La sede de la Universidad Pedagógica Nacional fue el punto de encuentro de la comunidad garífuna, la que posteriormente realizó una caminata con rumbo a la Casa de Gobierno. Pero la inusitada forma de protestar, al son de los 214 tambores, instrumentos de percusión que han acompañado la etnia hondureña desde su existencia, no fue el epicentro de la manifestación.
Emitiendo consignas y portando mensajes en sus mantas y pancartas, los garífunas, acompañados por los miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígena de Honduras, COPINH, exigieron un alto al despojo de las tierras y territorios de los pueblos garífunas y lencas.
Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra de Honduras –OFRANEH- dijo que vinieron a esta ciudad no a celebrar, sí a poner sobre la mesa del gobierno, de la población y de la comunidad internacional, sus peticiones. “Queremos que se respeten nuestras tierras, las cuales han sido entregadas a empresarios para explotación comercial”, afirmó.
En ese sentido, al gobierno de Honduras le recordaron la necesidad urgente de realizar una reforma agraria integral que permita el respeto de las tierras que pertenecen a las etnias.
En la manifestación se hizo sentir el descontento de este sector de la población, hacia proyectos aprobados por el Congreso Nacional, como el de las ciudades modelos y la concesión de los ríos de las comunidades en las que se construirán represas hidroeléctricas, al mando de empresarios que no cansados de “sangrar” al país con la generación de energía térmica, persiguen su objetivo, ahora con la apropiación de los recursos forestales del país.
La refundación del país, fue otra de las exigencias que trascendieron en la manifestación pacífica que hicieron los garífunas y los Lencas, al igual que un alto a la brutalidad con la que se pretende evitar las protestas del sector magisterial del país.
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