miércoles, 22 de enero de 2014

Régimen golpista profundiza el neoliberalismo



Por Ricardo Ellner

Elecciones 2013

Como si fuera poco hablar de los bajos índices que se presentan en Honduras tanto en el campo de desarrollo humano, económico, político y social, el régimen continuista del golpe de Estado liderado por el oficialista Juan Hernández –quien fue declarado como ganador de las elecciones pasadas a pesar del fraude electoral–, hoy se enrutan a profundizar las huellas civilizatorias del neoliberalismo aplicando fuertes impuestos a que menos poseen, y así favorecer a las minorías de mayores recursos.

Tras la dilapidación de los fondos públicos durante los últimos cuatro años por parte del oficialista Partido Nacional con Porfirio Lobo a la cabeza del Ejecutivo y Juan Hernández titular del Legislativo, poco o nada han podido hacer frete a la crisis del sistema de salud, educación, desempleo, seguridad, etc. Por tanto, han recurrido al recetario tradicional del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en contubernio con la cúpula política que provocó el golpe, para anunciar una nueva reforma tributaria mejor conocida como paquetazo. 

Inusitadamente y aprovechando como nube de humo la época navideña, los parlamentarios del legislativo (donde el oficialismo en la actualidad posee mayoría simple con 71 diputados de 128 y que tras realizadas la elecciones apenas lograron 47 curules) sesionaron una semana previa a “noche buena” –una práctica poco común– y que deja como resultado en un único debate (de tres necesarios) la “Ley de Ordenamiento de las Finanzas Públicas, Control de las Exoneraciones y Medidas Antievasión” que contempla una serie de disposiciones fiscales para aumentar los ingresos y “reducir” el gasto público. 

El paquetazo establece la derogación de las exoneraciones a la importación de mercancías, el aumento al impuesto de la importación de combustibles, amplía la base del Impuesto Sobre la Renta (ISR), reduce el subsidio a la electricidad y contempla un aumento del 3% al Impuesto Sobre Ventas (ISV), es decir del 12% al 15%. Sin embargo todas estas medidas de Ley carecen de representatividad popular, ya que derivará en un impacto directo en detrimento de la economía del país.

Una economía dónde más del 60 por ciento de la población apenas gana 1 dólar al mes; donde a la clase política no le importan sus habitantes pues 700 mil jóvenes no estudian y no trabajan, y como si fuera menos, cada día en Honduras 20 personas son violentamente asesinadas, y el 70 % de ellos son menores de 30 años.

No obstante, se prioriza desde las esferas oligárquicas a cobrar más impuestos a una sociedad pobre y empobrecida así como excluida, y beneficiar a los ricos e incluidos. Cómo bien diría Eduardo Galeano “no sólo a la luz de los fogonazos de las balas se revela una tragedia social”.

Sin duda, que este tipo de medidas económicas imbricadas a las políticas públicas no actúan en el vacío, su contenido y aplicación obedece al régimen de ampliación de las políticas de libre mercado en su estado más salvaje conocido como neoliberalismo. Por tanto, es posible evidenciar que estas políticas se siguen redactando desde escritorios a través de saberes de los “expertos” actuando en detrimento de las mayorías e imposibilitando el desarrollo de políticas económicas solidarias dónde es el pueblo que interviene y participa directamente. 

Situación económica y oposición 
La paradoja realidad de Honduras, dónde las transferencias económicas provienen de los habitantes más humildes, los marginados, los empobrecidos, los trabajadores explotados –y uno que otro que apenas tiene más del promedio acumulado. Es decir, los sectores bajos y medios a través de impuestos pagan los privilegios de los políticos ya que esos dineros no se traducen ni en programas sociales y mucho menos en mejoras de infraestructura ya sea de educación, vial, hospitalaria o de vivienda. Más bien, es dinero que no tiene retorno. 

En ese sentido, los dirigentes del partido Libertad y Refundación (LibRe), manifestaron su total rechazo a las medidas tributarias vueltas Ley con Decreto No. 278-2013 que ha impuesto el oficialismo antes que termine el actual gobierno y “de paso” al de Hernández. Asimismo, indicaron por un lado, que desde la trinchera del Congreso Nacional se hará vehemente oposición con los 81 diputados de las diferentes bancadas y (de ellos 37 pertenecen a LibRe), para frenar los avances de la derecha y la profundización del neoliberalismo,; mientras que por el otro lado, la masiva fuerza popular a través del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) presionará y luchará desde las calles. 

El coordinador general de Libre y ex presidente de Honduras, José Manuel Zelaya señaló que “en el país existe una desaceleración de la economía dejando un escaso crecimiento del 2.8 %”. También argumentó que la estimación del déficit que se registra es consecuencia del incremento en la proyección de los gastos y que “los ingresos totales (al erario público) se espera que sean menores debido a un desfase en la recaudación de los ingresos tributarios”.

En la conferencia también indicaron que desde el golpe de Estado de 2009 se ha registrado el mayor gasto público en la historia del país, lo cual se traduce en un incremento del 334% de la deuda interna. Mientras tanto, la deuda externa ha crecido a un ritmo desproporcional, lo cual contrasta con la reducción en saldos en el 2008 durante la administración de Zelaya.

El Banco Central de Honduras (BCH) en su informe Programa Monetario 2013-2014 destaca textualmente que “a pesar de las medidas tomadas en los dos años precedentes (más impuestos y devaluación de la moneda) para la contención del gasto, así como las relacionadas a incrementar la captación de recursos vía recaudaciones tributarias, éstas no alcanzaron las metas previstas para el 2012, lo que resultó en un déficit del 6.0%”. 

Zelaya condenó que según las cifras oficiales que se manejan desde la Secretaría de Finanzas, sólo para servicio de la deuda pública total en el período 2013-2017 se necesitará el destino de más de 100.000 millones de Lempiras (moneda oficial), es decir, unos 5,000 millones de dólares estadounidenses. Además agregó que según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Honduras es uno de los países con mayor inequidad en América Latina.

Aunado a lo anterior, los niveles de pobreza se han incrementado de acuerdo a organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el BM, a la vez que señalan que existían condiciones que experimentaron mejoras significativas durante la presidencia de Manuel Zelaya (2006-junio 2009), mientras que en los últimos 4 años dirigido por el régimen golpista por medio del binomio Lobo-Hernández, la pobreza ha repuntado en 7.7% afectando al 66.5%, y que ahora sufrirá un nuevo revés con más cobros arancelarios. 

Populismo neoliberal
Hernández manifiesta que estas medidas contribuirán al fomento de la justicia social; una falacia neoliberal pues al fin y al cabo serán los sectores populares y la clase media los que pagarán esas recargas económicas, dejando exentos de los cobros de impuestos a las grandes empresas transnacionales con el argumento de que son los principales generadores de trabajo en el territorio. También indicó que hará un gobierno para todos, sin especificar quienes son todos aunque se augura que son “todos los mismos”. 

En palabras Ernesto Laclau, es posible evidenciar que lo que teje el oficialismo en Honduras son políticas populistas de diferencia, es decir “una lógica eminentemente institucionalista, en la que las demandas sociales son individualmente respondidas y absorbidas por el sistema. La prevalencia exclusiva de esta lógica institucional conduciría a la muerte de la política y a su reemplazo por la mera administración”. 

Sin embargo, las soluciones modernas de alto corte transnacional no son aptas para la realidad tanto de Honduras como de Latinoamérica, no obstante se siguen legitimando desde la esfera del Estado aunque se encuentre en su mínima expresión y limitado en su capacidad de acción. O como bien diría Habermas, que vivimos en una segunda modernidad construida a partir de la primera modernidad, la modernidad ibérica de los conimbricenses del siglo XVI. 

En consecuencia significa que con la imposición de nuevas tasas arancelarias que llegan desde el régimen oficialista para todos y todas las hondureñas, lo político es un lugar específico de la producción de recursos argumentales para la legitimación del orden legal, político y cultural, así como la disputa por su negación. Es en esa dirección, para contrarrestar la serie de medidas tributarias el rol de la oposición tanto de izquierda como de centro es sumamente importante y debe cohesionarse para favorecer –con la eliminación de este paquetazo– a las grandes mayorías siempre olvidadas y, darle un revés a los siempre recordados aplicándoles impuestos y no exoneraciones.

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