Defensores en Linea
Esta noche podríamos haber ocupado tiempo para analizar el comportamiento del patriarcado sexista, masculinista, misógino, racista de Honduras, que no sale todavía del aturdimiento del 28 de noviembre.
Hablamos de ese sistema cruel, sostenido por mandatos militares, religiosos, políticos y culturales, todos jurásicos, que no pueden siquiera llamar presidenta a una mujer. Creen que el cargo sigue siendo masculino y llaman a Xiomara, presidente.
En realidad no se trata sólo del género de una palabra, este sistema es tan bruto, irrespetuoso y violento, que en lugar de dirigirse a Xiomara llaman a Mel su esposo, o a su hijo que dirigió la campaña. Es un ninguneo misógino.
En el peor de los casos, periódicos, televisoras y radios también jurásicos, todos dirigidos por hombres, están empeñados en aprovechar las desesperaciones de Salvador Nasralla para meter crisis a la gran concertación social y política ganadora de las elecciones generales. Para minimizar la transición. Para ignorar la agenda popular. Para invisibilizar a la mujer.
Este sistema patriarcal tieso, que ha dado oxígeno puro a la narcodictadura corrupta pero que ha sido en parte expulsado electoralmente del imaginario popular, es un sistema perverso que debe ser enfrentado con decisión, desde sus raíces.
Pero no será nuestro tema esta noche, lamentablemente. También queríamos ocuparnos del papel de Estados Unidos en la actual coyuntura política hondureña en momentos que el imperio declina frente al liderazgo sólido de China y Rusia.
Es tan tentador poder analizar el viraje que Washington viene de dar a los carteles narcos hondureños sostenidos durante 15 años en situación de poder, y su reconocimiento anticipado de la victoria popular el domingo 28 de noviembre.
Es tan importante hablar con claridad sobre el anuncio del nombramiento de la nueva embajadora gringa antes del 28-D. Poner en contexto la visita del responsable del hemisferio occidental el día de las elecciones y la llegada del jefe del Comando Sur a Tegucigalpa esta semana. Encuadrar la entrevista directa de la vicepresidenta Kamala Harris con Xiomara, anunciando su apoyo a la Comisión Internacional contra la corrupción y la impunidad que reclama el pueblo. Y poner en perspectiva esas intensas reuniones organizadas por la embajada estadounidense con diversos actores, incluyéndonos…
Pero habrá tiempo de conversar esa agenda Honduras-Estados Unidos con sinceridad, para decirles de frente que un alto porcentaje de la población hondureña entiende el juego del poder y que esta vez no será tan fácil imponer ministros a escondidas o jefes policiales y militares narcos ni mucho menos dictar la política exterior, sin que el pueblo lo sepa.
Esos temas son importantes y merecen mantenerse sobre la mesa, pero esta noche hay un acontecimiento más importante en el país del cual debemos ocuparnos. El aniversario de Radio Progreso, que ha construido futuros desde 1970, pasando de una época a otra con coherencia, adaptando las nuevas tecnologías a los contenidos y no al revés.
Por eso, nace de nuestros corazones organizados decirle a los jesuitas gracias por preservar el derecho a la comunicación, la libertad de expresión y el derecho a la información, sin divorciarse con la espiritualidad sencilla y profunda de la gente. Sin imponer una religión al estilo de los colonizadores de 1492.
Al final del día, al celebrar 65 años de una radio de inspiración cristiana, lo que tiene verdadero sentido destacar es cómo ha podido acompañar la fe terrestre del pueblo sin imponer las reglas de una iglesia envejecida, y cómo ha podido iluminar las luchas sociales y políticas de las comunidades sin esconder el cuerpo, sin huir con miedo a las jerarquías golpistas de la capital.
La palabra de Radio Progreso recoge en el último mes, para tomar una muestra, el sentido de una agenda palpitante imposible de escuchar en el congestionado espectro de las frecuencias otorgadas por la dictadura narcotraficante a las iglesias que profesan la teología de la prosperidad, predicadoras del homus economicus y testaferras del sistema de manipulación pública de la conciencia.
Del 30 de noviembre a la fecha, Nuestra Palabra de Radio Progreso se ocupó de las hijas y de los hijos del golpe de 2009 y del fraude de 2013, que derrotaron de modo aplastante la dictadura. Destacó las esperanzas y oportunidades abiertas con las elecciones. Precisó los tres derechos frente a la nueva coyuntura política (derecho a celebrar, derecho a la esperanza y derecho a no olvidar). Abrió las válvulas humanizadoras y liberadoras. Profetizó que todas las cosas tienen su tiempo. Propuso juicio político contra el fiscal Oscar Chinchilla. Proclamó diciembre como el mes de las esperanzas hondureñas. Declaró que Honduras respira vientos de cambio y celebró aniversario con su pueblo y con todas sus voces.
Estas Voces contra el Olvido felicitan al equipo de Radio Progreso, cuyo trabajo alcanza las regiones del Aguán, Atlántida, Nor-occidente y Centro de Honduras, por su contribución a la esperanza crítica de la Nación y el acompañamiento de la maduración política de las juventudes de Honduras.
En nosotras Radio Progreso tiene una voz de complicidad, de defensa y de promoción de sus valores, un compromiso libre de los vaivenes de nuestras emociones humanas. Tienen en nosotras la amistad de una organización contra el olvido, el amor de unas familias que llevan casi 40 años perseverando por la verdad y la justicia. En el Cofadeh ustedes tienen una casa abierta.
Un gran abrazo hermano Melo Moreno. Un saludo grande a esta construcción institucional llamada Radio Progreso, que esta noche se ha dejado venir a nuestra mesa con los gritos de quienes fueron sometidos al silencio, con las voces agitadas del pueblo que marcha y con todas las voces de quienes están siempre con nosotras. Saludos!
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