EL BRAZO POLÍTICO DE LA RESISTENCIA: FRENTE AMPLIO PATRIÓTICO.

Por Galel Cárdenas - Vos el soberano

Al escuchar a Wilfredo Méndez, socialdemócrata de fundamento y convicción, Director Ejecutivo del PINU, miembro de la comisión política del Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado, corroboré que las apreciaciones expuestas en mi artículo “El Frente Amplio Patriótico de la Resistencia Nacional”, poseían un alto sentido de pragmatismo y sobre todo visualización panorámica de largo plano para el devenir político hondureño.

Este joven dirigente, expuso con claridad, entre otros planteamientos, la necesidad de organizar el brazo político de la resistencia y dejó entrever que un frente amplio es el sendero adecuado para la consecución de los fines y metas del movimiento popular hondureño.
Recordemos que Sun Tzu plantea que la política es aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante. Pues bien, en este caso la armonía del pueblo con su gobernante está determinado por la restitución de Manuel Zelaya Rosales y su liderazgo indiscutible para la conducción de la población hondureña hacia la consecución de la instalación de la Asamblea Constituyente y por ende, para la transformación de un Estado represor que privilegia los poderes fácticos y mediáticos, a un Estado más horizontal y menos verticalista, más democrático y menos autócrata, más soberano y menos entregado a las políticas imperiales de todo cuño, etc.
De este modo si retomamos tales nociones hacia tales metas, entonces debemos partir de que el Frente Amplio Patriótico, debe estar constituido por todas las fuerzas políticas, gremiales, obreras, campesinas, femeninas, intelectuales, etc., conservando cada una sus identidades y perspectivas ideo-políticas, ya asentadas en grandes porciones de la hondureñidad, y desenvolviéndose como elementos de un sistema que maneja la unidad y la diversidad como expresión misma de su riqueza, repetimos el FAP podría constituir el fenómeno político sin precedentes del siglo XXI en Honduras, y con ello se convertiría en el sepulturero de la partidocracia tradicional, corrupta y enemiga del pueblo.
En tal sentido se hace necesario que este brazo político, concebido a largo plazo, para evitar el cortoplacismo como coyuntura única, exponga en el término de la prontitud la visión de mundo que debemos instaurar en nuestro país como esperanza democrática y como programa de gobierno popular que empuje el proceso educativo y la toma de la conciencia ideológica necesaria para establecer fases, etapas y metas en una especie de gradación inteligente y sabia.
De todas maneras, la experiencia recomienda que al establecerse los plazos, es necesario contar con factores que deben evaluarse, con el objetivo de tener a la mano todas las circunstancias permisibles hacia la conquista del poder por medio de las elecciones generales.
Hacer la suma de los dirigentes sabios y capaces, de mayor talento, tomando en cuenta que el territorio y la población hondureña son diversas, en sus cuatro puntos cardinales, por que no tiene igual psicología de acción el habitante de la zona norte, que de la zona sur, o de la zona de occidente y de la zona de oriente, sus geografías a veces pueden incidir en las estrategias políticas que se deben implementar en cada caso.
Es también impostergable establecer las regulaciones y las instrucciones claras y sin dubitaciones para determinar en que zona estamos más fuertes y en que zona poseemos mejores dirigentes intermedios y mejores capacidades de movilización. No es de ninguna manera inútil que la dirección o comandancia general del Frente Amplio Patriótico premie, recompense y castigue a quienes hayan logrado éxitos y quienes hayan sido responsables de pérdidas políticas en cada zona.
Necesitamos que estos factores sean equilibradores de una perspectiva de triunfo o que la misma evaluación tanto cuantitativa como cualitativa nos avizore la posible derrota en zonas más débiles, para actuar con rapidez y restaurar uno de los elementos del sistema.
Por ello, la situación que produzca el FAP debe ser evaluada siempre con regularidad, por que el trabajo de campo continuamente debe estar preparado con ventaja y mucha premeditación.
Es imprescindible que el brazo político de dirección y de masa, actúe con las técnicas propias de la dramatización en el cual a veces debe fingirse un personaje para que el público enemigo crea que tal comedia es así de verdadera. En la dramatización sólo el director y sus ayudantes saben que el fingimiento representa un papel que permite al espectador reír, sufrir o llorar cuando así convenga a la obra de teatro.
En la comedia de la sociedad, como decía Dante Aligihieri, a veces se reciben ataques inesperados, o las personas demuestran inactividad para que uno crea que el adversario está inactivo, a veces están lejos y mas bien casi nos tocan el hombro, en otras ocasiones nos aparentan alegría y nos abrazan, pero la verdad es que la trama es otra. Nos colocan trampas en el camino, como dice el famoso autor de la Divina Comedia, para atraernos. Y en ciertas circunstancias nos golpean cuando nos encontramos desordenados, y así entonces se preparan cuando estamos seguros en todas partes. Existen ocasiones en que como somos coléricos, entonces nos provocan para irritarnos; cuando el enemigo es arrogante se debe fomentar su egolatría.
Pero, todo movimiento político como el FAP tomar en cuenta todas las estrategias de la guerra política planteadas por tantos y tantos teóricos del arte de vencer al enemigo. Y en consecuencia tomar nota de la sabiduría de los teóricos que corresponden es siempre una buena ventaja contra el enemigo que nos traiciona, arremete, persigue y nos asesina.
Por ello es que el FAP es una necesidad histórica en Honduras, es una nueva arma de combate contra los mismos enemigos de siempre: los poderes fácticos y mediáticos que financian la partidocracia.
Los mayas pensaban que en el entrecruce del camino había uno que daba al norte del color negro, al sur del color amarillo, al este del color blanco y hacia el oeste del color rojo. El caminante debería tener la sabiduría de saber hacia donde conduce el entrecruce y tomar la ruta correcta.