jueves, 27 de enero de 2022

Empobrecida y con finanzas en bancarrota, así deja Calidonio a San Pedro Sula


Radio Progreso

El martes 25 asumió como alcalde de San Pedro Sula, segunda ciudad de importancia en Honduras, Rolando Contreras, el vicealcalde Omar Menjívar y el cuerpo de 10 regidores. El acto se realizó a puerta cerrada en el salón consistorial de la municipalidad hasta donde llegaron los invitados de las autoridades salientes y entrantes. No hubo presencia de medios de comunicación. 

Sin embargo, Rolando Contreras, esta tarde recibió la banda municipal y el bastón de mando porque prestó su nombre y fotografía en la papeleta electoral para sustituir a su hermano Roberto Contreras quien ocupará la silla municipal una vez tome posesión la presidenta Xiomara Castro.

De acuerdo a lo manifestado por los ediles se esperará la primera sesión de corporación para interponer la renuncia y luego se presentará ante la Secretaría de Gobernación, Justicia y Descentralización. A renglón seguido será la coordinación del Partido Libertad y Refundación quien proponga ante Gobernación a Roberto Contreras como alcalde y Menjívar como vicealcalde.  

La administración saliente estaba presidida por el nacionalista Armando Calidonio, que culminó su período como alcalde luego de 8 años al mando de la ciudad capital industrial. Entre tanto, Rolando Contreras será el alcalde número 124 y cuando asuma su hermano Roberto según la historia, el 125.

Una ciudad vulnerable y endeudada

En la actualidad San Pedro Sula es altamente vulnerable a las inundaciones y está en medio de una profunda pobreza. Además de una deuda de más 5 mil millones de lempiras con la banca privada y con una carga salarial de 4 mil 800 empleados. Esos son los problemas que deberá atender urgentemente Contreras.

De acuerdo a Roberto Contreras, datos preliminares indican que cuando Calidonio tomó la municipalidad en 2014 tenía 1,800 empleados y una planilla de 32 millones de lempiras. Sin embargo, dejará como herencia 4,800 empleados, lo que significa una erogación de 100 millones en pago de salarios.

En ese sentido, Contreras junto la corporación municipal anuncia que entre mil y mil 500 puestos de trabajo desaparecerán debido a que son “paracaidistas” (personas que cobran un sueldo entre 12 y 15 mil lempiras sin presentarse a trabajar). De acuerdo al vicealcalde electo Omar Menjívar estas personas sólo llegan a firmar cada mes a la alcaldía.    

También anuncian el recorte de 15 altos funcionarios que tienen salarios de más de 100 mil lempiras, para tener mayor alivio del presupuesto municipal que para este 2022 es de 4 mil 464 millones de lempiras, 3.8 % más que el del año 2021.


Grúas y nuevo edificio municipal

Esta semana la nueva corporación municipal anuncia la eliminación de las grúas que andan llevándose los vehículos mal estacionados en el centro de la ciudad. Actualmente a cualquier persona que se le decomise su automóvil de esta forma debe pagar una multa de 3,900 lempiras lo que se considera un abuso para el bolsillo de los contribuyentes.

Así mismo Contreras anuncia que buscará comprar el emblemático edificio del Hotel Sula, que desde el 2021 dejó de funcionar por falta de huéspedes. El nuevo alcalde dijo que esta instalación cuesta seis millones de dólares, pero podrían negociarla en cinco y que necesitan otros dos millones para remodelar totalmente.  

Contreras aseguró que actualmente la municipalidad paga 6 millones de lempiras en renta para varias dependencias y en distintas zonas de la ciudad, lo que vuelve tedioso y lento los trámites.  Por lo tanto, con la adquisición del edificio se pretende centralizar todas las dependencias municipales para que cualquier trámite se pueda realizar en el mismo lugar.

Entre tanto, el vicealcalde Menjívar, indicó que otra proyección de la nueva administración municipal será dignificar los sectores más pobres de San Pedro Sula. “Llevaremos proyectos de saneamiento, agua potables y desarrollo humano, a los sectores de Chamelecón, Rivera Hernández, Cofradía y los asentamientos ubicados en los bordos.   


San Pedro Sula empobrecida

Con más de un millón de habitantes, San Pedro Sula es la segunda ciudad más importante del país y el motor de la débil economía al generar aproximadamente el 58 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras. Sin embargo, “el desarrollo económico ha sido para unas pocas familias en detrimento de la mayoría que se hunde entre la precariedad económica y la violencia”, manifestó el vicealcalde electo Omar Menjívar. 

El contar con gran industria, San Pedro Sula es una de las ciudades más receptoras de hondureños de los departamentos más pobres del país. Sin embargo, es la mayor expulsora de migrantes porque no lograron las oportunidades que buscaban. En los últimos cuatro años desde esta ciudad se han formado caravana tras caravana de migrantes.  Huyen de la violencia, la pobreza, la corrupción y el caos. Realidades que son palpables en las calles de los barrios y colonias.

La capital Industrial fue el epicentro de la pandemia del COVID-19. Y por si fuera poco, también en una de las ciudades más dañadas por los huracanes Eta e Iota que dejaron muerte y centenares de colonias en ruinas al permanecer bajo agua por más de dos semanas consecutivas en noviembre del 2020.

Bordos llenos de miseria económica  

En San Pedro Sula habitan más de 100,000 (cien mil) personas, en los empobrecidos asentamientos de los bordos, cifra que representa cerca del 10% de la población de la ciudad. Es aquí donde levantan los mayores cinturones de miseria, inseguridad y hacinamiento.

Las familias que habitan ahí han construido improvisadas casitas de pedazos de madera y lámina vieja. Los bordos son parte de las obras de protección de los ríos que atraviesan la ciudad y en su mayoría sus corrientes se componen de aguas que se mezclan con todos los residuos de las residenciales y la industria, que además no tiene ningún tipo de tratamiento para sanearla. 

En estas zonas la niñez crece sin espacios para para desarrollarse. Las estrechas calles de tierra solo las dividen los extremos de los bordos y las familias se ven afectadas por la inexistencia de los servicios básicos. La electricidad está porque la han llevado hasta sus viviendas de manera irregular. Las personas se las ingenian para colocar un tendido eléctrico improvisado, que en muchos casos pone en peligro sus vidas.

La población de San Pedro Sula tiene grandes expectativas en las nuevas autoridades municipales y centrales. “Necesitamos que los regidores y el alcalde no vengan hacer negocios con las obras o robar el dinero del presupuesto.  Queremos que ellos tengan un alto sentido de amor al pueblo sampedrano ya que la inversión en la ciudad necesita ser llevada a los sectores más pobres”, indicó el sociólogo Cesar Ramos.  


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