miércoles, 23 de enero de 2019
Corredor Garífuna Sambo-Corozal zona de sacrificio ambiental
Con la inminente instalación de una planta termoeléctrica a base de bunker c, la municipalidad de la Ceiba optó por la destrucción de uno de los parajes de mayor biodiversidad en la costa norte de Honduras, además de ignorar las graves consecuencias que acarreará para la salud de las comunidades Garífunas, las que se verán afectadas por la contaminación permanente que emanará de la planta.
Como si fuera poco el abuso de la Municipalidad de la Ceiba, la ENEE y el Grupo Laiesz, los que nunca consultaron de forma previa a las comunidades que serán afectadas por la contaminación, ahora existe el rumor de la instalación de un supuesto rellano sanitario, los que en Honduras no pasan de ser crematorios.
Como de costumbre, las comunidades no han sido informadas sobre el crematorio, dando lugar a una serie de conjeturas, además ratifica la visión racista que ha existido desde décadas atrás en la Municipalidad de la Ceiba, que si bien hoy en día se encuentra un afrodescendiente como alcalde, el plan de desarrollo municipal fue elaborado durante administraciones que han estado en un conflicto permanente con la comunidad de Sambo Creek, comunidad que ha defendido su hábitat ante la pretensión de la instalación de microrepresas hidroeléctricas, que tendrían consecuencias directas sobre la playa de la comunidad, la que presenta una erosión costera que sería agravada ante la pérdida de los sedimentos que discurren hacia el mar caribe.
En Honduras, especialmente en los últimos años, la clase política a se ha convertido en un aliado servil de los intereses de empresarios ávidos de ganancias instantáneas. Desde hidroeléctricas pasando por minería y la destrucción de la cobertura vegetal, se han convertido en un festín para la clase empresarial que padece de un parasitismo anacrónico que tiene al país sumido en un descalabro.
Según oficio del Ministerio del Ambiente de fecha 27 de agosto del presente año, no existe licencia ambiental alguna a favor del Grupo Laeisz y su termoeléctrica en la Ensenada, paraje donde ya se encuentran instalando los generadores contaminantes. Sin embargo Laeisz obtuvo una Licencia Operativa, categoría 4, emitida el 16 de agosto de 2018.
MIAMBIENTE, nombre en cual ahora “funciona” la otrora nefasta Secretaria de Recursos Naturales, ha dado lugar a una máquila de licencias operativas, bajo la política de expedición de permisos en 24 horas, con estudios técnicos realizados en 25 segundos, operaciones que serán posible ejecutar través de la página de la internet de MIAMBIENTE. La nueva modalidad no menciona en ningún momento el requerimiento de la consulta previa, libre e informada que poseemos los pueblos indígenas.
Como si fuera poco lo anterior, MIAMBIENTE dio a conocer el pasado 8 de agosto el Acuerdo Ministerial 1402-2018 -el cual fue publicado el 17 de agosto en la Gaceta No 34- el Estado logra la imposición de revocar el derecho al acceso a la información en relación con las licencias ambientales otorgadas por dicho ministerio.
Para el 30 de agosto, ante el asombro causado por la determinación ministerial, MIAMBIENTE publicó un comunicado en el cual aduce que la medida está destinada a proteger el derecho de propiedad intelectual de los aspirantes a obtener licencias; además de reafirmar supuestamente su apego a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información.
Agrega además que “se considera información reservada: los levantamientos de estudios geofísicos, planos, bosquejos, mapas obras tridimensionales relativas a la geografía, topografía y arquitectura o las ciencias y toda aquellas documentación en la cual el proponente o dueño de un proyecto que haya solicitado una licencia ambiental y demás solicitudes administrativas que considere de su propiedad’.
La legalidad de los vericuetos jurídicos de MIAMBIENTE se encuentran impregnados de ilegalidad, al mismo tiempo que han convertido a ese Ministerio en una maquinaria de fraudes ambientales, que encajan perfectamente con la noción de la república mafiosa impuesta por la élite político empresarial.
La destrucción ambiental del Corredor Sambo Corozal, donde convergen el Parque Nacional Nombre Dios y el Monumento Marino Cayos Cochinos, forma parte de un visión obsoleta de “desarrollo”. Tanto una termoeléctrica como un crematorio ante la grave situación existente en relación al cambio climático y la producción de gases de invernadero, denotando la visión decimonónica de progreso interiorizada por el Alcaide Sabio y el Ministro Galdamez, los que tarde que temprano serán judicializado por el desastre que ha causado en MIAMBIENTE con su plataforma de 24 segundos.
Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH
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