jueves, 30 de enero de 2014
Partido liberal, tradicionalísimo
Por Víctor Manuel Ramos
… la conspiración mediante la cual los dos partidos políticos tradicionalísimos se habían puesto de acuerdo para restaurar íntegro su régimen tiránico, bajo el cual tanto ha sufrido la hondureñidad, por tantos años y especialmente en el último lustro…
¿Cómo se les ocurre? ¡120 leyes y decretos de ley y reformas y no sé cuántas concesiones en tres semanas, porque el poder—como el amor—se acaba hasta que se acabó o un día antes!
Rodolfo Pastor Fasquelle
Artículo 189. El Poder Legislativo se ejerce por un Congreso de Diputados, que serán elegidos por sufragio directo. Se reunirá en sesiones ordinarias en la capital de la República el veinticinco de enero de cada año, sin necesidad de convocatoria, y clausurará sus sesiones el treinta y uno de octubre del mismo año.
Constitución Política de Honduras
El Partido Liberal firmó su propia acta de defunción al propiciar, en alianza con el Partido Nacional, el golpe de Estado para complacer los intereses de la oligarquía nacional antediluviana y para oponerse a las tibias reformas que José Manuel Zelaya proponía para aliviar un poco la carga de la miseria que soporta la mayoría de la población hondureña. El paso siguiente que ha acelerado su estrepitosa caída se da con el gobierno corrupto de Micheletti, Goriletti como le bautizó Hugo Chávez, también en franca alianza con los cachurecos. Casi de inmediato va a una elección sin votantes, inflada fraudulentamente, en la que recibe una tremenda vapuleada por parte de los azules, sin bosticar protesta alguna. Durante el régimen de Pepe Lobo, pobre a quien Dios no le permitió realizar obra alguna en castigo por ser monigote de JOH, los nacionalistas, mediante el control absoluto del Congreso Nacional, legislaron en contra de los intereses del pueblo hondureño y de la integridad nacional, sobre todo en los últimos días en que, aprobaron leyes impopulares a matacaballo con la complicidad de los liberales (muchas de esas reformas y elecciones fueron votadas por diputados liberales que recibieron el tilín tilín de los pesos vergonzantes). Para acabar de colocarse en el punto del precipicio en que no hay vuelta atrás, el partido liberal ha sufrido una derrota indignante en las pasadas elecciones que fueron fraudulentas, con la anuencia y el silencio de los liberales y que ahora aseveran mansamente: “Los votos en las urnas le dieron la mayoría al Partido Nacional”.
Si todo esto fuera poco, han hecho una alianza con el Partido Nacional para que el partido que dirigirá el país durante los siguientes cuatro años, gracias al fraude electoral cometido en las últimas elecciones, se alce nuevamente con el control del Congreso Nacional. Los liberales pretenden lavarse las manos argumentando que ese pacto ha sido a cambio del compromiso de los nacionalistas de ampliar el listado de la canasta básica, cuando los colorados tenían la posibilidad de arrancar la derogación completa del trancazo que nos ha propinado JOH antes de asumir su mando.
En su campo pagado, publicado el 22 de este mes de enero, el Partido Liberal asegura que no hará alianzas con ninguna fuerza política, pero acto seguido va a las sesiones preparatorias del Congreso a bendecir la imposición, la antidemocracia que impide a los representantes del pueblo externar su opinión y hacer sus propuestas. De tal suerte que no es que corre el riesgo de ser absorbido sino que se ha convertido en la muleta que necesitaba el cachurequismo para impedir los cambios necesarios para llevar al país hacia una democracia plena. ¡Porqué razón tendría que sentirse manipulado el partido liberal al pactar con otras fuerzas la elección de una directiva del Congreso que represente a la mayoría de los hondureños, porque los nacionalistas apenas cuentan con el 30% de respaldo en contra del 70% de la oposición?
El Partido Liberal jugó un papel nefasto en el gobierno que concluye, pues muchos de sus diputados, insubordinados a la disciplina partidaria y traidores del mandato de los ciudadanos que les eligieron, hicieron comparsa (billete de por medio) con las decisiones ilegales y antipopulares que impulsó, dictatorialmente, JOH desde el Congreso. Que no es acaso indignante tal conducta, porque el Partido Liberal no ha sancionado con la severidad que el caso amerita a estos tránsfugas que se ofrecen al mejor postor. Esta conducta de muchos liberales no es nueva, ocurrió antes en varias ocasiones.
Ahora se han sacado los “tradicionalísimos” que para que haya gobernabilidad en el país necesariamente el Congreso debe estar en manos del partido del Presidente. Eso no es verdad: actualmente en Los Estados Unidos el Congreso está gobernado por los republicanos que son el partido de oposición a Barack Obama y no por eso hay ingobernabilidad. Por el contrario un Presidente que gobierna con un congreso en oposición hace su gestión lo más apegado a la ley y a los intereses nacionales para concitar el apoyo de la oposición que estará siempre de acuerdo con cualquier medida que tienda al progreso del país y al beneficio de la mayoría de los ciudadanos.
Es verdad lo que dice el Partido liberal cuando afirma que el poder se gana en las urnas y no con triquiñuelas. Bueno, entonces: ¿en dónde están las voces de protesta por el escandaloso fraude que se cometió en las elecciones últimas? ¿Quiénes son los usurpadores? ¿No es cierto que han ganad con fraude, los nacionalistas, la mayoría de los diputados al Congreso Nacional? Ya el Partido Liberal, con honrosas excepciones, actuó como monigote en el Congreso que recién concluye y actúa como monigote al plegarse a los nacionalistas para controlar el Congreso, desde donde podrán “manipular, con todos los recursos del poder”. No olviden los liberales que ellos son los verdaderos responsables de la crisis al haber auspiciado el fatídico golpe de Estado de 2009, como tampoco pueden ignorar que teniendo la presidencia del Congreso los nacionalistas se impondrán porque los votos los lograrán “haciendo lo que deban hacer”. El partido liberal ya fue menospreciado en las urnas pues de ser la fuerza mayoritaria, en la que gran parte de los hondureños confiaban para su redención, pasó a ser la cuarta fuerza, una fuerza diezmada. Y su destino es acabar en el olvido, con votos regalados para poder sobrevivir, como ha ocurrido con el PINU y la DC.
El Partido Liberal promete mantenerse a tono con las aspiraciones populares. Falso, ya lo verán haciéndose un nudo con los cachurecos para apalear al pueblo, ya lo verán haciéndose los locos en relación con el aumento del precio de los combustibles que afecta los precios de todo, haciéndose los desentendidos con el aumento del impuesto sobre ventas y con las otras medidas aprobadas sin siquiera discutirse que afectan los bolsillos de los pobres (propondrán apenas aumentar el listado de la canasta básica). Ya los verán repartiéndose los puestos que deben elegirse en el Congreso, ya eligieron nuevos miembros del Tribunal Electoral ignorando a las nuevas fuerzas que cuentan con más representatividad que el Partido Liberal arrinconado en el desván con los mini partidos. El PAC propone con dignidad que, en vez de paquetazo, hay que rescatar los dineros robados al Estado por nuestro ilustres estadistas.
¿Qué nos dice esto: lo que siempre hemos afirmado: no hay dos partidos tradicionales, existe uno solo, con dos facciones, con un ejército que les sirve de instrumento, que se han venido repartiendo el ejercicio del poder para esquilmar a la pobre Honduras y para vender al mejor postor sus riquezas y su territorio. Hondureños, pongámonos las pilas que, de seguir así, un día los nuevos dueños de estas tierrucas, adelantados con maletín, nos echarán al mar con todas nuestras desgracias.
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