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Por Marcelo Solervicens
Los Pandora Papers publicados el 3 de octubre por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) colocaron nuevamente de actualidad los llamados “paraísos fiscales” y la necesidad de terminar con ellos.
Las nuevas revelaciones de los Pandora Papers confirman que los paraísos fiscales y la globalización neoliberal son fenómenos intrínsecos. Coincidimos, entre otros, con David R. Ravaux, en que la aceleración de la globalización económica y financiera neoliberal reorganizó la distribución del poder mundial a favor del capital financiero y contribuyó al surgimiento de nuevos productos y negocios que encuentran sus mayores expresiones en los paraísos fiscales.
En ellos impera el secreto bancario, se evaden impuestos, se crean empresas fantasmas, se lava dinero proveniente de corrupción y actividades criminales. En los territorios offshore impera la élite. Es así como en 2019 la élite escondía riquezas de 7 billones de dólares: el 8% del Producto bruto global. Oxfam International, calcula en 427 mil millones de dólares la evasión fiscal de impuestos. El equivalente en tiempos de pandemia, del sueldo anual de un enfermero cada segundo.
La globalización neoliberal ha generado una nueva industria de servicios financieros formada por expertos en maniobras de evasión y elusión de impuestos a favor de las empresas multinacionales y la élite mundial. Ellas incluyen compañías de renombre mundial, entre las que se encuentran las llamadas Big Four (PricewaterhouseCoopers, KPMG, Deloitte y Ey). Ellas son los verdaderos arquitectos de la planificación fiscal agresiva de las multinacionales según Javier M. Cavanna.
Jon Schwarz afirma que basta con voluntad política para terminar fácilmente con los crímenes expuestos por los Pandora Papers. Lo cierto es que pese al consenso nacido con la crisis de 2008, de que los paraísos fiscales socavan las democracias liberales los esfuerzos de gobiernos e instituciones multilaterales por terminar con los paraísos fiscales son mitigados. El reciente acuerdo de la OCDE, adoptado por 136 gobiernos, apoyado por la administración Biden, es un primer logro importante. Este acuerdo prevé una imposición mínima de 15% para multinacionales en los estados donde efectúan sus ventas. Sin embargo, entre otros expertos de renombre, Thomas Piketty y Joseph Stiglits, afirman que el acuerdo beneficia a los países ricos.
Al igual que frente a la crisis climática, los bloques en el poder arrastran los pies cuando se trata de poner coto a la lógica neoliberal intrínsecamente ligada al funcionamiento de los paraísos fiscales. Creemos que la presión ciudadana es fundamental para terminar con el funcionamiento de paraísos fiscales, fenómenos intrínsecos del desorden mundial neoliberal, que profundiza las desigualdades entre países y al interior de ellos.
Los Pandora Papers: Secretos financieros y corrupción de las élites
Los Pandora Papers revelaron los dineros escondidos por 35 líderes mundiales, de más de 330 políticos y funcionarios públicos de alto nivel y de más de 130 multimillonarios de unos 91 países. Más de 600 periodistas de investigación afiliados al ICIJ, pertenecientes a 150 medios de comunicación mainstream (entre ellos, The Guardian, Le Monde, Washington Post, El País, la BBC, CBC, y plataformas digitales como Ciper, de 117 países) procesaron 11,9 millones de documentos de 14 bufetes de servicios financieros especializados en territorios offshore como Panamá, Dubái, Mónaco, Suiza, Islas Vírgenes Británicas y las islas Caimán.
Entre líderes mundiales, The Washington Post reveló que el monarca de Jordania, Abdulá II, posee varias mansiones millonarias en California, compradas en pleno periodo de movilizaciones en su país contra la crisis económica y la corrupción. Los presidentes en ejercicio de Azerbaiyán, del Congo, de Chipre, de Gabón, de Kenia, Montenegro de Qatar y de Ucrania también aparecen beneficiándose evadiendo impuestos.
Causó gran indignación en el Reino Unido que el ex primer ministro Tony Blair y su esposa, evadieron más de 400 mil dólares en impuestos en la compra de una costosa propiedad mediante una sociedad secreta en las Islas Vírgenes Británicas. Por su parte, el ex primer ministro de la república Checa, Andrej Babis perdió la elección del 8 y 9 de octubre al revelarse que mientras despotricaba contra la corrupción de las élites, compró un castillo de 22 millones de dólares en la French Rivière, a través de una compañía extraterritorial.
En América Latina, son 3 presidentes en ejercicio y 11 exmandatarios quienes figuran en los Pandora Papers. Entre ellos los presidentes en ejercicio, Sebastián Piñera de Chile, Guillermo Lasso de Ecuador y el presidente Luis Abinader de República Dominicana.
Entre los exmandatarios figuran los colombianos César Gaviria y Andrés Pastrana; del Salvador, los exmandatarios Alfredo Cristiani y Francisco Flores; de Honduras, Porfirio Loboy. De Panamá hay tres expresidentes: Ricardo Martinelli, Ernesto Pérez Balladares y Juan Carlos Varela. La lista se completa con el expresidente peruano Pedro Pablo Kuczynski y Horacio Cartes de Paraguay. Todos ellos traicionaron su solemne juramento de servicio público.
Los Pandora Papers también revelaron los activos de altos funcionarios del gobierno brasileño de Jair Bolsonaro en paraísos fiscales. Entre otros, de su influyente ministro de economía Paulo Guedes.
En Chile, la oposición inició una acusación constitucional contra Piñera, por la venta de la minera Dominga (propiedad de Andes Iron) en 138 millones de dólares en Islas Vírgenes Británicas, por las que nunca pagó impuestos en Chile, a su amigo, Carlos Alberto Délano. Además, porque Piñera cumplió la cláusula de un tercer pago de cerca de 10 millones de dólares, por no declarar, cuando era presidente, que la reserva de pingüinos Humboldt, futuro lugar de explotación por la minera Dominga, no sería declarada zona de protección ambiental.
Piñera se escuda en un proceso fallido de 2017 (porque no contó con las actuales revelaciones); en que no sabía, porque puso sus activos en un fideicomiso “ciego”, en que nadie cree y porque, de todos modos, se aplica prescripción por el tiempo transcurrido. El impopular presidente, que sobrevivió a exigencias de renuncia para el estallido social del 18 de octubre, podría no sobrevivir esta vez a las revelaciones de los Pandora Papers.
En Ecuador, las revelaciones de los Pandora Papers, llevaron a que 105 de los 137 diputados del parlamento unicameral, abrieran una investigación contra el presidente Guillermo Lasso, por haber violado el pacto ético de su cargo. Los Pandora Papers, revelaron que ocultó su fortuna en compañías offshore en Panamá, Dakota del Sur y Delaware. Lasso se defiende señalando que se deshizo de 11 sociedades offshore en 2017, cuando el correísmo adoptó la ley que prohíbe que candidatos y funcionarios guarden dinero en paraísos fiscales. La Comisión de Garantías Constitucionales, dominada por la oposición, debe producir un informe el 6 de noviembre.
Por su parte el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, elegido en 2020, afirma que no ha hecho nada ilegal. Sin embargo, la oposición exige explicaciones porque hay dos compañías offshore que no están en la declaración jurada de bienes del presidente.
Nuevamente, los Pandora Papers, revelaron como las celebridades se las arreglan para evadir impuestos. La lista es larga nuevamente. Entre ellos, la cantante colombiana Shakira, el español, Julio Iglesias, músicos célebres como Elton John y el ex Beatle, Ringo Starr, el cantante Elton John, la modelo Claudia Schiffer; el piloto de Fórmula uno, Jacques Villeneuve y el premio Nobel de literatura peruano Mario Vargas Llosa. Los fabricantes de imágenes tendrán mucho trabajo en devolverles legitimidad y acercarlos al común de los mortales. BBC Mundo, concluye en que los Pandora Papers muestran los mecanismos de “corrupción legal” que usan las celebridades, políticos corruptos y multimillonarios para esconder millones de dólares en paraísos fiscales.
Los paraísos fiscales son intrínsecos a la Globalización Neoliberal
La ICIJ afirmó que los esfuerzos de 600 periodistas de 117 países no eran sólo de revelar usos individuales de territorios offshore, sino que también de un sistema de economía paralela y confrontarlo. Los Pandora Papers se inscriben en la larga serie de informes de ICIJ, Mediapart y otros, alimentados por documentación filtrada por dadores de alerta, sobre el funcionamiento de los llamados “paraísos fiscales”. Todos ellos apuntan al incremento de mecanismos de evasión y elusión fiscal ligados a la globalización neoliberal.
Los Luxleaks (2014) revelaron las estrategias de unas 340 Multinacionales, entre ellas IKEA, FedEx y Pepsi, que redujeron sus impuestos operando a partir del ducado europeo de Luxemburgo. Luego, en 2015 Hervé Falciani, ingeniero informático de HSBC considerado el “Snowden del fraude fiscal” filtró lo que se bautizó como los Swiss Leaks. Ellos revelaron las maniobras de evasión fiscal y lavado de dinero de personas implicadas en tráfico de armas y corrupción, gracias a sociedades fantasmas. Todo ello ofrecido por HSBC en las Islas Vírgenes Británicas y en Panamá.
Los Panamá Papers (2016) filtrados anónimamente al periódico alemán Suddeutsche Xeitung, revelaron las maniobras de la sociedad offshore, Panamá Mossak Fonseca. Ellas incluían las evasiones fiscales de 12 políticos en ejercicio o ex jefes de gobierno, entre ellos del expresidente argentino Mauricio Macri. También, como ahora, otras celebridades, desde stars como Jackie Chan, hasta futbolistas como Lionel Messi. Muchos se defendieron argumentando que sus acciones no eran ilegales.
En 2017, le tocó el turno a los Malta Files, filtrados al periódico alemán Der Spiegel. Ellos revelaron las operaciones de optimización fiscal y de lavado de dinero de la mafia que se realizaban en la pequeña isla del Mediterráneo La evasión fiscal sumaba más de dos mil millones de euros cada año.
En noviembre del mismo año, los Paradise Papers, revelaron los secretos financieros de otros 127 líderes internacionales y personalidades de la élite mundial. Ello gracias a la filtración de 13,4 millones de documentos de dos bufetes de abogados de servicios offshore: Appleby en Bermudas y Asiaciti Trust, en Singapur. Los Paradise Papers revelaron operaciones en 19 paraísos fiscales.
A ellos siguieron en 2018, los Cumex Files la investigación por le Monde y otros 18 medios de comunicación europeos por la maniobra inventada por un ex funcionario alemán, de fraude fiscal a los dividendos mediante sociedades offshore de unos 55 mil millones de euros.
En 2020 la investigación bautizada Open Lux (Le Monde, Miami Herald y Süddeutsche Zeitung) reveló las debilidades de las políticas contra el lavado de dinero en Luxemburgo y en la Unión Europea. El funcionamiento secreto de fondos crea oportunidades para que criminales y corruptos escondan activos, evadan impuestos y laven dinero proveniente de actividades criminales. La investigación afirmaba que el 80% de esas operaciones servían para lavado de dinero.
Las revelaciones de los diversos informes conocidos en los últimos años, que solo son parte de lo que ocurre en paraísos fiscales confirman que los paraísos fiscales no son un epifenómeno desligado de la globalización neoliberal. Se trata de un sistema. En tiempos de dominación del capitalismo financiero, las maniobras de las empresas que laboran en el sector son intrínsecas a la globalización neoliberal que promueve la desregulación de las operaciones financieras.
¿Impuesto mínimo para las multinacionales?
Se justifica la indignación ciudadana ante la falta de ética de quienes recurren a paraísos fiscales. La BBC afirma que el 80% de los involucrados en paraísos fiscales pertenecen al 0,1% más rico de los hogares más ricos. A diferencia de la mayoría de los ciudadanos, ellos evaden impunemente las leyes tributarias. Recordemos la cínica confesión del presidente estadounidense George W. Bush quien afirmaba en 2004 que no se saca nada con aumentar los impuestos, porque “los verdaderamente ricos se las arreglan para evadirlos”.
La tentación de pensar que siempre ha sido así y que no puede hacerse nada, no es real. Es necesario contextualizar el crecimiento exponencial de las operaciones de evasión y elusión de impuestos en paraísos fiscales como una consecuencia inaceptable de una globalización neoliberal que socava las democracias.
Al igual que la humanidad, ante la crisis climática, no puede resignarse a permitir que se mantenga la lógica de las ganancias sin límites, aunque ella destruya el planeta. Tampoco los gobiernos pueden aceptar los dobles estándares fiscales que las desigualdades en nuestra época. Con la crisis de 2008, los paraísos fiscales dejaron de ser efectos colaterales exóticos de la globalización neoliberal, hasta para el FMI.
Luego de largas negociaciones, iniciadas luego la crisis de 2008, ha avanzado el consenso sobre la necesidad de obligar a que las multinacionales, que se benefician de la globalización neoliberal, paguen impuestos. Es así como a comienzos de octubre, la OCDE anunció un acuerdo de 136 países con 90% del PIB mundial que impone una imposición mínima de 15% a las empresas multinacionales en los países en que operan, y ello a contar de 2023. El G20 debe aún aprobarlo. Es un primer paso que demuestra que es posible una acción multilateral para terminar con el modelo de los paraísos fiscales de la globalización neoliberal. Adhirió Irlanda, Estonia y Hungría, pero de los 140 países que participaron en las negociaciones, se restaron Pakistán, Sri Lanka, Kenia y Nigeria.
Aunque el acuerdo de la OCDE, apoyado por la administración Biden es un primer logro, es aún insuficiente para controlar el problema sistémico de los paraísos fiscales. El 15% de imposición es muy bajo (semejante a lo que pagan en Irlanda (12,5%). Por otro lado, esa tasa mínima se aplicará a la empresa multinacional que factura más de 750 millones de dólares.
Es mucho menor que el 21% o 25% exigido por expertos de la Comisión independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICTICT en inglés).. Oxfam Internacional lo calificó de apaño de países ricos. El ICTIT reaccionó con una carta abierta firmada, entre otros por Joseph E. Stiglist y Thomas Piketty. En ella coinciden en que servirá principalmente a los países ricos. El acuerdo asegurará un impuesto mínimo para multinacionales como estándar global, menor que el que pagan empresas pequeñas o medias locales en países en desarrollo.
¿Control de las firmas de servicios financieros?
Los paraísos fiscales son territorios cuya ley permite cero o muy bajos impuestos a fin de atraer clientes del extranjero. Se crean sociedades fantasmas, de papel, que gestionan el patrimonio de dueño desconocido. Las consejeras financieras realizan operaciones inmobiliarias y complicados mecanismos que incluyen préstamos entre empresas hermanas para reducir aparentemente las ganancias y reducir impuestos. Se agregan instrumentos financieros como acciones y bonos al portador que dan una capa extra de anonimato y pueden guardarse en maletines o cajas de seguridad y ser usados en actividades ilegales.
Los paraísos fiscales se han transformado en una de las características esenciales de la globalización neoliberal. Ya no son territorios exóticos en islas pequeñas. Por ejemplo, en Estados Unidos, South Dakota se ha transformado en paraíso fiscal. Por su parte, el pequeño estado de Delaware es sede de 945 mil firmas (casi una por cada habitante), muchas de ellas empresas fantasmas.
La lista de paraísos fiscales se alarga cada vez más. Pero ocurren paradojas, como que la Unión Europea anunciara el 5 de octubre pasado que sacaba de la lista negra de paraísos fiscales a Anguilla, Dominica y Seychelles, territorios offshore condenados por las revelaciones de los Pandora Papers.
Los Pandora Papers confirman nuevamente que al alero de la globalización neoliberal se ha desarrollado una verdadera industria de la evasión y la elusión fiscal. Las formas en que los ricos y poderosos esconden riquezas y evaden impuestos en los paraísos fiscales son variadas.
Hay una industria formada por expertos en servicios financieros que incluye compañías de renombre mundial, verdaderos arquitectos de la planificación fiscal agresiva de las multinacionales. Entre ellas las llamadas Big Four (PricewaterhouseCoopers, KPMG, Deloitte y Ey).
El profesor londinense Ronen Palan, en entrevista con The Conversation, afirma que “Llegó la hora de juzgar a los abogados y contadores que facilitan la evasión fiscal”. Existe consenso, según Jon Schwarz que con voluntad política se puede terminar fácilmente con los crímenes expuestos por los Pandora Papers.
Lo cierto es que, como señala Jon Schwarz, se pueden terminar fácilmente con los crímenes expuestos por los Pandora Papers si hay voluntad política. La pusilanimidad de los estados y organizaciones internacionales es parte integrante de una globalización neoliberal cuya violencia sistémica ha profundizado las desigualdades a límites insospechados. La crisis climática, obliga a terminar tanto con la lógica del crecimiento económico, como con la de la acumulación de riquezas sin límites gracias a los paraísos fiscales.
¿La indignación provocada por las revelaciones de los Pandora Papers, preludia el fin de los paraísos fiscales?
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