miércoles, 11 de junio de 2014

Letra muerta



Familias campesinas no están dispuestas a salir de la Finca Paso Aguán

Venimos al plantón del primer viernes de junio 2014 aquí en la Plaza de los Desparecidos con la tristeza que nos embarga el vació que nos deja la partida física de Albertina Rodríguez, madre de Luisa Socorro Rodríguez, desaparecida por escuadrones de la muerte el 2 de julio de 1984.
Albertina dejó una huella imborrable para nuestro Comité en la lucha por la verdad y la justicia, porque a pesar de sus dolencias sostenidas en un bastón, cada mes vino al plantón en esta plaza.
Hoy, en su ausencia honramos la memoria de Albertina Rodríguez y de su hija que acompaña a nuestros desaparecidos y desaparecidas de la década de los ochenta e inicios de los noventa, cuando gobernaban igual que hoy liberales y nacionalistas junto a militares mercenarios al servicio de Estados Unidos.
En esta fecha asistimos rodeadas de espejismo oficiosamente construidos por corporaciones mediáticas, que siguen una matriz de lo Hecho en Casa para imponer la mentira del éxito, la seguridad y la "vida mejor", en el país más desigual y violento del Planeta.
Y para decir las cosas por su nombre de una vez. Honduras es gobernada por una banda del crimen organizado que está desafiando a su competencia en el mercado, conminándola a salir de su territorio. Y esta disputa es la que genera los más brutales hechos de violencia a nivel nacional. Y de violaciones a los derechos humanos.
En ese duelo, el Estado es instrumentalizado por una de las fuerzas criminales en conflicto, sin importar la población que muere en buses, taxis, barrios y ciudades, sin auxilio de nadie. Ni de cristianos ni policías, ni de militares ni de la comunidad internacional. Nada. La selva pura.
En medio de esa guerra entre bandas, el Legislativo aprueba una ley de Protección para defensores y defensoras de derechos humanos, operadores de justicia y periodistas, creando una burocracia impresionante que coopta a organizaciones civiles afines a la dictadura.
La aprobación de dicha ley es para cumplir y mentir, ya que en los próximos días Honduras tendrá que rendir cuentas sobre las recomendaciones del Examen Periódico Universal (EPU), de las Naciones Unidas, que exige protección a sectores vulnerables que sufren amenazas, persecución, crímenes, asechanzas y campañas de criminalización.
Para el COFADEH no es con letra muerta como se combate la delincuencia y la impunidad, las palabras deben ir acompañadas de hechos concretos, no de ataques a seres humanos como vemos todos los días en el país.
Pretender engañar a la comunidad de naciones es tan nocivo como pretender engañarnos entre nosotros mismos, celebrando una legislación que está en los planes operativos de 2013 y 2014, pero que no representa nada. Es un hazmerreír.
Ese mundo tenebroso, incierto e inseguro es el que cada día enfrentan las mayorías, cansadas de imposiciones, abusos y promesas de seductores farsantes que construyen escenarios ficticios mientras matan la vida y la esperanza.
Hoy denunciamos que los defensores y defensoras de derechos humanos seguimos siendo intimidados, perseguidos, criminalizados, censurados, amenazados y estigmatizados; desgraciadamente somos un objetivo de campañas mediáticas de descrédito desde el Estado, por resistirnos a ser comparsa de la dictadura de la muerte.
Nada ha cambiado desde el golpe de Estado de 2009, al contrario, vivimos hoy las consecuencias del rompimiento del orden constitucional, con una ausencia en el equilibrio de los poderes del Estado, supeditado al poder omnímodo y al imperialismo estadounidense.
De los Hechos y de los Hechores
Ni Olvido Ni Perdón
COFADEH
Tegucigalpa MDC 6 de junio de 2014

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