martes, 19 de abril de 2016

¿Hacia dónde nos impulsa el espíritu de Berta?



En estos días se realiza un masivo evento que jamás se habría convocado sin la fuerza y la memoria de Berta Cáceres. Mucha gente del país y de muchas latitudes del planeta se encontrará como en un rito de Guancasco para discutir sobre cómo impulsar la lucha solidaria.
El encuentro solidario de los pueblos, así se llama el evento. Los dos primeros días las actividades se realizarán en la capital de la República y el tercero y último día todos los participantes en caravana se movilizarán hacia el río Gualcarque en el norte del departamento de Intibucá para rendir homenaje al espíritu y la lucha de Berta Cáceres, la “guardiana de los ríos”.

De igual manera, el fin de semana último muchas organizaciones se dieron cita en la capital para participar en la asamblea del espacio que se conformó el pasado 12 de marzo bajo el nombre “Articulación Popular Hondureña, Berta Cáceres”. Hubo mucha gente, muchas consignas, mucho entusiasmo. El espíritu de Berta Cáceres revoloteó en el ambiente y dejó sentir los desafíos para la articulación del movimiento social y popular hondureño.

Ante todo, el espíritu de Berta Cáceres convoca a una visión unitaria de la lucha popular. Ella estuvo en todas las instancias y esfuerzos articuladores que se han impulsado en las últimas dos décadas. La dispersión debilita y expone a las luchas y a los liderazgos a las amenazas y a un mayor peligro ante las fuerzas represivas del Estado y de las multinacionales.

Una visión unitaria significa, de acuerdo al espíritu de Berta Cáceres, salir de la consigna y que las organizaciones que se articulan debatan en torno a propuestas y a pensamientos que clarifiquen el rumbo y conduzca a redefinir la identidad del movimiento social y popular hondureño en este período complejo de nuestra historia. Una visión unitaria significa que hemos de saber situar en el contexto hondureño la triple dimensión del pensamiento de Berta Cáceres: el anticapitalismo, el antirracismo y el antipatriarcado.

El espíritu de Berta Cáceres impulsa a que las organizaciones salgan de sus encierros, a que se renueven los liderazgos, a que le abramos paso a una nueva generación de luchadores con nuevas metodologías y con una firmeza ética y política. Berta Cáceres no excluyó ninguna campo de lucha, pero nunca le dio prioridad al campo de lo político electoral que deja tan embelesados a las viejas dirigencias populares y sindicales de nuestros corredores.

El espíritu de Berta Cáceres nos empuja a una lucha en contra del extractivismo que teniendo un pie muy firme en el compromiso de base, se abra camino para articularse en las regiones y a nivel nacional, y que de lo nacional se busquen las articulaciones internacionales para que las luchas sean mucho más amplias y solidarias.

El encuentro solidario de los pueblos que se realiza estos días deje que el espíritu de Berta siga soplando a favor de una auténtica visión de lucha popular, y que finalmente Berta logre el gran milagro: que las dirigencias experimenten la necesidad de una verdadera articulación sin cálculos y sin protagonismos, dejando que sea el sentir y sufrimientos de la gente más pobre la que finalmente marque el ritmo del proceso de lucha.

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