jueves, 16 de agosto de 2012

Cascabel al Tigre



Diario Tiempo

El gobierno de Estados Unidos le ha puesto el cascabel al Tigre. Un informe del Departamento de Estado da cuenda de que se retendrá el desembolso de la ayuda prometida para programas bilaterales de seguridad mientras investiga las denuncias contra el director general Juan Carlos Bonilla de haber formado parte de “escuadrones de la muerte”.
Según ha trascendido a través de medios de comunicación, la medida adoptada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos (USD) obedece a nuevas reglas que obligan a la protección de los derechos humanos. En este caso, se trata de una ayuda financiera de 56 millones de dólares para determinadas unidades de la Policía de Honduras.
En el documento de referencia se indica que el USD “es consciente de las acusaciones de violaciones de los derechos humanos relacionadas con el servicio pasado del director general de la Policía”. Al efecto, “se ha creado un grupo para investigarlas”. Del resultado de esa investigación dependerá la aplicación de dichos fondos.
La reacción del gobierno de Honduras no se ha hecho esperar, ya que se trata de la figura más promocionada oficialmente, a nivel de estrellato, en el campo de la depuración y reestructuración policial, así como en el combate a la criminalidad. Es “El Tigre” Bonilla, a juicio del Ejecutivo, el paradigma de la eficiencia y la valentía en el servicio público.
El secretario de Seguridad, Miguel Ángel Bonilla, que no tiene parentesco con el ahora general Bonilla, ha declarado que éste goza de su pleno apoyo porque “gracias a su trabajo ha habido una mejora real en la situación de seguridad del país”. Sin embargo, para curarse en salud añade que, de haber “acusaciones legales contra él, la justicia tiene que seguir su curso…”
Pero el secretario de Seguridad Bonilla espera “que estos grupos que piden que se cancele la ayuda no sigan siendo tontos útiles de los que atentan contra la seguridad de todos”.
De acuerdo con informe local del pasado, “El Tigre” fue objeto de denuncias sobre asesinatos y desapariciones forzadas, asociado a otros oficiales en 11 casos más. Al final, solamente fue acusado formalmente en uno de esos casos de asesinato, pero fue declarado inocente por la Corte Suprema de Justicia después de varios meses en que estuvo prófugo para evitar su captura.
Hoy día “El Tigre” Bonilla encarna la voluntad oficial de combatir a como haya lugar la criminalidad y restablecer la confianza pública en la organización policial. También, en la mente gubernamental, eso significa un mérito más en la declarada determinación de proteger los derechos humanos en nuestro país, cueste lo que cueste.
Obviamente, ese costo parece ser muy alto, si se incluye ese baldazo de agua fría de la retención de los 56 millones de dólares de ayuda de Estados Unidos a la Policía Nacional mientras dura la investigación, o sea algo todavía más “interesante” (como dicen los diplomáticos) con la amenaza de fiscalización especial que promete la SIP (sociedad de dueños de periódicos) sobre el respeto a los derechos humanos en nuestra infortunada Honduras.

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