sábado, 5 de enero de 2019

El jugoso negocio de la energía en Honduras



El negocio de Roberto Rivera, un pequeño comerciante en la ciudad de El Progreso, Yoro estuvo a punto de cerrar, luego de recibir los primeros recibos de energía eléctrica. Cada mes la empresa de capital público-privado cobraba arriba de los 50 mil lempiras, una cifra que para un pequeño establecimiento es sinónimo de cierre.

Roberto contrario a quejarse y ser obligado a pagar por cuotas esa tarifa, denunció y acudió a la ley para demostrar que los cobros son un abuso de la empresa que ahora maneja el servicio. Luego de varios meses, denuncias públicas y ante la institucionalidad ha demostrado que su negocio no consume esa cantidad.

Desde que la Empresa Energía Honduras, EEH asumió el cobro de las tarifas energéticas, las denuncias por este servicio se han incrementado, resultado de  los altos cobros, más el hostigamiento para que los abonados cambien a los contadores prepagos o los denominados inteligentes.

En un reciente análisis en Radio Progreso, el economista e investigador del Foro Social para la Deuda Externa de Honduras, Fosdeh, Ismael Zepeda, aseguró que todos estos abusos responden al debilitamiento que se ha hecho de lo público, haciendo creer que lo privado es eficiente, sin saber que allí perdemos una institucionalidad que debería ser eficaz de brindar servicios de calidad para la ciudadanía.

“Es muy fácil entender el negocio de la energía cuando sabemos que cada generador recibe bonos de incentivos de 3 centavos de dólar, lo que también se puede entender como elemento de corrupción”, dijo Zepeda.

Una factura impagable
 En la actualidad el salario mínimo llega a los 8 mil Lempiras, y hay familias que están pagado mes a mes facturas de energía eléctrica entre los mil y mil quinientos lempiras, lo que se traduce en un servicio altamente caro. La situación empeora cuando se conoce que las familias apenas tienen un televisor, plancha, refrigeradora y un par de electrodomésticos más.

Al pago de la tarifa energética se suma el resto de los productos de la canasta básica familiar y los servicio que de públicos ahora tienen poco. Datos facilitados por el mismo Fosdeh dan cuenta que la canasta básica familiar en Honduras llega a los 15 mil lempiras, con salarios tan bajos se convierte en una odisea sobrevivir.

Negocio redondo
Para Zepeda ser generador de energía es un negocio redondo, además del incentivo que paga el gobierno, en los últimos años se han aprobado leyes con normativas que hacen de la energía eléctrica sea un negocio lucrativo. “Y lo peor es destruir la única estatal eléctrica que brinda el servicio, es algo que no entendemos”, dijo el investigador.

Desde la década de los 90 en el marco de las sequías que afectaron el país, se aprobó una ley para potenciar la generación privada de energía. Cuatro años después, en 1994, nace la Ley Marco del Subsector eléctrico, lo que vine a consolidar el mercado privado, también se creó la Comisión de Energía Eléctrica.

Para el año 1998 se pasó de la Ley para la generación Térmica a la de recursos renovables, la que se consolidó el 2007 con la Ley de Recursos Renovables. Hasta nuestro días la empresa que se maneja a través de una Alianza Público-Privada, con un fideicomiso manejado por Banco Ficohsa.

“En los últimos días todos hemos escuchado que Jesús Mejía, gerente de la ENEE asegura que en el 2019 la estatal ya no existirá, que ahora se da paso a la comercialización de energía, de cara la modernización”, declaró Ismael Zepeda.

A pesar del altos costo que tiene el kilovatio hora, otro de los grandes beneficios de los generadores son las exoneraciones que les permite la misma ley. “Se contabilizó que únicamente en 2017 el Estado hondureño dejó de percibir 5 mil millones de lempiras”, dijo el analista.

Ismael Zepeda fue claro al manifestar que la ENEE se convirtió solo en un caparazón, un caballo de Troya, donde se están drenando recursos y que con las leyes aprobadas se está terminando de privatizar una empresa que debería ser la fortaleza del Estado, la que brinde servicio de calidad y costos accesibles a la población.


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