sábado, 2 de abril de 2016

Una de dos: Libertad de expresión o libertad de extorsión



Estamos en el país del Actívate, el fogón y otros milagritos vivimos momentos del más brutal realismo mágico. Como ya hemos dicho en repetidas ocasiones: el hombre le entiende al trámite. Toda la avalancha que se le ha venido con el asesinato de Berta Cáceres y la responsabilidad que tiene el Estado, a través de su gobierno, la ha sabido ignorar. Un ejemplo clarito de esto es el hecho de ignorar las peticiones de Amnistía Internacional de parte del señor presidente. Y los medios callan.

Y en ese ambiente de dolor y consternación por el asesinato de Berta Cáceres y la cercanía de la Semana Santa, han dejado ir algunos bombazos que en otros tiempos sería complicado hacerlos: el cierre de la Dirección Ejecutiva de Ingresos; 
todos los entuertos que están alrededor del Consejo de la Judicatura y para rematar el flagrante atentado en contra de la libertad de expresión y de prensa, reflejado en la condena al periodista David Romero. Y los medios no profundizan.

¿Pueden las grandes corporaciones mediáticas decir algo al respecto, el colegio de periodistas de Honduras dirá algo en relación a todo lo que ocurre en materia de libertad de expresión y prensa en los últimos meses en el país?, ¿qué significa la condena a David Romero, las citatorias y amenazas indirectas por parte de CONATEL a los medios que hablaran del tema bancario en el país?, ¿Qué pasó con la demanda a Televicentro y al periodista Ulises Aguirre por parte de la ex primera dama Rosa Elena de Lobo?, ¿en qué quedó el cierre de diario Tiempo en su edición impresa?, ¿qué se ha investigado sobre las amenazas a las radios comunitarias del COPINH y OFRANEH?, ¿las amenazas que reciben comunicadores y comunicadoras en la zona del Aguán?

¿Cinismo, hipocresía, doble moral, cómo calificar toda esta situación?, ¿silencio cómplice de los dueños de las empresas de información?

Hay "una impotencia fuerte", pero quedarse de brazos o plumas cruzadas y guardar silencio, algunas veces, cómplice, permite que el impresentable presidente impostado que tenemos se envalentone, haga lo que tenga que hacer para seguir rodeándose de todo el poder posible y así proteger a los suyos y protegerse a sí mismo de lo que le pueda ocurrir. Y los medios lo avalan.  

Sí se es una voz disidente, si se está en contra de los edictos del señor Hernández Alvarado, entonces se tienen pocas posibilidades de sobrevivir; estamos viviendo una cultura voraz, promovida por el gobierno, de libertad de extorsión, hacia esas voces contrarias a la suya. Y los medios son cómplices.

Quienes nos dedicamos al hermoso oficio de la palabra escrita o verbal, deberíamos tener presente a Voltaire: “Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo”. Allí todos los medios de comunicación deberíamos coincidir, y así contribuiríamos al respeto de la libertad de expresión y detener al gobierno con su acostumbrada libertad de extorsión.

No hay comentarios: