Por Dina Meza
Mary Díaz, una defensora de los Derechos Humanos que mantiene junto a más de 60 familias una constante lucha por la tierra en la colonia Altos de la Merriam de la capital, denunció ante COFADEH que varios hombres extraños las buscan todos los días en su casa.
Con su rostro cansado por tantas noches de desvelo desde el pasado 20 de julio en que Mary Díaz y más de 60 familias fueron echadas por la fuerza por un contingente policial, con una orden de desalojo ilegal emitida por un juzgado de la capital, de tierras estatales reclamadas por el terrateniente Oscar Siri Zúniga. Varios tractores socavaron las esperanzas de las familias en el sector.
Díaz teme que se esté planificando su muerte por estar al frente de la lucha, “vine al COFADEH para que me ayuden, me siento en grave peligro”, dijo a defensoresenlinea.com
La colonia Altos de la Merriam está ubicada en Comayagüela, contiguo a Villas de Tiloarque.
En esa fecha este desalojo se sumó a varios más que desde el año 2011 han venido sufriendo. Las familias de escasos recursos que llegaron entre ocho y diez años, a terrenos propiedad del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia, IHNFA, y que en la actualidad están en proceso de expropiación por necesidad pública, según lo señala la Ley del Instituto de la Propiedad, IP.
Los toletes de los policías que llegaron el 20 de julio casi provocan un aborto en Ambar Lagos, una mujer en estado avanzado de embarazo, además de golpear a Alex Fernando Perdomo (17), Santos Perdomo, un señor de la tercera edad, en el niño Isis López de un año, un toletazo golpeó su carita inocente.
Las lesiones policiales dejaron con parálisis facial a Blanca Urbina, quien no pudo comprar las medicinas que aliviarían un poco su mal, porque no tiene ni para comprar agua, de la cual carecen decenas de niños y niñas que se encuentran en un terreno baldío.
Mary Díaz dirigente de la colonia denunció que hay una confabulación de los operadores de justicia para favorecer a Siri Zúniga, quien supuestamente hace tráfico de influencias para quedarse con las tierras, según denuncias de algunos pobladores.
“Estoy vivo de milagro, me lanzaron un tractor para matarme”, dijo Nelson Roberto Núñez, que todavía no salía de su asombro de cómo se puede tener tanta frialdad contra la vida humana.
Los golpes también alcanzaron el hombre de Cerafín Perdomo (54), Jessenia Romero y Alex Perdomo, que mostraron a una delegación del COFADEH, las lesiones ocasionadas.
Las cosas no solo se quedaron allí, como no lograron vencer la convicción de luchar por un pedazo de tierra, los guardias de seguridad de la empresa Electrónica de Seguridad, encargada de custodiar fuertemente armada los terrenos, toman fotografías de los pobladores y pobladoras y carros sin placas con hombres desconocidos vestidos de negro y con pasamontañas merodean en los alrededores del sitio en el cual se aferran quienes no tienen otro lugar para albergarse.
En este caso Honduras violentó el Pacto Internacional de los Derechos Económicos Sociales y Culturales que señala la responsabilidad estatal de tratar con igualdad jurídica a quienes están en la tierra con las personas que se dicen supuestas dueñas. La Corte Suprema de Justicia aprobó en el año 2007 un Auto Acordado donde manda a los jueces y juezas no llevar a cabo desalojos forzosos sin que se respeten los derechos humanos, entre ellos que se garantice un techo digno para quienes están en dichas tierras.
Jueza declaró secretividad expediente para que no defienda a los pobladores
La Abogada Astrid Aguilar Velásquez, apoderada legal de los pobladores y pobladoras denunció que “yo estaba representando a tres pobladores de la Altos de la Merriam y para mi sorpresa se presentó la abogada Cecilia Perdomo haciéndose pasar por fiscal para decirles que negociaran, que si no me quitaban el poder los iban a meter presos, que les iban a poner un defensor privado, por lo que quedé fuera del proceso”.
Agregó que la jueza Alina Aguilera ordenó secretividad del expediente para que ella no tuviera acceso. Se realizó una audiencia preliminar haciendo audiencias conciliatorias con pobladores que no saben cómo es que los tienen en el proceso y otros se fueron a juicio oral y público.
Aunque al momento del último desalojo el mismo no estaba dirigido a la colonia Altos de la Merriam, pero, aun así, se llevó a cabo, a pesar de la oposición de una fiscal que argumentó que ya no era el momento procesal, por lo que Oscar Siri Zúniga procedió a recusarla, acción que no logró el efecto que el terrateniente pretendía.
El 20 de julio Cecilia Perdomo con un contingente del ejército y policía evitó al principio que ella pudiera entrar al predio para evitar el desalojo y constantemente llega al lugar donde se encuentran los desalojados a quererse llevar alguno de ellos para sembrar el temor y que desistan de defender su tierra, aunque no hay órdenes de captura.
La Abogada Aguilar denunció que Perdomo está cometiendo un grave delito pues no es ninguna autoridad para ejecutar órdenes de captura.
La profesional del derecho dijo que Siri Zúniga no ha podido probar que es el legítimo dueño, “obra en nuestro poder toda la documentación donde consta que el IHNFA compró el predio por 165 mil lempiras en 1965”.
Pero que debido a la colusión del Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia y los policías y militares llevan a cabo desalojos a sabiendas que el predio está en litigio por ser propiedad del estado de Honduras .
Señaló que en la Dirección General de Regularización Predial hay un expediente E-240-2011, donde se firmó un acta que señala que entró en proceso de expropiación las ocho manzanas de tierra, en la que se citó en legal y debida forma Siri Zúniga, quien dijo “es notorio el tráfico de influencias que tiene esta persona en el poder Judicial”.
Agregó que el Ministerio Público en forma maliciosa no ha llevado a cabo una investigación puesto que tiene los documentos del IHNFA, “no han querido valorar la prueba para determinar que Siri Zúniga no es el dueño”.
Pobladores piden solidaridad del pueblo hondureño
Mary Díaz demandó del pueblo hondureño solidaridad para poder resistir ante la injusticia pues tienen serios problemas de salubridad por la falta de agua y letrinas para hacer sus necesidades.
“Les pido que nos apoyen que puedan traer leche, comida, agua, porque no tenemos cómo poder suplirnos de eso por falta de dinero”, dijo en un llamado angustioso al recordar que los niños y niñas no tienen ni un vaso de agua que les mitigue el hambre.
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