jueves, 17 de mayo de 2018

Presos políticos de Pimienta arañan a la justicia hondureña



El calor era sofocante. Ese día el occidente hondureño, normalmente más fresco que el resto del país, agregó un nuevo elemento a los nervios: el sofoco. Antes de las dos de la tarde, los portones de la cárcel de máxima seguridad El Pozo, ubicada en el municipio de Ilama, Santa Bárbara, se abrieron para dejar en libertad a 7 de los 21 presos políticos en el marco de la crisis post electoral en Honduras. 

Más de 4 meses tuvieron que pasar para que Lourdes Johana Gómez, Wilfredo Cáceres, Jonathan Ricardo Perla, Maynor Ariel Reyes, Santos Ramón Pérez, Melvin Mauricio Chávez, Francisco Miguel Gómez y Roque Jacinto vieran la luz del día, más de 4 meses encerrados en una celda dentro de la cárcel, que, según el gobierno, alberga a los presos más peligrosos del país. 

Luego de una audiencia para revisión de medidas, los juzgados sampedranos llegaron a la conclusión que 7 hombres y una mujer, podían defenderse en libertad de los delitos de incendio, estragos en perjuicio de la Secretaria de Seguridad, tenencia ilegal de equipo de uso exclusivo de la Policía Nacional, atentado en perjuicio de miembros de la Policía Nacional y asociación ilícita, todos achacados por el incendio a la posta policial de Pimienta, Cortés el pasado mes de diciembre de 2017. 

Una larga noche 

La audiencia de revisión de medidas para los 8 presos políticos de Pimienta se celebró el viernes 04 de mayo. En horas de la tarde en el juzgado de San Pedro Sula-al norte de Honduras- se hizo el cambio de prisión preventiva por libertad condicional, lo que se traduce en que los 8 imputados pueden defenderse en libertad, siempre y cuando firmen cada semana en los juzgados y no salgan del país. 

Lourdes, la única mujer procesada en esta crisis, se enteró del cambio de medida esa misma noche. Los nervios y el llanto fueron incontrolables. Fue imposible dormir, pensar en el abrazo con sus 4 hijos, madre, padre, su esposo y hermano que también estaban presos, provocó desvelo. Lentamente la mañana llegó, tiempo justo para alistar sus pocas pertenencias y despedirse de mujeres que por cuatro meses se convirtieron en amigas, se convirtieron en su familia. 

El día que Lourdes fue capturada, la mayoría de los medios publicaron en sus portadas la captura de ella y otros más, titulándolos como los responsables del caos en Pimienta, Cortés. Ese sábado que fue liberada condicionalmente, únicamente Radio Progreso dio cobertura a la noticia. Con lágrimas en sus ojos dijo: “agradecida con Dios, feliz porque estaré con mis hijos. Todo esto es injusto, nosotros no tenemos nada que ver en lo que nos acusa. Voy a un juicio segura porque no hice nada de lo que me acusan”, esas fueron las primeras declaraciones de Lourdes.

Al encuentro con Lourdes fueron las integrantes del Comité para la Liberación de Presos Políticos, mujeres que durante meses acompañaron a los detenidos y sus familias. Desde que salió del centro penal el silencio y los ojos llorosos la acompañaron, el único momento de conversación era cuando sonaba el teléfono, ella iba coordinando el encuentro con su hermano, esposo y demás presos que ese mismo día quedarían en libertad. 

Ese sábado Lourdes salió de Tela con rumbo al Pozo. En medio del camino hizo un alto para agradecer a tanta gente que estuvo pendiente de ella y su familia, ese alto fue en Radio Progreso. Minutos antes de las doce del mediodía, brindada entrevistas muy conmovida por todo lo vivido por la única razón de protestar en contra del fraude electoral. “Nosotros hemos andado en manifestación desde el golpe de Estado, seguimos en lucha contra el fraude electoral. Solo esperamos que en el juicio se haga justicia porque quien nada debe nada teme, confío en Dios y en la justicia hondureña”, dijo Lourdes. 

El Pozo 

Pasada las dos de la tarde de ese mismo sábado 05 de mayo, los portones de El Pozo se abrieron para dejar salir a 7 de los 10 detenidos desde el pasado 26 de diciembre de 2017- Hasta el lugar los familiares, amigos, algunos políticos y los integrantes del Comité para la Liberación de los Presos Políticos llegaron en una caravana emotiva que al grito de “si se pudo” recibieron a los 7 dejados en libertad provisional. 

Lourdes llegó y la gente comenzó abrazarla, el llanto fue imposible de contener, la gente recibió con emoción la libertad de esta mujer y estos hombres que durante meses su único pecado fue manifestarse en demanda al respeto de la voluntad ciudadana. Lourdes emocionada respondía a los abrazos, pero su vista recorría cada rostro en busca de sus hijos y su esposo. 

Al cruzar mirada vio a Melvin, pelo rapado, camiseta roja, tenis blanco, sin duda más delgado, allí estaba el amor de su vida, ahora dejado en libertad. El abrazo y los besos fueron el acto seguido, luego sus dos hijos se unieron al abrazo. Esa familia se reencontró luego de 4 meses duros y largos. 

Las afueras del centro penal se convirtieron en feria: los gritos, abrazos y vivas inundaron el ambiente. Y como en toda feria también los políticos hicieron su espectáculo. Varios diputados llegaron al recibimiento de los presos políticos, las fotos inundaron las redes sociales de inmediato.

Los 8 privados de libertad, siete hombres más Lourdes se subieron al bus que llegó lleno de familiares, vecinos, amigos y amigas. El regreso a su querida Pimienta duró una hora y media, allí los relatos de todo lo vivido en la cárcel de máxima seguridad iniciaron. 

La caravana 

Pimienta es un municipio cercano a San Pedro Sula, en el departamento de Cortés. En su mayoría está compuesto por comunidades rurales, dedicadas al comercio informal y trabajo en las maquilas próximas a la zona. 

El bus que traía a los 8 privados de libertad fue recibido por una caravana de mototaxis, carros y motocicletas, quienes al ritmo de los pitos, canciones y cohetes celebraban que luego de más de 4 meses la justicia comenzara asomarse. La celebran fue a medias, ya que Nahún Amaya, José Orlando Santos Ordoñez y Daniel Santos Ordoñez quedaban dentro del Pozo.

En el recorrido Lourdes y su esposo pasaron por el negocio y la casa que durante años albergó a su familia. 4 meses de encierro y la maldad de algunos hicieron que todo el patrimonio que construyeron quedara en escombros. 

En casa 

Gente corriendo de sus casas, salía entre las calles llorando o gritando, sin duda de felicidad a ver que Lourdes y los 7 presos políticos regresaban a su pueblo luego de 4 meses y 8 días desde las capturas que hicieron las autoridades policiales en el marco de una serie de allanamientos en Pimienta. 

Uno de los más conmovidos fue el padre de Lourdes y Francisco, Don Roberto Alas, él aseguró que la detención de sus hijos se dio días antes para evitar que las acciones de protestas ciudadanas continuaran a finales de diciembre. “Ellos fueron detenidos para evitar que la gente se movilizara, a ellos los seleccionaron, los exhibieron como delincuentes, querían provocar miedo para detener que se movilizaran contra del fraude electoral”.

Don Roberto con lágrimas dijo que estos cuatro meses han sido de sufrimiento, “porque mis muchachos son inocentes. Estamos luchando por liberar este país no desde ahora, sino desde años atrás. Estar en las calles es como estar presos en este país, así que es necesario continuar luchando”, agregó. 

El dolor de Don Roberto es evidente, su hija, hijo y su yerno fueron capturados y encarcelados, esa familia fue trastocada por completo ante las acusaciones y todo el proceso que se les sigue. 

Antes de la detención Lourdes denunció que un policial asignado a Pimienta la acosaba exigiendo que diera información de pandilleros o bandas que controlan la zona. Ella con miedo, porque no entendía qué información le pedían denunció esto ante el Ministerio Público. La denuncia está, la investigación como en el 90 por ciento de los casos sigue sin desarrollarse, está en impunidad. 

Salimos todos 

Seis días después de la salida de Lourdes y sus 7 compañeros de Pimienta, el juzgado de San Pedro Sula desarrolló la audiencia de revisión de medidas para Edwin Nahún Amaya y los hermanos Orlando y Daniel Ordoñez, quienes habían quedado recluidos en la cárcel de máxima seguridad. En horas de la tarde se aprueba su libertad condicional, fue allí luego de varios meses que la sonrisa de Doña Norma, madre de Orlando y Daniel, asomó nuevamente. La luz llegó al rostro y vida de esta mujer que durante 4 meses y 8 días no puedo dormir pensando en sus hijos metidos en una cárcel como el Pozo. 

En cada audiencia, reunión o plantón Doña Norma, cerraba su negocio de venta de pollo frito, para participar, esto desde hace 4 meses cuando sus hijos fueron capturados en el mismo allanamiento que buscaba silenciar un municipio que desde el fraude electoral mantuve acciones de resistencia. 

Preocupación 

En su reciente informe la Oficina de Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, OACNUDH constató que se había presentado cargos criminales contra al menos 114 personas por su presunta participación en delitos cometidos durante las protestas. “Los delitos abarcan desde seguridad contra el Estado y el orden público y contra la propiedad (incluyendo daños, incendios provocados de forma intencional, producción de material explosivo y robo), así como la posesión ilícita de armas, entre otros. 

Después de que se desestimaran 18 casos en la fase previa al juicio, 96 de 114 personas seguían siendo enjuiciadas hasta enero, y 21 de ellas se encontraban en prisión preventiva. Veinte de estos últimos fueron recluidos en las cárceles de máxima seguridad de Ilama y Morocelí. La Oficina del Alto Comisionado en el informe dijo que no pudo determinar la justificación de la decisión judicial de alojar a los detenidos en instalaciones de máxima seguridad.

Al 27 de enero, dos personas fueron detenidas y juzgadas por la muerte ocurrida el 22 de diciembre, de un agente de policía; otras 11 personas fueron detenidas y sometidas a juicio por los incidentes ocurridos el 20 de diciembre, en los que cuatro agentes de policía fueron agredidos.

Torturas 

Los diez presos políticos que estuvieron dentro del Pozo son firmes al reafirmar los horrores vividos en esta cárcel, que según gobierno de facto de Juan Orlando Hernández es uno de sus mayores logros en materia de seguridad. 

“El primer día que nos llevaron al Pozo el propio director del centro penal llegó a dar una golpiza a uno de los compañeros que consultaba porqué nos detenían, que nosotros no éramos responsables de las acusaciones que nos hacía. Hay un Dios en el cielo, nosotros no quemamos ninguna posta, no torturamos a ningún policía, allí están las fotos y videos, nosotros no aparecemos”, dijo entre lágrimas uno de los jóvenes liberados el pasado 05 de mayo. 

Con un nudo en la garganta, los ojos brillosos intentando que las lágrimas no salgan, él dijo que los tratos fueron inhumanos. “En las noches llegaban los policías y nos decía: tienen frío niñitas, pues ya les lanzamos dos llantas para que les metan fuego y se calienten. Los militares nos gritaban sigan apoyando a Nasralla, Viva JOH, fueron momentos difíciles”. 

Entre los relatos está los hostigamientos que militares hacían constantemente en contra de los 10 recluidos en el Pozo. “Cuando nos tocaban audiencias en San Pedro Sula, nos sacaban del módulo de máxima seguridad, nos subían a los carros y en el camino los militares nos decían: ahora sí perro los iremos a tirar al río Chamelecón, jumm eso era horrible. Sabe al llegar al Pozo nos raparon la cabeza, querían que anduviéramos pelones para confundirnos con pandilleros”, sigue el relato entre lágrimas. 

Si la situación para los privados de libertad de esta cárcel es difícil, imagínese los 10 detenidos por salir y protestar en contra del fraude electoral de noviembre 2017, denunciar las violaciones que JOH cometió en el marco de las protestas que acabaron con la vida de decenas de personas, personas acusadas y recluidas, más las amenazas y los lesionados. 

Lo vivido en 4 meses 8 días para estas 11 personas nunca se olvidará, el miedo invadió sus vidas, además son obligados algunos cada semana, otros mensualmente a firmar una libertad condicional que debe ir acompañada de un proceso judicial con delitos que sustenta un Código Penal, que tuvo reformas para endurecer penas para todos aquellos que vayan en contra de la oficialidad. 

Lourdes y sus 10 compañeros de Pimienta, Cortés, incluido su hermano y esposo intentan recuperar sus vidas sabiendo que nada será igual. Los 4 meses y 8 días internos en el Pozo y la cárcel de Tela marcaron sus vidas por siempre, ahora deben aprender a vivir con el miedo, deben intentar recuperar algo de lo que fueron y que les arrebataron, mientras eso pasa deben responder a todas las acusaciones que la justicia les hace por su reclamo de respeto a la institucional y el Estado de derecho. 

Mientras los presos políticos dejados en libertad condicional y los que continúan recluidos, las organizaciones de derechos humanos y la misma Oficina del Alto Comisionado demandan del Estado de Honduras, ese que pisoteó y que controla JOH, establecer los mecanismos necesarios para fortalecer el acceso a la justicia de las víctimas y sus familiares de violaciones a los derechos humanos, en particular mediante la prestación de asistencia legal y apoyo psicosocial; fortalecer y aprovechar plenamente los mecanismos para garantizar la protección de las víctimas y los testigos. Además de velar por el respeto del debido proceso legal y de las garantías judiciales en el enjuiciamiento de las personas que participaron pacíficamente en las protestas; evaluar cuidadosamente la necesidad de la detención preventiva.

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