miércoles, 25 de julio de 2018
Melissa Cardosa: “En Honduras, la lucha de Bertha continúa”
Por Geraldina Colotti
Se titula los 13 colores de la resistencia el libro que Melissa Cardosa ha venido a presentar en Italia, invitada por el Colectivo Italia Centro América (CICA). Una recopilación de relatos, dedicados a Bertha Cáceres, la ambientalista hondureña asesinada en el 2013, y “a todos los mártires de la resistencia en Honduras, a los prisioneros políticos”. Feminista lesbiana, militante del Movimiento de Resistencia en Honduras, Melissa une el compromiso político a la pasión por la escritura. La hemos encontrado en Roma, en el Centro Social ocupado y autogestionado Ex-Snia Viscosa.
¿Cuál es la situación del Movimiento en Honduras luego del último fraude electoral y la represión que ha seguido después?
La situación es grave porque luego del fraude electoral del pasado noviembre, el apoyo internacional acordado al usurpador Juan Orlando Hernández por parte de los Estados Unidos, de la Unión Europea y de algunos países de América Latina, nuevamente ha legitimado a los golpistas en perjuicio de la lucha popular: una lucha que nos ha sorprendido por el carácter insurreccional que ha asumido, y que ha durado dos meses. Persiste la desobediencia a un régimen capitalista patriarcal tremendamente opresor, siempre más violento y arrogante. Para el usurpador no es fácil controlar a una población siempre más ingobernable. Hay mucha movilización, no sólo por parte de los movimientos organizados, sino también en los territorios. Las comunidades se organizan para la defensa del agua, de los bosques, de la tierra, de la vida y lo hacen con fuerza. Ponen a disposición sus conocimientos, y esto nos enseña mucho, nos enseña a tener confianza en el pueblo, aunque si para nosotros es un momento muy duro. En las cárceles de máxima seguridad hay prisioneros políticos, uno de ellos, Edwin Espinal, era muy amigo de Bertha Cáceres y del Copinh, y también por esto lo tienen en la cárcel.
¿Es verdad que durante las protestas la policía se ha rehusado a disparar a los manifestantes? ¿Hay fisuras en el frente gobernativo?
No ha sido exactamente así. Los policías estaban haciendo presión al gobierno por un problema sindical. Apenas lo han resuelto comenzaron a reprimir. No es verdad que están de parte del pueblo, Hernández tiene, sea el apoyo de la policía que el del ejército. Tiene el monopolio de la violencia institucional, y no tiene ningún problema en reprimir o asesinar dentro o fuera de una apariencia legal. No tiene ningún pudor, encarna el modelo de político cínico, arrogante, ladrón como se ven siempre cada vez más, también donde ustedes. El proyecto del régimen permanece aquel de depredar el país de los propios recursos con el extractivismo: para ponerlos al servicio de las grandes transnacionales que tienen sus representantes en ciertos sectores de la clase dominante, a quienes dan mucho dinero. Los diputados del Partido Nacional o de aquel Liberal son verdadera basura.
¿Y cómo se sale? ¿Cuál es la agenda de los movimientos populares?
Primeramente debemos continuar a hacer crecer la resistencia. Yo no tengo simpatía por lo instituido, estoy en el movimiento y soy más bien “antipartido”. Pienso que eligiendo representantes, muchas de nosotras – feministas, lesbianas, indígenas – se encuentran fuera, se crean jerarquías, se terminan por esquematizar la lucha popular. No pertenezco al partido Libre. Sin embargo, Libre tiene muchos diputados en el Congreso, esperamos que hagan oposición. Ya lo están haciendo, a veces en modo eficaz, a veces un poco menos. La agenda de los movimientos que frecuento, aquella del feminismo lesbiano y autónomo, es aquella que organiza, moviliza, propone contenidos de género, con más atención para escuchar lo que tienen que decir los indígenas sobre el progreso, sobre el modelo de desarrollo. La lucha de Bertha sobre la privatización de los bienes comunes ha sabido hablar a la humanidad entera. Mira cuánto hemos pagado esta botella de agua aquí, y es así en todas partes. En todo el mundo aumentan los feminicidios, es una guerra mundial contra las mujeres. El patriarcado tiene un poder muy grande en el impedir el proceso de emancipación general. Se reducen los espacios para la disidencia sexual. Honduras es mucho más homófobo y lesbófobo. La oligarquía hondureña, que nunca ha llevado adelante intereses nacionales, siempre ha sido rapaz, sierva de los gringos, de las multinacionales y en la gestión económica es fuerte la presencia de las jerarquías eclesiásticas. Nos han impuesto un decreto legislativo que hace obligatoria la lectura de la Biblia en las escuelas. Ha sido prohibida la píldora del día después y, obviamente, es penalizado y perseguido el aborto. Hay un proyecto neo-evangélico fundamentalista que da miedo.
¿Qué piensas del Movimiento Ni una menos?
Es muy interesante, han convocado a este paro internacional que tiene muchas posibilidades de unificar los diversos aspectos de un feminismo fragmentado. De todas maneras, también hay el riesgo de acoger un poco de todo, de dar espacio a un feminismo liberal que no va más allá del rechazo a la violencia contra las mujeres, que cualquiera puede estar de acuerdo: un feminismo blanco, heterosexual, neocolonial que se mueve en los espacios compatibles, que propone al máximo un cambio de leyes pero no del sistema, y por esto puede ser cooptado. Nosotros proponemos un feminismo comunitario y de descolonización que, a partir de los territorios, luchas contra una violencia sistémica que golpea a todas y a todos.
En tu libro, a través de perfiles de mujeres que cumplen gestos de resistencia, se habla de la división del trabajo, de la guerra, de Honduras y de América Latina. Uno de los relatos, poético y fabuloso, está dedicado a Hugo Chávez. ¿Qué piensas de lo que ocurre en Venezuela, en Nicaragua, en México?
Chávez ha estado en Honduras, y de allí se basa el relato. La Revolución Bolivariana ha hecho mucho por la resistencia popular y nosotros siempre la hemos apoyado, aunque si personalmente no me agradan las referencias a las religiones en los discursos presidenciales y por varias razones no he ido todavía a Venezuela. La amistad entre Chávez y Zelaya ha sido un motivo para demonizar al movimiento de resistencia usando el miedo al comunismo. Pero en la memoria del pueblo el relato dominante no tiene mucha fuerza, sea en lo que concierne a Venezuela que a Cuba. También porque, ¿con qué coraje la Honduras golpista puede hablar mal de Venezuela? Una mujer pobre me ha dicho: “para nosotros, primero viene Dios, luego los médicos cubanos” que han curado a mucha gente. Respecto a Nicaragua, permíteme resaltar que me resultaría difícil aliarme con la derecha para imponer un cambio a la izquierda. Estoy en contra de las agresiones estadounidenses al continente, nosotros sabemos qué cosa significa. Pero, pienso que algunas decisiones de Ortega, sobre todo respecto a las mujeres, pero no sólo, no han sido de izquierda. Cuando Bertha ha sido asesinada ha enviado las condolencias...al gobierno, en cuyas esferas se ha madurado el homicidio. Ha sido de los primeros en reconocer a Juan Orlando Hernández mientras nosotros desafiábamos a la represión en la plaza. Lo sé que durante el golpe contra Zelaya hemos tenido el apoyo y que las relaciones entre Estados siguen reglas propias, pero... antes en Nicaragua se podía entrar libremente, ahora es necesario un visto. Hay la cuestión del Canal y las críticas de muchos campesinos y ambientalistas que no son pagados por la Cia. Y está la represión, hay muchos muertos. No se puede ser indulgente. Cuando los proyectos revolucionarios no convencen, la derecha gana espacio, lo ven también ustedes en Europa. Con respecto a México, como te decía antes, no me siento atraída por los partidos y por lo instituido, pero estoy muy feliz que haya habido un cambio político. He vivido en México algunos años y he publicado dos libros, uno de poesía y otro para jóvenes, desde una prospectiva lesbiana. La situación, en México, se había vuelto insostenible. No obstante los juegos y las alianzas, también con sectores evangelistas, que ciertamente no me han entusiasmado, pienso que la victoria de Obrador sea positiva para nosotros en Honduras. Indica que, a pesar de los fraudes, puede haber un cambio de marcha, se puede vencer imponiendo un resultado imposible de negar.
Traducción Gabriela Pereira
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