viernes, 24 de septiembre de 2010
Michael Moore y las “regulaciones” de la prensa libre
La Pupila Insomne
Por Iroel Sánchez
“… eso va contra nuestras regulaciones”, dijo la jefa de Estándares y Prácticas de NBC a Michael Moore para explicarle por qué Cuba no podía ganar -aunque hubiera ganado- a Estados Unidos y Canadá en una “competencia” sobre cuidados de salud. Entonces, como sospechamos cuando hablábamos de la censura de CNN, La Sexta y TVE sobre la colaboración cubana en salud y educación, resulta que hay regulaciones en la “prensa libre” que prohiben presentar un resultado objetivo porque este es favorable a Cuba. Ni Chomsky ni Mark Twain se asombrarían.
Pero a veces le censura de los grandes medios con la educación y la salud cubanas provoca reacciones fecundas. Gracias a las honestas “prácticas” de NBC, Michael Moore tuvo la feilz idea de realizar ese manifiesto por la salud de los norteamericanos que es Sicko. Aquí tienen cómo se lo contó Moore a Amy Goodman en Democracy Now, en vísperas del estreno de su película.
AG: Nos reunimos con este cineasta galardonado con un oscar antes del estreno de su nueva película, Sicko. La cinta es una ferviente crítica al sistema de salud de EE UU, que no se concentra en los más de 40 millones que no tienen previsión sanitaria, sino en los 250 millones que la tienen, muchos de los cuales son abandonados precisamente por el servicio de salud por el que han pagado durante décadas. Comencé preguntándole lo que le inspiró a hacer la película.
MM: Bueno, en realidad tuve un programa en la televisión en los años noventa llamado TV Nation, y un día simplemente pensé que sería interesante realizar un concurso. Así que enviamos camarógrafos a una sala de primeros auxilios en Fort Lauderdale, otro equipo a una en Toronto, y otro a una en La Habana. Y cada equipo debía esperar hasta que alguien llegara con un brazo o una pierna rotos, con el fin de seguir a esa persona a través del sistema sanitario y ver la calidad de la atención, con qué rapidez se realizaba y lo que se pagaba por ella. Fue una carrera entre EE UU, Canadá y Cuba. Y para decirlo con pocas palabras, Cuba ganó. Tuvieron la atención más rápida, el mejor cuidado, y no costó nada.
Esa semana entregamos el show a la NBC, y recibimos una llamada del “censor” (no le llaman el censor, claro, sino Estándares y Prácticas). Nos llamó la jefa de Estándares y Prácticas y me dice: «Mike, Cuba no puede ganar». Yo digo: «¿Qué?». «Cuba no puede ganar». «Bueno, ellos ganaron. ¿Qué quiere decir con que no pueden ganar? Ellos ganaron». «No, no podemos decir eso en la NBC. No podemos decir que Cuba ganó, eso va contra nuestras regulaciones». Yo le dije: «¡Oh!, bueno, no lo voy a cambiar».
Pero lo cambiaron. Dos días después, cuando lo transmitieron, lo cambiaron para que Canadá ganara. (Tomado de Pensamiento Crítico )
Por Iroel Sánchez
“… eso va contra nuestras regulaciones”, dijo la jefa de Estándares y Prácticas de NBC a Michael Moore para explicarle por qué Cuba no podía ganar -aunque hubiera ganado- a Estados Unidos y Canadá en una “competencia” sobre cuidados de salud. Entonces, como sospechamos cuando hablábamos de la censura de CNN, La Sexta y TVE sobre la colaboración cubana en salud y educación, resulta que hay regulaciones en la “prensa libre” que prohiben presentar un resultado objetivo porque este es favorable a Cuba. Ni Chomsky ni Mark Twain se asombrarían.
Pero a veces le censura de los grandes medios con la educación y la salud cubanas provoca reacciones fecundas. Gracias a las honestas “prácticas” de NBC, Michael Moore tuvo la feilz idea de realizar ese manifiesto por la salud de los norteamericanos que es Sicko. Aquí tienen cómo se lo contó Moore a Amy Goodman en Democracy Now, en vísperas del estreno de su película.
AG: Nos reunimos con este cineasta galardonado con un oscar antes del estreno de su nueva película, Sicko. La cinta es una ferviente crítica al sistema de salud de EE UU, que no se concentra en los más de 40 millones que no tienen previsión sanitaria, sino en los 250 millones que la tienen, muchos de los cuales son abandonados precisamente por el servicio de salud por el que han pagado durante décadas. Comencé preguntándole lo que le inspiró a hacer la película.
MM: Bueno, en realidad tuve un programa en la televisión en los años noventa llamado TV Nation, y un día simplemente pensé que sería interesante realizar un concurso. Así que enviamos camarógrafos a una sala de primeros auxilios en Fort Lauderdale, otro equipo a una en Toronto, y otro a una en La Habana. Y cada equipo debía esperar hasta que alguien llegara con un brazo o una pierna rotos, con el fin de seguir a esa persona a través del sistema sanitario y ver la calidad de la atención, con qué rapidez se realizaba y lo que se pagaba por ella. Fue una carrera entre EE UU, Canadá y Cuba. Y para decirlo con pocas palabras, Cuba ganó. Tuvieron la atención más rápida, el mejor cuidado, y no costó nada.
Esa semana entregamos el show a la NBC, y recibimos una llamada del “censor” (no le llaman el censor, claro, sino Estándares y Prácticas). Nos llamó la jefa de Estándares y Prácticas y me dice: «Mike, Cuba no puede ganar». Yo digo: «¿Qué?». «Cuba no puede ganar». «Bueno, ellos ganaron. ¿Qué quiere decir con que no pueden ganar? Ellos ganaron». «No, no podemos decir eso en la NBC. No podemos decir que Cuba ganó, eso va contra nuestras regulaciones». Yo le dije: «¡Oh!, bueno, no lo voy a cambiar».
Pero lo cambiaron. Dos días después, cuando lo transmitieron, lo cambiaron para que Canadá ganara. (Tomado de Pensamiento Crítico )
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