lunes, 20 de agosto de 2012
A Paul Ryan no le gustaba la SOPA pero sí la ley para violar la privacidad en nombre de la ciberseguridad
Por David Ballota
Mitt Romney, el candidato republicano a la presidencia de los EE.UU. ya tiene pareja de baile electoral. Se trata del congresista Paul Ryan, un chico listo que entusiasma a los tertulianos neoconservadores y a algunos libertarians emotivos: Ryan leyó La rebelión de Atlas. Luego votó a favor de la Patriot Act para toda la vida y de la NDAA, la ley marcial. Todo ello sin dejar de proclamar el ideal de Más Libertad y Menos Estado (salvo el policial y el necesario para ayudar a los bancos). Un clásico.
Sobre Internet habría que destacar que el candidato a la vicepresidencia de los EE.UU. anunció su voto contra la SOPA (cuando ya estaba bastante fría). Pero no tardó en reaccionar cuando el debate sobre el control de la red se trasladó de la propiedad intelectual a la ciberseguridad.
Meses después votaría a favor de la CISPA, la ley que viene a exonerar de responsabilidad a las empresas de internet que faciliten “voluntariamente” información privada sobre clientes y usuarios a las agencias de seguridad nacional. Todo ello sin ningún control judicial. Todo ello por la ciberseguridad nacional.
Como recordaba mi colega Josep Camós: “Si la SOPA y el ACTA nos parecían ataques directos, lo de CISPA equivaldría ya a un misil dirigido contra la línea de flotación de los derechos de las personas”. Ryan lo disparó. El congresista republicano Ron Paul, aspirante a la nominación del partido a la presidencia de EE.UU, denunció que la Cyber Intelligence Sharing and Protection Act ( CISPA ) era un “Gran Hermano a gran escala”. Eso es lo que votó el congresista Ryan.
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