viernes, 14 de enero de 2022

Indignación social y silencio oficial en asesinato de Pablo Hernández


Defensores en Línea

Por Sandra Rodríguez 

Cientos de personas han asistido al velorio de Pablo Hernández Foto: José Ramón Vásquez

Cientos de personas han acompañado a la familia de Pablo Hernández, desde el momento que se supo de su asesinato.

Ya trascurrió más de 24 horas del crimen contra el defensor de derechos humanos en la comunidad Tierra Colorada, San Marcos de Caiquín, Lempira. El levantamiento del cuerpo fue hasta las tres de la tarde del domingo 9 de enero, comprobándose que al menos siete impactos de bala fueros dirigidos contra su humanidad.

Familiares y amigos han estado pendientes del proceso inmediato, no se permitió que se llevarán el cuerpo para la autopsia forense, porque no se confía en que las autoridades realicen efectivamente su labor.

La policía espera a que los allegados les den indicios para dar con los responsables, cuando ése es su trabajo junto a los agentes de investigación, lamentó un pariente de Pablo.

Asimismo, declaró a Defensores en Línea, que los agentes de la Policía Nacional, Dirección Policial de Investigación (DPI) y Ministerio Público, recabaron indicios preliminares que pueden ser utilizados en la investigación que dé con los responsables materiales e intelectuales del crimen contra el líder indígena lenca Pablo Isabel Hernández Rivera.

“Quienes lo esperaban para matarlo, sabían que él iba a pasar por ahí, no todos los domingos salía a la misma hora”, declaró el familiar del coordinador de la Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y Celebrador de la Palabra de Dios, que en ese momento se dirigía a la capilla católica de Tierra Colorada, y mismo lugar donde se oficiará una eucaristía de cuerpo presente a las 2pm.

Pablo luchaba por un mundo de igualdad y seguridad social para el pueblo indígena lenca, quería que sus cuatro hijos gozarán de un país con acceso a la educación según su cultura y creencias. La niña mayor va a cuarto grado de educación primara, el segundo hijo apenas se graduó de preescolar, le sigue una niña de dos años y un bebé recién nacido.

La familia tiene temor por que este crimen se deriva de una serie de denuncias de actos irregulares a nivel municipal, Pablo dijo que “posiblemente si pierde el que estaba en el poder, corría el riesgo su vida” era un hombre muy consciente de lo que le podía pasar, expreso su pariente.

Durante la noche del velorio al aire libre por la cantidad de personas que han asistido, la policía llegó dos veces, pero no dicen ni hacen nada.

Lamentamos la negligencia de las autoridades, ven que la situación está seria y no hacen nada porque dicen que no saben quienes son los criminales, agregó uno de los acompañantes en las honras fúnebres.

Aunque la familia de Pablo sabia lo que le podría suceder, porque era un hombre insobornable, no estaba preparada para enfrentar este asesinato.

“No me puedo acomodar mientras la gente está aguantando lo que no merece” expresaba Pablo, cuando le hacían intentos de soborno para que se alineara al sistema de gobierno.

A las 4p.m. será el sepelio de Pablo Hernández, en su comunidad, la cual defendió hasta con su vida.

Una de las fotos que más ha circulado es la Pablo portando el chaleco del COFADEH, así como el carnet de identificación de la institución que lo acreditaba como observador de derechos humanos en el proceso electoral del pasado 28 de noviembre.  A través de la Radio Tenán retransmitía el programa radial Voces Contra el Olvido del COFADEH, por lo que el vínculo de trabajo en la defensoría era muy cercano. Pablo era parte de la Red de Defensores de Derechos Humanos de Lempira que organiza y forma el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH); Además integraba la Red Nacional de Defensores de Derechos Humanos del COFADEH (RENADH/COFADEH) creada hace un mes. La familia agradeció a al Comité y su coordinadora general Berta Oliva, por el apoyo que han recibido en este momento.

Entre los asistentes al velorio está José Ramón Vásquez, integrante de la Red Nacional de Defensores de la Tierra y el Territorio (RENADETT), que a su vez integra la RENADH/COFADEH, quien afirmó que la indignación entre los cientos de asistentes es palpable, porque Pablo era un líder nato. El próximo miércoles debía reunirse con él en La Campa, con otros representantes indígenas y campesinos de la zona.

Las autoridades locales no se han hecho presente ni se han pronunciado con respecto a este crimen. Pese a que Pablo era una autoridad muy reconocida en la región al occidente de Honduras.


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