Por Lorenzo Alberto Raudales
La reunión de miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) con el presidente Hugo Chávez en Caracas, Venezuela, constata la credibilidad y fuerza en el cabildeo de la más genuina representación de la mayoría del pueblo hondureño en el ámbito nacional e internacional. Es un hecho inédito, nunca antes contamos con una fuerza política constituida por organizaciones del pueblo que tuvieran el protagonismo que hoy por hoy tienen el FNRP.
Ante tal realidad no caben las expresiones pesimistas que algunas veces surgen de las contradicciones internas propias de organizaciones abiertas como el FNRP y que desafortunadamente coinciden con los medios de comunicación de la oligarquía que no tienen otros propósitos que el de dividir y desanimar.
¡Ayúdate que te ayudaré! Vieja expresión que sigue vigente y expresa una verdad inocultable. De no existir una expresión como el FNRP aún cuando la buena voluntad de terceros quisiera apoyarnos en nuestras reivindicaciones no habría caso; la expresión fundamental nace de esa parte del pueblo que se hace sentir en todo el territorio nacional y durante todos los días; que se expone a diferentes modalidades de represión.
No es una novedad que haya diferencias en el seno del FNRP y algunas veces se expresan con agresiones personales pero que no indican que el frente está dividido y golpeado como expresan algunos analistas amigos. Tampoco es saludable que se agreda a la dirección del FNRP con argumentos que no habíamos conocido antes: los dirigentes viejos deben ser sustituidos. Esos son los viejos que construyeron o contribuyeron a crear esas organizaciones y conciencia del pueblo sobre los que descansa el FNRP.
Con golpe o sin golpe de estado siempre estuvieron en las defensa de los intereses de los menos favorecidos en esta sociedad. ¿Qué hacían esos comentaristas antes del golpe de estado? Algunos apenas se dedicaron ingenuamente a purificar el sistema, a pelear contra la corrupción pero no a promover el cambio social. Esa es la posibilidad que ofrece el frente con los viejos luchadores que han batallado por modificar profundamente las estructuras de dominación e inequidad de este sistema.
Estamos en un momento temprano de la revolución, esos es cierto, pero se construye organización y experiencia; se eleva la moral de lucha del pueblo y se avanza en pequeñas reivindicaciones porque estamos peleando contra una oligarquía aliada a las transnacionales y el imperialismo, causa a la que agrega la derecha internacional.
Las negociaciones del FNRP con el régimen encabezado por Porfirio Lobo deben verse como un triunfo del pueblo y Zelaya tiene la razón cuando agradece a Venezuela, en particular a su presidente, por la mediación. Como él indicó “hay cuatro puntos en los cuales se debe trabajar en Honduras y estos son: La lucha por la constituyente, el retorno de los exiliados, el reconocimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular y la defensa de los derechos humanos”. Con lo que queda claro que no hay rendición y que la lucha es larga pero segura y por lo mismo hay mucho espacio para la contribución de los jóvenes ahora y en el futuro porque éste les pertenece.
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