Por Giorgio Trucchi
Después de un mes de paro de labores, movilizaciones por las calles de la capital, tomas de colegios y de violentas represiones, el magisterio hondureño decidió volver a clases. Un “repliegue táctico” que permitirá abrir la puerta al diálogo con el régimen, y medirá su real disposición a buscar una solución definitiva al conflicto.
El pasado fin de semana, la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH) realizó asambleas departamentales paralelas, en las que 15 de los 18 departamentos decidieron suspender temporáneamente el paro y volver a las aulas.
Sólo tres departamentos -Francisco Morazán, que incluye la capital Tegucigalpa, Colón e Islas de la Bahía- acordaron continuar con la lucha, sin embargo aceptaron y se ajustaron a la decisión tomada por la mayoría de los departamentos.
“El mandato que tenemos es que vamos a volver a clases. Nuestras bases han hecho una lectura objetiva de la realidad y han decidido optar por un ‘repliegue táctico’, para darle una oportunidad al diálogo y bajar un poco la presión de estas semanas de lucha”, dijo en conferencia de prensa Edwin Oliva, presidente del Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (COLPROSUMAH).
Un mes de movilizaciones que fueron violentamente reprimidas por los cuerpos represivos del Estado, con un saldo de varias decenas de heridos y detenidos, y la trágica muerte de la profesora Ilse Velázquez Rodríguez.
El pasado 3 de abril, Porfirio Lobo volvió a mostrar su intransigencia, amenazando al magisterio con aplicar el Decreto de emergencia educativa, que prevé fuertes sanciones disciplinarias y hasta el despido para aquellos maestros y maestras que se negaran a integrarse a las aulas.
Una actitud irresponsable que ya había mostrado al declarar ilegal el paro magisterial y al amenazar con suspender sin goce de salario a los docentes y a los dirigentes magisteriales.
“El régimen ha dicho que sólo regresando a las aulas iba a sentarse a negociar y le estamos tomando la palabra. Las bases han puesto un término de dos semanas para que se desarrolle la negociación y se de una respuesta a nuestras demandas. También vamos a aprovechar de ese tiempo para seguir organizando a los padres de familia y para visitar y dialogar con la base”, aseveró Oliva.
Entre las principales demandas que han desencadenado la protesta y la lucha magisterial se destaca el retiro de la Ley de Fortalecimiento a la Educación Pública, que de hecho pretende municipalizar y privatizar la educación y la solución de la crisis financiera del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA).
Además, el magisterio rechaza la presencia de una junta interventora en el INPREMA nombrada por el gobierno y la militarización de sus instalaciones, así como el restablecimiento de la indexación de sus salarios, tal como lo prevé el Estatuto del Docente, y la suspensión de los reclamos administrativos por parte del Tribunal Superior de Cuentas contra centenares de docentes.
“Hay muchas reservas sobre la real intención de este régimen de dialogar, sin embargo ese ‘repliegue táctico’ no lo consideramos una derrota, sino una reorientación en el proceso de lucha.
Ahora la presión la tiene Porfirio Lobo en sus manos para llamar al diálogo y vamos a estar preparados por cualquier decisión. Si el diálogo fracasa vamos a volver a las calles”, concluyó el presidente del COLPROSUMAH.
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