Honduras cerró un año bajo fuertes amenazas contra la ciudadanía, expresadas en la pandemia Covid-19, los huracanes, el desempleo, hambre, violencia, narcotráfico, corrupción e impunidad, pero también, expresadas en el ambiente político electoral, ciudades modelo y la creación de leyes y decretos antipopulares, dijo en entrevista a Radio Progreso el sacerdote jesuita Ismael Moreno, director del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación Eric-sj.
Para el Padre Melo, ese ambiente de amenazas contribuyó a consolidar el pacto político de impunidad que lidera Juan Orlando Hernández, mismo que comenzó con la salida de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, Maccih, la puesta en marcha del nuevo Código Penal y con el control de los recursos aprobados para atender las emergencias por el Covid-19 y los huracanes.
De fondo en la conducción del pacto político de impunidad está el miedo inducido a la ciudadanía hondureña, por la falta de datos reales que muestren el impacto de pandemia en el país, por los mensajes difundidos a través de las cadenas nacionales de radio y televisión, los toques de queda, la represión y el encarcelamiento de los defensores del agua como es el caso de Guapinol.
“Ese Pacto Político de Impunidad es el instrumento que conduce el actual proceso electoral”, dijo explicando que ese pacto ha llevado a definir las dos Honduras. La primera es la de una crisis profunda humanitaria, expresada en el aumento de la migración masiva, incremento de violencia y desempleo, devastación por los niveles de vulnerabilidad ambiental, precariedad en el sistema de salud y educación. Una crisis no coyuntural sino estructural o de fondo, que conduce la realidad de los años venideros.
Según analistas en materia económica el 2020 cerró con 8 de cada 10 personas viviendo en pobreza. “Esa Honduras de crisis humanitaria ha dejado a millones de personas en un estado de absoluta calamidad. Cuanta más gente miserable hay, más tiene a su favor el Pacto de Impunidad, para controlar o capitalizar a su favor simpatizantes o seguidores a través de pequeñas dadivas, bonos y bolsas solidarias”, dijo el Padre Melo.
La otra Honduras es la que conduce el proceso político electoral, “que nos ha llevado a creer que todos los problemas se resuelven en las urnas, por lo tanto, quien esté fuera del proceso electoral no es hondureño ni hondureña y es una amenaza, por eso todo mundo a enrolarse, a buscar puestos de elección popular o apoyar candidatos”, dijo explicando que las dos Honduras conectan por un puente, cuyas llaves para abrir las puertas las tiene el grupo de poder que lidera Juan Orlando Hernández, de modo que el pacto político de impunidad tiene el control de esas dos Honduras.
Quienes lideran el pacto han llevado a que los diversos sectores que participan en el proceso electoral acepten las reglas del juego, a pesar de las ilegalidades que se presentan como el financiamiento y la relección presidencial. Moreno cree que mantener esa división entre las dos Honduras, es una estrategia del pacto porque los contendientes en las elecciones se meten de cabeza en buscar votos y ganar, mientras se olvidan de los damnificados, los migrantes, los desempleados y hambrientos.
El Padre Melo considera que de cara al 2021, el país continuará viviendo las expresiones dramáticas de las dos vertientes hondureñas: crisis humanitaria y proceso electoral, pronosticando que será un año de fuertes e inútiles confrontaciones políticas, que se darán por no resolver los problemas estructurales de al menos la última década, y porque todos los candidatos van a querer obtener una cuota de poder en alguna institución del Estado.
Frente a ese escenario, el Padre Melo cree que la ciudadanía organizada y en alianza con organizaciones internacionales debe promover e impulsar que Estados Unidos, con el cambio de gobierno y en el marco de su lucha contra el narcotráfico y la corrupción, encierre a Juan Orlando Hernández y su grupo más cercano para que comparezcan ante la justicia. Este aislamiento debe acompañarse de ayudas al país para el combate del pacto de impunidad y fortalecimiento de la institucionalidad.
Otro escenario sería la creación de una auténtica y amplia alianza política electoral donde todos los sectores de oposición acepten conformarla para enfrentar el pacto político de impunidad, que es el Partido Nacional y todo el conglomerado que está alrededor, y que buscan darle continuidad a la política autoritaria, de extractivismo y corrupción, “sino se crea esa alianza muy difícil romper con ese pacto”, enfatizó.
Finaliza diciendo que, esos escenarios suponen de un factor externo que viene desde Estados Unidos y un interno a través de la alianza política electoral que conduzca hacerle frente a un posible fraude y que se oriente hacia una propuesta de gobierno multipartidario, pluralista que recupere la democracia en Honduras.
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