martes, 21 de mayo de 2019
Ezequiel y su sueño de reencontrarse con sus padres y hermanos
El 7 de abril está marcado en la memoria de Miriam Melgar, una hondureña que debido a las condiciones de pobreza se vio obligada a migrar hacia Estados Unidos junto a su esposo y dos de sus tres hijos. Ese día, en medio de una entrevista recibió la llamada que más dolor ha caso hasta el momento, la muerte de su tercer hijo, Ezequiel de apenas 7 años de edad, quien intentaba llegar a su encuentro.
Dos meses antes Miriam, su esposo y sus dos pequeños hijos salieron del municipio de Morazán, Yoro, buscando mejorar las condiciones económicas en que se encontraba la familia, además de brindar atención médica a su hija menor, quien fue intervenida quirúrgicamente en varias ocasiones en Honduras. Llevar a los 3 hijos complicaba el viaje, decidieron que Ezequiel Adonay Bonilla Melgar, se quedara con sus abuelos, hasta que ellos llegaran a su destino, Estados Unidos.
Dos meses después de llegar decidieron que era hora de reencontrarse con el pequeño Ezequiel, a quien extrañaba y quien pedía juntarse nuevamente con sus padres y hermanos. Se planificó el viaje, el menor se fue con un tío y tres familiares más.
Con gran dolor sus abuelos lo despidieron. Dolía separarse de un niño alegre y quien siempre buscaba protegerlos, era su compañía en los días de ausencia y nostalgias. La preocupación llegó 7 días después, cuando les notificaron que la lancha donde viajaban se dio vuelta en medio de las peligrosas aguas del río Bravo, frontera México-Estados Unidos.
Desde que la información llegó a la familia, su padre Ronan Danilo Bonilla, pidió al Consulado de Honduras en Atlanta, donde viven ahora, ayuda en la búsqueda de su hijo; lamentablemente el cuerpo del pequeño Ezequiel fue encontrado días después en McAllen, Texas.
En medio de una entrevista la madre recibió una llamada, allí le notificaron que el cuerpo de su hijo apareció. “Ay esos son sus zapatitos mi amor, son sus zapatitos, ay son los calcetines que yo le dejé; ay Dios mío son los calcetines de mi hijo, ay mi hijo Dios mío, mi hijo, mi hijo murió, mi hijo se murió”, fueron los gritos desgarradores de esta madre, quien intentaba ser controlada por su esposo.
Tanto en Honduras como Estados Unidos los familiares de Ezequiel lloran la ausencia de su pequeño niño, lamentan que hechos tan dolosos como este sea el resultado de la falta de oportunidades en Honduras, lo que obliga a la familia a huir buscando seguridad y oportunidades para vivir en dignidad. Sus padres pueden a las autoridades hacer acciones que logren detener los peligros que enfrentan los migrantes en el camino que van desde morir ahogado, como pasó con su hijo, ser mutilados por el tren o ser víctimas por bandas de extorsión y crimen organizado.
Se dispara el número de migrantes
Más de 76 mil extranjeros sin documentos cruzaron sin autorización únicamente el mes de febrero, lo que duplica la cifra registrada durante el mismo período de tiempo el año anterior, según informaron este martes las autoridades de la Oficina de Patrulla Fronteriza. Se trata de la mayor cifra para un febrero en los últimos 12 años. El aumento se ha visto impulsado por las familias, que, por cuarta vez en cinco meses, ha batido récords. Los agentes han retenido desde octubre pasado —cuando arrancó el nuevo año fiscal— hasta la fecha a 136.150 miembros de “unidades familiares”. En solo cinco meses ya se ha pulverizado la marca de 107.212 personas registrada durante todo el último año fiscal, que a su vez fue más del doble que en 2016.
Las cifras llegan en un momento en que el presidente Donald Trump ha declarado una emergencia nacional en EE UU alegando una crisis de inmigración y de entrada de drogas, con el fin de desviar fondos para la construcción del muro fronterizo con México.
Sin embargo, al menos cuatro legisladores republicanos votarán a favor de una resolución demócrata para detener la medida del mandatario al considerar que socava la separación de poderes. Y es que, apartando los datos de las unidades familiares, las cifras de los últimos años muestran una caída importante en las detenciones de inmigrantes irregulares a partir de 2006.
El primer año de Trump en la Casa Blanca, el descenso continuo terminó por alcanzar la cifra más baja desde 1971, 303 mil 916 personas.
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