Por Carlos “El Sacón” Méndez
El pasado 15 de marzo, el partido Libertad y Refundación (LIBRE), recibió carta de ciudadanía por parte del Tribunal Supremo Electoral hondureño. Esto permite a la nueva criatura, jugarse el pellejo en el terreno electoral, y disputarse nada menos que el poder de la Republica en las elecciones generales de noviembre 2013.
Apenas cuatro días después de su inscripción, el TSE inscribió también, en una suerte incidental de ironía, contraste, o una broma de algún duende pícaro, al Partido Alianza Patriótica Hondureña (Alianza), cuyo líder con todo y “espíritu de cuerpo” es Romeo Vásquez Velásquez, a quien, para más señas, le correspondió con su patriotismo sin parangones y por “órdenes superiores”, ejecutar a la hondureña el golpe de Estado, el pasado 28 de junio de 2009, en contra del gobierno de la Republica legalmente constituido de José Manuel Zelaya Rosales.
La inscripción de LIBRE como partido es un hito histórico que no se podrá borrar nunca, aunque echen espuma por la boca, los escribidores o cagas tintas del golpismo. Pero superior a éste, lo más trascendental y épico para la sociedad hondureña y América Latina entera, sin duda, es el surgimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), por la sinergia social acumulada de todo un pueblo que lo construye; que surge y llega puntual, a la hora fijada, por una nación que se debate entre el dolor y la esperanza, sin temores, pero con una alegría sin igual, a pesar de la represión, perseguidos y mártires asesinados.
El FNRP, que silenciosamente se venía incubando a gritos, desde hace muchísimas décadas, estratégicamente se pone de pie y apuesta por el poder del Estado, de forma pacífica, aireando como su técnica, al partido político de masas para demostrarnos, que “las puede “ o no. Eso lo veremos.
LIBRE surge tempraneramente, como un cipote y una cipota hurgandilla, con una carga espesa de irreverencia y desplante nunca visto hasta ahora en la vida política de esta hibueras irredenta, frente a la rabia y el azoro fascistoide del bipartidismo y, perdone si le ofende, de sus chuchos falderos como la Democracia Cristiana y compañía.
A corto, mediano y largo plazo, al FNRP, concebido en algo más que un partido político, le corresponde jugar, si así lo quiere y puede, un papel sustantivo como movimiento social que debe constituirse en escudo férreo del pueblo hondureño, para la defensa permanente de las conquistas sociales, la soberanía y los Derechos Humanos y al más mínimo plazo, con su brazo político partidario, darnos una lección de ciudadanía e incentivador de pasión masiva, en la propia medula de las urnas, para lo cual los retos son descomunales y contra el reloj. A ver, contésteme: ¿Cómo está y cómo se enhebra desde este instante, la estrategia organizativa minuciosa, la movilización, la educación precisa y talentosa, que urge como la puntería y la viveza de una flecha disparada con exactitud al blanco?; porque oiga, no es mentira: los enemigos y enemigas de la democracia participativa no están dispuestos a soltar ninguna milésima de poder para lo cual, se lo juro por esta, mire, que estarían dispuestos a incendiar el país con tal de que este partido, no llegue al poder ¡por ninguna circunstancia!
Estamos por ver, además, cómo la militancia de este nuevo partido re inventa la comunicación popular para romper el cerco salivoso de los medios masivos de difusión, en manos de los círculos del poder hegemónico y que desde junio 2009, iniciaron una larga como sistemática jornada de invisibilización y manipulación acerca de hechos relacionados con el FRNP y ahora, de cara a las elecciones, una guerra psicológica mediática y sin cuartel, que apuntarán para que LIBRE ni siquiera respire.
Pero estamos por ver, también, cómo este partido resuelve y se reta así mismo, de manera sabia, alegre y oportuna, a re educar a cierto liderazgo poco tolerante, izquierdoso, anti dialectico e incapaz de realizar una lectura fresca de la realidad hondureña y de su gente y que por lo mismo, se convierte en un obstáculo severo ante la necesidad de hacer volar la imaginación creadora, individual y colectiva, para diagramar un dialogo fraterno y crecer cualitativamente en pensamiento y obra, a la par y con el pueblo, pueblo; el mismo que por su analfabetismo escolar y político, es engañado cada cuatro años con estribillos rancios y estúpidos, por parte de una gavilla de políticos tradicionales, hombres y mujeres, de la peor estofa.
Hace falta, además, saber, de qué manera LIBRE recurrirá al ingenio y paciencia, para fabricar un antídoto efectivo contra los y las oportunistas en donde perviven marañas mentales del bipartidismo de viejo cuño, y que están dispuestos y dispuestas desde ya, a hacerle la guerra a su propia bandera, la de la estrellita con su estela amarilla fulgurante, si no logran resolver sus intereses personales.
En resumen, pues, el FNRP - LIBRE, tiene bien claro su rol frente a su enemigo externo, y sabe a lo “que se atiene”. Pero también tiene un desafío, que no es nada fácil: exorcizar sus demonios internos, que podrían ser, casi tan peligrosos como sus enemigos externos.
Al momento de escribir estas últimas líneas, alguien se acerca para verlas y nos dice con susurro cariñoso: y… ¿quién dijo miedo?, pues.
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