“Me agarraron a puñetazos porque no me dejé quitar la mercadería”, dijo una venderora que fue salvajemente golpeada por miembros de la Policía Municipal”.
La mujer, madre soltera de cuatro hijos, relató a los medios de comunicación que el jueves 26 de enero, en horas de la tarde, mientras vendía medicina y pasta dental en la Plaza Francisco Morazán un grupo de policías intentó decomisarle su mercadería.
“Yo sé que es prohibido vender allí, pero es que en donde tengo mi puesto (mercado La Isla) no hacemos ni para la comida”. Ellos (guardias municipales) se me tiraron encima y como no me dejé quitar los productos “me agarraron a puñetazos”, afirmó la vendedora, quien se negó a revelar su nombre por miedo a represalias de parte de la policía del alcalde Ricardo Álvarez.
Con su ojo derecho cerrado a causa de la inflamación que le produjeron los golpes, la mujer dijo que se sentía muy decepcionada de la justicia en el país porque ella se presentó al Core 7 (Policía Metropolitana número 1), a poner la denuncia.
“Me revisó el médico forense y luego un fiscal, pero me dijeron que no podían hacer nada porque eran policías municipales”.
“Aquí no le hacen caso a uno. Se ponen las denuncias, tardan un año y no resuelven nada y después dicen que por qué uno se calla las cosas”, explicó esta madre soltera a la que lo que más le preocupa es cómo alimentará a sus hijos “porque esos policías me mandaron de vaciones forzadas y a punta de puñetazo limpio”.
No tengo quien me ayudé, argumentó esta hondureña de 37 años, que hace seis años se dedica al comercio informal “porque en el país no hay trabajo”.
“Ricardo Álvarez nos ha prometido muchas cosas, pero la verdad es que le queda muy grande la camisa como alcalde y ya ven como trata a los pobres”, manifestó la mujer tras agregar que a los vendedores ambulantes, la Policía Municipal le da garrotazos y hasta balazos y esta vez me agarraron a mí a puñetazos”.
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