sábado, 18 de mayo de 2019
Una mina de sangre y oro que destruye cerros en La Unión, Copán
Desde el aire se observa la enorme devastación. En tierra firme se ven las heridas de los cerros, que pareciera derraman sangre. Huellas amargas de una tierra que supura oro y destrucción. Aquí huele a polvo contaminado. Las comunidades llevan años denunciando la situación de este proyecto de minería a cielo abierto que devora las grandes colinas de la Unión, Copan. Sin embargo, hay muchas personas que apoyan el proyecto. “es la única fuente de empleo y desarrollo que existe en este municipio”, afirman varios vecinos.
Para otros el proyecto minero es una política de tierra arrasada que devora cerros, contamina ríos y envenena los cuerpos de sus pobladores. El futuro ya ha sido dinamitado por la ambición de dinero, una explosión que ha impactado de lleno en el corazón de las próximas generaciones.
En estas comunidades ubicadas en la zona alta, su población guarda en sus baúles de la historia; el ambiente de armonía, el fascinante clima y una amplia producción de granos básicos y hortalizas, que desde el 2000 se fueron cambiando por la extracción de oro, plata y otros metales preciosos, que realiza la empresa de capital canadiense, Minerales de Occidente, S.A, MINOSA.
En esta zona, en un tiempo se respiró aire fresco y limpio. “Las montañas llenas de bosque permanecían nubladas y en algunas épocas del año teníamos temperaturas hasta de 15 grados. Pero, todo quedó en la historia, porque la minera devoró varios cerros. El cementerio que es el único pedazo de tierra que nos queda como memoria de nuestro pasado, ahora está a punto de ser expropiado porque debajo de él hay oro”.
Lo anterior lo manifestó un habitante de Azacualpa, quien por razones de seguridad pidió omitiéramos su nombre. Al estar en esta comunidad, se observan daños en la infraestructura de muchas viviendas, el templo católico y hasta el campo de fútbol tiene varias grietas. “Esto es provocado por las explosiones de dinamita que la empresa hace a diario. Por ejemplo, nuestra casa se mueve cada vez que hacen los estallidos”, indicó una joven mientras mostraba los daños provocados a su vivienda.
Las aldeas San Andrés, San Miguel y Azacualpa, son comunidades que se asentaron en una enorme capa de oro, que es explotado por MINOSA, subsidiaria de la canadiense Aura Minerals. Las dos primeras ya desaparecieron y fueron reubicadas. En esta zona las nubes de polvo, el ruido de las excavadoras y de volquetas que llevan y traen toneladas de broza, opaca todo ambiente que se pueda generar. Cámaras de video y guardias de seguridad de la empresa no dejan escapar el mínimo movimiento que se da en toda la zona de la concesión.
MINOSA tiene una concesión para explotación metálica de 400 hectáreas, y abarca hasta la mitad de la comunidad de Azacualpa. Estas comunidades montañosas, están a 214 kilómetros de San Pedro Sula. Para llegar a Azacualpa se toma el desvió del municipio de la Unión, ubicado en la CA-4, carretera que conecta Honduras con El Salvador y Guatemala. Después de cruzar un pequeño trayecto pavimentado, se recorre una carretera nublada permanentemente por el polvo ocasionado por el paso de los vehículos.
¿Desarrollo del municipio?
“Después que llegó la minera al sector la vida cambio para bien. Aquí se generan más de 300 empleos directos y más de mil indirectos. La mayoría de las personas que laboran en la mina son de las comunidades aledañas. Si MINOSA cerrara operaciones este municipio se viene abajo en todos los aspectos”, indicó José Torres, habitante de San Andrés.
Torres, quien también labora en la empresa minera, agregó que más del 50% del presupuesto municipal depende de los impuestos que paga la compañía. También se encarga de reparar las carreteras, construye puentes, da muchas becas a niños y jóvenes de las comunidades para que puedan estudiar.
“Antes que llegará la empresa aquí era una pobreza inmensa y solo habían dos o tres profesionales. Ahora hay cientos de profesionales y las condiciones de vida han mejorado. Por eso no entiendo como un pequeño grupo de personas se oponen a que MINOSA, siga operando y generando mejores condiciones de vida”, lamentó Torres.
Al mismo tiempo dijo que el 90% de la población del municipio está de acuerdo que la empresa siga operando, porque aparte de la generación de empleos que mueve la economía, también cada año aprueba un sinnúmero de proyectos sociales que aportan al desarrollo en infraestructura en La Unión, Copan.
Sin embargo, “los proyectos educativos, reparación de calles y otros pequeños beneficios, que da la empresa, es el Estado, quien debe darlos porque así lo manda la Constitución. Lo que pasa es que los gobiernos abandonan a las comunidades y luego aparecen este tipo de empresas como las salvadoras, a sabiendas que lo único que dejan es muerte y destrucción”, indicó José Ramón Ávila, director de la Asociación de Organismos No Gubernamentales, Asonog.
Grave contaminación
MINOSA explota la mina a cielo abierto, una práctica catalogada como la más agresiva para la madre tierra según organizaciones ambientalistas. La empresa comenzó arrasando toda la capa vegetal del territorio a explotar y de sus alrededores. Mediante las explosiones de dinamita extrae la piedra o broza con los minerales. Luego los lleva a unas lagunas donde hay agua con cianuro, que sirve para separar el oro de la piedra, a través de un proceso llamado lixiviación.
En ese sentido, la Coalición Ambientalista de Copán, ha denunciado en reiteradas ocasiones, la muerte de peces producto de la contaminación del río Lara. Por las operaciones mineras, ha habido derrames de cianuro, como el derrame en los años 2009 y 2003, provocando la muerte de decenas de miles de peces.
“En dos ocasiones desde el Tribunal Latinoamericano del Agua, se comprobó la contaminación a nivel de laboratorio y junto a otras pruebas documentales, salieron sentencias contra la empresa minera, sin embargo, aquí no pasó nada. La supuesta minería “moderna” y “responsable” que promueve MINOSA es una farsa”, indicó Ávila de ASONOG.
La compañía minera rechaza las acusaciones, “Nosotros tenemos un sistema certificado y apegado a las normas internacionales. Tenemos un monitoreo mensual de las aguas de los ríos para medir el tipo de contaminación y si hay algún tipo de contaminación puede ser causado por otra industria o podría ser de carácter natural”, indicó Luís De Lima, gerente de MINOSA.
Al mismo tiempo dijo que “el agua con cianuro que utilizamos, es reutilizada de manera permanente. No hay ningún tipo de derrame a ningún río. Somos una empresa sería y responsable. Además, estamos supervisados de manera permanente por todas las instituciones del Estado y jamás han encontrado algo anormal”, manifestó Lima.
Campo santo sobre oro
La destrucción ambiental y la división de las comunidades se manifiesta ahora que la empresa quiere explotar el cementerio municipal de Azacualpa. Debajo de las tumbas hay una gran cantidad de oro y por allí pasa la concesión minera. Sin embargo, muchas familias se aferran a sus muertos, ya que sus mentes lo único que queda son los recuerdos, plasmados en una sepultura con una cruz.
Pero, la empresa minera no le importan los recuerdos, ve oro bajo los muertos y su misión es socavar el descanso eterno. Hay un buen número de personas que han dado la autorización para la exhumación de sus parientes en el cementerio. “Nos están comprando, a cada familia que autoriza le dan más de 200 mil lempiras, pero, muchas personas creemos que eso no tiene precio”, indicó una señora de la comunidad.
Ella es parte de un grupo de habitantes de Azacualpa que desde 2012 iniciaron un proceso de defensa del cementerio de la comunidad, buscando que prevalezca el lugar dedicado al descanso de los muertos y no la supuesta veda de oro que existe donde se ubica el cementerio.
En el cementerio, a inicios del año anterior se realizaron exhumaciones y por ahora han quedado las ruinas de algunos mausoleos, sólo los huecos en el lugar donde hubo restos humanos, y unas cruces enterradas en la tierra indicando que allí aún moran los que ahora sólo son recuerdos.
Después de una gran lucha y varios recursos legales, por fin, en mayo del 2018 el Juzgado resolvió ordenando a la municipalidad de la Unión, Copán, cesar y hacer cesar de inmediato las exhumaciones de difuntos en el cementerio de la comunidad de Azacualpa.
El histórico conflicto entre las comunidades del municipio de la Unión, Copán y particularmente la lucha de Azacualpa en defensa de su cementerio ha tenido finalmente un chispazo de luz en medio de la cooptada justicia hondureña. Sin embargo, hay varios amparos interpuestos por la empresa minera y se prevé que el conflicto se reactive.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario