viernes, 8 de abril de 2016

El verdadero pollo



No es el slogan de un producto alimenticio, ni tampoco promociones de fin de año. Ese es el titular de varios de los periódicos de circulación nacional, al referirse a la captura de un supuesto responsable de la masacre ocurrida en la colonia 1 de diciembre de la capital del país, a inicio de marzo.

Recordamos hace varios días cuando altos mandos de la Policía Nacional con bombos y platillos, a través de las redes sociales, anunciaban la captura del principal responsable de la masacre, en la cual perdieron la vida de forma violenta 12 personas; alias “el Pollo” era noticia en todos las empresas de información. 

Días después, resulta que no era el pollo correcto. El vocero de la policía, tuvo que pedir disculpas públicamente y allí se resolvía el asunto. Un momento; el asunto de la seguridad no puede ser un asunto que se tome a la ligera, ese asuntito debe servir para una reflexión más profunda. En este caso, ¿por qué los órganos de seguridad del país se apresuran a capturar a una persona sin tener todos los elementos?, ¿se busca crear falsos positivos mediáticos?, ¿es una práctica común fabricar hipótesis sin existir una investigación previa y seria?, ¿cuál es el camino que se está tomando en materia de seguridad en Honduras?

Ya hemos visto ese tipo de errores en otros momentos, para la sociedad hondureña es un secreto a grito limpio la sospecha que se tiene sobre el modus operandi de los cuerpos de seguridad en el país: fabricar falsos positivos mediáticos, modificar escenas de crimen y tener para todo las hipótesis de crimen pasional o vinculación a la narcoactividad.

Las extradiciones de personas vinculadas a la narcoactividad, las alianzas de instituciones para aportar nuevas cifras que indiquen un descenso en las muertes violentas, la creación de grupos élites de combate al crimen organizado, la concentración de las decisiones en el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad son algunas de las medidas que marcan ese rumbo del gobierno, que no están cumpliendo con lo que realmente se espera: un basta al clima de violencia e inseguridad en un país que se desangra por culpa de quienes mal gobiernan.

Las enormes inversiones que se han hecho por parte de la cooperación internacional para mejoras de la seguridad ciudadana y los raquíticos resultados, los truncados e imaginarios procesos de depuración, los cambios de apariencia de los cuerpos de seguridad en el país, son sólo cacareos que no despiertan a nadie.

Como dice un diario capitalino: “Esos si son gallos para agarrar pollos”. La población hondureña necesita más que sólo agarrar pollos, necesita cambiar la granja entera, el ciudadano y ciudadana necesita verdaderos procesos de depuración de los operadores de justicia, es inexcusable  una reflexión amplia acerca del concepto de seguridad integral, se necesita dejar de impulsar el proceso de militarización de la sociedad.  En fin, Honduras necesita realidad más que el permanente show mediático en la seguridad de su ciudadanía.

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