De acuerdo a los resultados del sondeo de opinión que realizó el ERIC, la violencia, la inseguridad y la situación económica son los principales problemas que más afectan a la sociedad hondureña y en donde más ha fracasado la presente administración pública, y por eso mismo ha sido fuertemente reprobada por la población. Y estos mismos problemas se convierten en las tareas más urgentes que demanda la sociedad hondureña de una institucionalidad hacia la cual manifiesta una altísima desconfianza.
La encuesta arroja un grado notable de frustración de la población en relación con las políticas del Estado, y desde una mirada de conjunto, los resultados del sondeo apuntan a una población que se percibe en estado de creciente indefensión. No se siente escuchada por el gobierno y expresa que si la situación de este año es peor que la del año anterior, en el próximo la situación empeorará. La mayoría de la población percibe que el 2011 las violaciones a los derechos humanos se mantuvieron iguales o peores que el año anterior, y en este terreno la juventud es la más vulnerable, porque ha sido en ella en donde se han cebado con mayor fuerza las violaciones a los derechos humanos, incluyendo las de carácter político.
En relación con la crisis política hondureña, los diversos datos de la encuesta indican que la población hondureña no ve señales de que algo pueda cambiar. La población reprueba el trabajo que están haciendo los principales actores políticos en resolver la crisis hondureña, y tampoco ve esperanzas en los nuevos partidos políticos, considerando que mayoritariamente son más de lo mismo, acentuando de esta manera la percepción de que los partidos políticos representan las instituciones con el nivel más bajo de confianza, junto con el Congreso Nacional y el empresariado.
Al momento de buscar respuesta a la crisis política, la población prefiere buscarlas dentro de la institucionalidad actualmente reconocida en el país, pero sin los partidos políticos, sin el gobierno central y sin el Congreso Nacional. Para abrir espacios a una salida a la crisis política, la población apunta, en orden de preferencia, a que las propuestas sean impulsadas por la Corte Suprema de Justicia, los medios de comunicación alternativos, los pastores evangélicos y la jerarquía de la Iglesia Católica.
La encuesta deja establecido que la población se encuentra muy deprimida ante la situación del país, y no formula salidas a la crisis económica y política a través de la institucionalidad política. De la escasa confianza que la resta, la población acaba depositándola en las iglesias tanto Católica como Evangélicas, los medios de comunicación y muy secundariamente en las Fuerzas Armadas y en las municipalidades. No obstante la incertidumbre, inseguridad y desconfianza hacia las respuestas que ofrecen las diversas instituciones, la encuesta deja muy en claro que la mayoría de la población prefiere quedarse a luchar o sobrevivir dentro del territorio nacional que huir o emigrar a buscar soluciones a otros países.
Con los resultados de esta encuesta de opinión pública, la gente ha hablado, ha dicho lo que siente y percibe, seguramente con datos que aparentemente son contradictorios. Sin embargo, pocas veces se deja escuchar la voz y el sentir de la población. Lo que ocurre con frecuencia es que las dirigencias de los diversos grupos sociales, políticos y económicos hablan como si su palabra fuese la voz de la gente. Los resultados de esta encuesta no se han hecho para satisfacer a grupos determinados, sino como un aporte para que en nuestro país todos los sectores nos preguntemos cómo construir propuestas que reviertan el estado de deterioro y violencia en el que nos seguimos hundiendo. Es una oportunidad, no la desperdiciemos.
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