interviniendo a favor de los pueblos. Es el caso del pueblo hondureño que solicita con urgencia a la administración Obama mayor firmeza para finalizar con la dictadura.
Si ahora Obama se enfrenta en tremenda batalla por las reformas a la salud, hay que esperar el año que viene cuando aborde el tema de los inmigrantes, por un lado tendrá la presión que ya empieza a ejercerse del pueblo estadounidense y de los propios inmigrantes y por otro la negativa republicana que le vendrá encima. De persistir el golpe de Estado-Militar es inevitable la desestabilización de la región, por tanto no habrá muros, ni patrullas, ni nada que logre detener a millones de inmigrantes latinoamericanos que no tendrán otra opción que irse ilegalmente hacia donde su vecino más rico: los Estados Unidos. Y esto hará aún más difícil la batalla por venir de la administración Obama con las reformas migratorias.
Sr. presidente Barack Obama, usted puede ir en diciembre con la frente en alto a Oslo a recibir el Premio Nobel, Honduras le puede dar esa facultad de merecimiento del galardón, pues si actúa pronta y valientemente puede ayudar a expulsar esa dictadura y así evitar los ríos de sangre que ya amenazan con rebalsar en Honduras, y esto es más que una buena razón para justificar la concesión a su persona del Premio Nobel de la Paz.

* Escritor y diplomático hondureño en Resistencia. Coordinador de www.hondurasusaresistencia.com

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