lunes, 14 de mayo de 2018

Mentiras que no son piadosas



Por Chaco de la Pitoreta

Alguien tiene que decirle al usurpador de la presidencia y asesino de la democracia en Honduras, que mentir nunca le ha quedado bien. Que desde la primera cosa que dijo la falsedad le brotó por todos los poros, que le miente al mundo, al pueblo hondureño y a él mismo. Que lo hace patológicamente. Que los que están a su alrededor le mienten, lo adulan y lo idiotizan (si es que se puede más) y él víctima de su propia inmundicia no da marcha atrás, no se reconcilia con la verdad y con el pueblo.
Usted miente cuando dice que abogará por los olvidados de Honduras en los Estados Unidos, los que usted exporta cuando les niega oportunidades en el país, los que usted relega cuando gobierna y convierte la patria en el feudo de unos cuantos millonarios y se los arrebata al resto de hondureños y hondureñas. Esos que persigue, mata y destierra con su política de seguridad que solo protege sus bienes e intereses y condena a los que se niegan a aceptar su verdad. Es su responsabilidad el que ya no haya TPS para esos tantos compatriotas. Fue usted - con su actitud servil y mediocre hacia la tiranía del norte, que lo mantiene en el poder - quien les condenó a la cacería a la que ahora se verán expuestos. No sea hipócrita, ni sean hipócritas ustedes medios de comunicación y periodistas mediocres, usted no hará nada por los hondureños y hondureñas sin documentos, a usted no le importan los pobres, jamás le han importado y toda la propaganda estúpida que hace diciendo que abogará por ellos y ellas no es más que otro acto déspota en su lista de mediocridad.

Miente cuando dice que pueden volver y que Honduras les espera con los brazos abiertos y con las condiciones para vivir mejor. Los hondureños tenemos no los brazos abiertos - sino el cuerpo - pero por la navaja de su ignominia, sangramos. Usted nos mata con su pretoriano ejército de Policías Militares, entrenados como perros para morder – hasta el desgarro - al pueblo y recoger con delicadeza los periódicos que lo adulan. Se olvidó de las escuelas y las sustituye por batallones, cambio lápices por balas y libros por rifles. Es una especie de vampiro insaciable, cuyos colmillos han crecido tanto que es imposible ocultarlos.

Para usted somos la mara y la pandilla que combatirá con esa jagüilla de caninos que vestirá de uniforme y les dará orden de morder. Por que no los manda contra la mara del Partido Nacional, su pandilla, y los hace pagar todo el daño que le han hecho a Honduras. Perdón, olvidaba que el perro no se muerde su propia cola. Usted miente cuando habla de luchar contra el crimen organizado y no hace nada cuando los que se organizan en el Partido Nacional para hacer crimen salen en libertad, sin delitos y con la impunidad que permiten sus instituciones. 

Sin embargo, sepa que su mentira ya no tiene tanto eco. El pueblo hondureño en el territorio y el expatriado en el exilio por el robo de la patria que usted ha hecho, ya comprendió que su nivel de maldad transciende fronteras geográficas y humanas. Ya no le creen. Se está quedando solo y sus actos le acumulan tantos adversarios que su soledad es su peor enemigo. Hoy en el pueblo emerge otro grito, se hacen otras rutas, se siembran esperanzas y se cosechan otras luchas. Usted caerá. Más temprano que tarde lo veremos caer. Lo hará aquí, allá y en cualquier parte del territorio nacional y extranjero, hasta donde han llegado los tentáculos de su maldad. Y entonces el pueblo será libre, y la patria será de todos y todas y usted nadará en las aguas de la cloaca imperialista que hoy lo hace sentirse dueño de la tierra que también es mía.

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