viernes, 10 de agosto de 2012

Leticia Salomón: “Militares en las calles son amenaza gravísima para la ciudadanía”



Honduras enfrenta cada vez una escalada fuerte de violencia e inseguridad a tal grado que no bajan los índices de 86 homicidios por cada 100 mil habitantes. Según la socióloga Leticia Salomón la situación ha ido empeorando. “Venimos de una etapa en que la inseguridad a nivel de la pequeña criminalidad ha ido creciendo al grado de poner muy intranquila a la ciudadanía en los distintos puntos del país pero al mismo tiempo se ha cruzado con la alta criminalidad fundamentalmente asociada con narcotráfico”, dijo Salomón.

Para la experta en temas militares, la grave situación de vulnerabilidad de la vida humana se combina con el profundo deterioro de las instituciones operadoras de la justicia. “Estamos hablando en primer lugar de policías pero también los fiscales y los jueces cuyas instancias no están a la altura de la dimensión de la inseguridad que vive el país presentando graves señalamientos de deterioro institucional, de involucramiento en actos delictivos y de altos niveles de corrupción” expresó.
Leticia salomón (LS) dialogó con el periódico A Mecate Corto (AMC) sobre este tema tan espinoso que cuenta con la participación de Estados Unidos buscando cumplir sus propios intereses en suelo hondureño.

AMC. ¿Así se explica la alta tasa de homicidios, 86 por cada 100 mil habitantes?
LS. Eso es todavía más vergonzoso, el país se ha ido deteriorando tanto que presentamos unos indices de homicidios que superan de forma increíble la tasa de homicidios del mundo, pero al mismo tiempo tenemos zonas en el país, fundamentalmente en la zona norte, en el departamento de Atlántida, que esos índices casi llegan a los 200 por 100 mil habitantes.

AMC. ¿Cómo está viviendo la gente esta inseguridad?
LS. La gente siente un alto grado de indefensión, desesperación y temor, yo siento que la combinación de estos elementos no se ve compensada con una aptitud responsable a nivel del Estado para tratar de encontrar las soluciones que la ciudadanía demanda.

AMC. ¿Son los pobres, los responsables de esta alta criminalidad?
LS. Las personas creen que aquellos barrios, colonias o países en dónde los índices de pobreza son altos, presentan los niveles más altos de violencia y delincuencia, con eso se estigmatiza a los pobres olvidando que la criminalidad no solo tiene una visión cotidiana, sino que hay una criminalidad intermedia o mayor en la que los pobres son solamente un pequeño componente y son otros sectores con poder politico y económico los que están involucrados en esos actos delictivos.

AMC. ¿Cómo actúan los operadores de justicia?
LS. El nivel de criminalidad creciente que tenemos supone un alto nivel de eficiencia de los operadores de justicia para enfrentar los retos que esta criminalidad supone, vamos a empezar por decir que ni la policía ni los fiscales ni los jueces están preparados para enfrentar con un alto nivel de eficiencia el grado de inseguridad que estamos viviendo.

AMC. ¿Por qué?
LS. Por su grave deterioro de legitimidad y el involucramiento en tareas delictivas, o sea que ahora los delincuentes no solo están en las calles, los delincuentes están también en la policía, están en el Ministerio Público y en el Poder Judicial, eso es terrible para una sociedad que todavía confía en el ordenamiento inherente al Estado de Derecho.

AMC. ¿Qué participación en el tema de la inseguridad tienen los militares?
LS. Fíjese usted que cada vez estamos viendo con mayor frecuencia a los militares haciendo tareas de seguridad ciudadana, lo que significa que los militares en las calles al igual que los policías, fiscales y jueces se convierten en una amenaza gravísima para la ciudadanía y más grave aún porque portan armas y están preparados para dispararles a quienes consideren sus enemigos.

¿Se les debe contar también “las costillas” a los militares?
LS. Exactamente, los militares, para empezar, deben volver a los cuarteles, ocuparse exclusivamente de las tareas de defensa y no estarse metiendo en tareas de seguridad que no son de su competencia, por otro lado, si ellos van a seguir inmiscuidos, además peleando por presupuesto con el pretexto de la inseguridad, deben empezar a rendir cuentas y deben ser evaluados, esa es una necesidad urgente para la sociedad.

AMC. ¿Es un tema de seguridad nacional lo que pasa en el Aguán?
LS. Ese es un discurso militar y militarizado, ese discurso proviene de los cuarteles. Lo que sucede en el Aguán es un problema social y es responsabilidad del Estado enfrentar la solución de los problemas sociales y no estar trayendo a los militares para que vayan a resolver un problema social “a punta de balas”.

AMC. ¿Qué ha pasado con los militares después del golpe de Estado?
LS. Los militares habían iniciado, obligado por las circunstancias y el proceso de reforma, un paso acelerado de regreso a sus cuarteles y el golpe de estado los recolocó en el centro de escenario politico y eso significa que salieron gananciosos, que exigieron su cuota de beneficio por haber participado, y eso nuevamente los convirtió en actores dentro del escenario político, eso es negativo para la democracia, eso es negativo para la ciudadanía.

AMC. ¿Qué tanto influyen los militares en el gobierno de Lobo Sosa?
LS. Las Fuerzas Armadas asumieron un papel protagónico y lo siguen haciendo. Están allí para recordarle al presidente que ellos son la última instancia de los grupos de poder en el país para derrocar a un presidente cuando ellos consideren necesario.

AMC. ¿Por qué optaron por ocupar los puestos de las comunicaciones?
LS. Por los recuerdos del pasado. En plena guerra fría los militares dijeron que había que controlar las instituciones claves del país, entre ellos las telecomunicaciones, migración,
la marina mercante, porque a través de ellas podrían controlar a los supuestos enemigos del Estado. Intervienen las llamadas telefónicas para saber quién está hablando, qué y con quién, en eso los militares son expertos. Por eso tenemos militarizadas instituciones que por su naturaleza deben ser manejadas por civiles.

AMC. ¿Por qué Estados Unidos está preocupado por la seguridad en Honduras?
LS. Es natural, desde la segunda guerra mundial Estados Unidos quedó al frente
del sistema occidental y cristiano, y si tiene de vecinos a todo un continente es natural que se interesen, yo no lo vería con preocupación lo que sí me preocupa es qué están dispuestos a negociar y a conceder los gobernantes hondureños en aras de los intereses de los Estados Unidos en nuestro país.

AMC. ¿Por qué les interesa La Mosquitia y el Bajo Aguán?
LS. Lastimosamente en esa zona geográfica se concentran dos problemas. El problema del narcotráfico que está allí pero que el Estado hondureño es indiferente porque les interesa que Estados Unidos intervenga y aporte recursos. El otro es el problema social donde están involucrados campesinos pero grandes empresarios de la tierra y los militares intervienen para defender los intereses de los empresarios y lo disfrazan de defensa de la seguridad del Estado.

AMC. ¿Qué piensa de la possible creación de las Tropas de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad, Tigres?
LS. Es un peligroso retroceso al pasado, eso significa reafirmar desde el Estado la vinculación de los militares con la seguridad pública. Es formar tropas de inteligencia con
tropas operativas. La inteligencia es el pensar, analizar, intuir tendencia, datos, posibles amenazas y qué capacidad de respuesta tenemos, lo operativo es el que sale a la calle a los cuales la información de inteligencia les sirve para lograr resultados, en esta propuesta se quieren hacer las dos cosas a la vez, eso es muy peligroso.

AMC. ¿Qué se está pensando con la creación de Tigres?
LS. Están pensando en confrontar a la sociedad que se atreve a discrepar, a cuestionar y a demandar del Estado satisfacción de sus necesidades más inmediata. Esto evidencia una decisión política totalmente alejada de los grandes retos que supone ahora enfrentar la seguridad.

AMC. ¿Qué le espera al pueblo?
LS. Yo soy bastante pesimista, y soy pesimista porque quienes toman las decisiones en el país son los poderes del Estado y las toman al margen de lo que los ciudadanos estamos demandando. Siento que las posibilidades de encontrar las respuestas que demanda la sociedad a la inseguridad no se ven en el tiempo inmediato.
A Mecate Corto Nº 250 | 3 Agosto 2012 | Editado por Comunicaciones - SJ

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