sábado, 18 de septiembre de 2010
El encapsulamiento del FNRP
Vos el Soberano
Por Irma Becerra
En la actualidad podemos observar una especie de encapsulamiento del Frente Nacional de Resistencia Popular, especialmente de su Comité Ejecutivo, con sede en Tegucigalpa, el cual se extiende hacia todo el resto del país. Este aislacionismo de los dirigentes respecto a sus bases se caracteriza por el hecho primario de que ya no se realizan las Asambleas del STYBIS para abordar los asuntos de las organizaciones que forman parte del Frente, sino que ahora sólo se discuten entre el grupito que conforma el Comité Ejecutivo, especialmente de Tegucigalpa.
Además de lo anterior se registran graves problemas de discriminación a los intelectuales progresistas, incluso los liberales, que intentan aportar a la discusión de las líneas políticas programáticas del Frente, en el que parece que sólo se permite la línea izquierdista de cortes estalinistas-trotzkistas o estalinistas-marxistas-leninistas, con posiciones dogmáticas como las siguientes:
En Honduras ya no habrá lugar más nunca para elecciones generales por lo que sólo queda la vía de la lucha armada.
La vía armada nos vendrá impuesta desde fuera por el avance de la represión pero aún no estamos en esa etapa.
Las movilizaciones pacíficas deben devenir ahora un enfrentamiento necesario con la policía en el que los manifestantes deben armarse de palos y garrotes para defenderse y atacar si es posible todas las entidades públicas.
La idea de que la moral no cuenta en un líder político.
Sólo el estudio del análisis coyuntural es suficiente para formar políticamente a la población.
La manipulación de niños de la Resistencia para que repitan consignas y reciten orientaciones de corte político, sin respetar su condición de desarrollo personal, se considera un gran logro en la lucha frontal “contra el enemigo”.
El intento de aislamiento y marginación de todo el que piense de manera diversa a la conducción dirigida por el grupito izquierdista es visto como condición necesaria para forjar una falsa unidad.
La no comprensión de lo que es unidad incondicional en política.
La lucha política no se libra en el terreno en que se presenta sino en el que se desea.
El desarrollo de un racismo político al interior del Frente contra los extranjeros que forman parte de la oligarquía.
La intervención por medios violentos de disuasión y convencimiento y no por medio del diálogo franco y racional al interior del Frente.
Desprecio al estudio serio de la teoría y la filosofías políticas.
Utilización de medios políticos iguales a los del tradicionalismo.
Todos estos problemas, que llevan a una honda preocupación en muchos compañeros razonables y prudentes, plantean un divisionismo y un fraccionamiento serio al interior del FNRP porque no se está permitiendo ni el libre pensamiento, ni la libre discusión, ni la libre producción teórica para el desarrollo político, cultural y moral del Frente mismo. Las tendencias izquierdistas que hoy lo dominan consideran que se debe marginar a todo aquel que no sea un seguidor incondicional de sus filas y adulador personalista de sus propósitos e intereses particularistas. Estos vicios deben ser puestos en evidencia y ser denunciados para que podamos discutir con democracia interna los problemas de la nación y del pueblo hondureño porque la credibilidad del Frente está en juego como conductor maduro de la revolución hondureña.
Por Irma Becerra
En la actualidad podemos observar una especie de encapsulamiento del Frente Nacional de Resistencia Popular, especialmente de su Comité Ejecutivo, con sede en Tegucigalpa, el cual se extiende hacia todo el resto del país. Este aislacionismo de los dirigentes respecto a sus bases se caracteriza por el hecho primario de que ya no se realizan las Asambleas del STYBIS para abordar los asuntos de las organizaciones que forman parte del Frente, sino que ahora sólo se discuten entre el grupito que conforma el Comité Ejecutivo, especialmente de Tegucigalpa.
Además de lo anterior se registran graves problemas de discriminación a los intelectuales progresistas, incluso los liberales, que intentan aportar a la discusión de las líneas políticas programáticas del Frente, en el que parece que sólo se permite la línea izquierdista de cortes estalinistas-trotzkistas o estalinistas-marxistas-leninistas, con posiciones dogmáticas como las siguientes:
En Honduras ya no habrá lugar más nunca para elecciones generales por lo que sólo queda la vía de la lucha armada.
La vía armada nos vendrá impuesta desde fuera por el avance de la represión pero aún no estamos en esa etapa.
Las movilizaciones pacíficas deben devenir ahora un enfrentamiento necesario con la policía en el que los manifestantes deben armarse de palos y garrotes para defenderse y atacar si es posible todas las entidades públicas.
La idea de que la moral no cuenta en un líder político.
Sólo el estudio del análisis coyuntural es suficiente para formar políticamente a la población.
La manipulación de niños de la Resistencia para que repitan consignas y reciten orientaciones de corte político, sin respetar su condición de desarrollo personal, se considera un gran logro en la lucha frontal “contra el enemigo”.
El intento de aislamiento y marginación de todo el que piense de manera diversa a la conducción dirigida por el grupito izquierdista es visto como condición necesaria para forjar una falsa unidad.
La no comprensión de lo que es unidad incondicional en política.
La lucha política no se libra en el terreno en que se presenta sino en el que se desea.
El desarrollo de un racismo político al interior del Frente contra los extranjeros que forman parte de la oligarquía.
La intervención por medios violentos de disuasión y convencimiento y no por medio del diálogo franco y racional al interior del Frente.
Desprecio al estudio serio de la teoría y la filosofías políticas.
Utilización de medios políticos iguales a los del tradicionalismo.
Todos estos problemas, que llevan a una honda preocupación en muchos compañeros razonables y prudentes, plantean un divisionismo y un fraccionamiento serio al interior del FNRP porque no se está permitiendo ni el libre pensamiento, ni la libre discusión, ni la libre producción teórica para el desarrollo político, cultural y moral del Frente mismo. Las tendencias izquierdistas que hoy lo dominan consideran que se debe marginar a todo aquel que no sea un seguidor incondicional de sus filas y adulador personalista de sus propósitos e intereses particularistas. Estos vicios deben ser puestos en evidencia y ser denunciados para que podamos discutir con democracia interna los problemas de la nación y del pueblo hondureño porque la credibilidad del Frente está en juego como conductor maduro de la revolución hondureña.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario