jueves, 18 de noviembre de 2010

Honduras: la muerte se hizo costumbre, ¿nadie se conduele?

Por Javier Monagas Maita


Las derechas tienen un don, o una complicidad tan desgraciada, que pueden cometer los peores crímenes contra los pueblos y, las organizaciones, gobiernos y medios de comunicación tradicionales, no se enteran, si por alguna casualidad se ven obligados a mirar en dirección a los sucesos, solo hacen una fresca declaración de saludo a la bandera y se olvidan del asunto.

En Honduras se están asesinando campesinos, parece que fueran invisibles y el dolor de la madre, del padre, del hijo, de la esposa, no trasciende mas allá del entorno familiar o de los que por el mundo, sin tener medios a su disposición para expresar el llanto solidario y la rabia, de los que nos enteramos de manera precaria, nos sentimos impotentes y henchidos de rabia al ver como se desgarra una nación y los que se presentan como paladines de la justicia, celebran, ríen y aúpan a los asesinos.

En Honduras se masacra a un pueblo, ese pueblo no tiene dolientes, los que se auto asignan la potestad de informar, desaparecen de sus medios el sufrimiento de una población, que pese a estar acosada por los mas oscuros ejecutores de las políticas criminales elaboradas en la casa Blanca, no se rinden y frente al miedo y el terrorismo made in usa, anteponen la dignidad, el coraje y la firme decisión de ser libres. Ero eso no es suficiente, los ejecutores de los planes de muerte en honduras, están apoyados por la mayor maquinaria de muerte que jamás ha conocido la humanidad. Esa maquinaria acciona para matar física, espiritual y moralmente. Moviliza a sus cagatintas, camarógrafos, reporteros, fotógrafos, libretistas, actores, títeres, todo con un solo fin, encubrir los crímenes y justificar los que se conozcan, como acción legitima. ¿Qué legitimidad puede tener la muerte de un hombre cuyas armas son sus manos, las semillas, el arado manual y un pedazo de tierra trabajado precariamente por culpa de la pobreza provocada intencionalmente por quienes azuzan a los sicarios? ¿Qué justificación puede haber cuando un depravado capitalista sionista, que vive a miles y miles de kilómetros, dice sentirse amenazado, por que un obrero exige justicia y reivindicaciones sociales mínimas para medio subsistir? ¿Que justificación es esa, cuando un enfermo empresario maldito, ha decidido en erigirse en gobierno del mundo y condena de una vez a todos los pueblos a servirle y a vivir en la miseria?

Honduras no puede ni debe ser una afrenta más del imperio sionista yanqui contra la humanidad. No puede quedar en el olvido, como ha pasado con el pueblo colombino y su dolor, con el pueblo haitiano y su miseria provocada. Como el pueblo puertorriqueño colonizado y secuestrado en sus derechos de pueblo y resistiendo las desmemorias que le pretenden sembrar para olvidar su identidad latino - sur - caribeña, en honduras debemos hacer empeño en quebrar la constante Sion yanqui de atacar, ocupar con títeres gobiernos y luego reinar manteniendo su dominio y humillación sobre el pueblo. En verdad creo que otro Vietnam es necesario en América y no podemos esperar más para crearlo, al imperio Norteamericano asesino, no se le pueden seguir permitiendo las libertades de ocupar, masacrar, torturar e imponer títeres en nuestro suelo sagrado y seguir ileso. ¿De que vale ser pacientes y cuidadoso de nuestras vidas, si de todas maneras nos las arrebatan por diferentes medios y para beneficio de unos verdugos que todos conocemos? Es preferible, de ser necesario, morir joven con dignidad, que morir viejo y humillado. Honduras ha de convertirse en la gota que derrame el vaso.

De las ocupaciones Sion yanquis en nuestras tierras, sacan lo peor que pueden, para llevarlos a hacer la tarea sucia hacia otros países. Por eso hay mercenarios sicarios colombianos, aterrorizando en Honduras, por eso hay mercenarios Peruanos, de esos mismos que masacran a los indios en su país, actuando contra el pueblo de Honduras, por ordenes Sion yanquis, por eso hay asesores Israelíes, enseñando las técnicas de tortura y muertes a los esbirros de la nación Hondureña, por eso está una base militar yanqui proveyendo de armas modernas a las fuerzas asesinas entrenadas, en la lucha contra el pueblo,

La batalla por la liberación de Honduras debe resurgir de las catacumbas del olvido al que lo pretenden llevar los medios de comunicación al servicio de las diabólicas clases dominaste imperiales. El pueblo hondureño está peleando; no debemos abandonarlos, sus dirigentes sindicales, maestros, profesionales, obreros, campesinos, estudiantes están arriesgando la vida permanentemente, sus mujeres se han crecido en la batalla. Por su gloria y por su honor, que renazca la solidaridad publica y manifiesta de todos los pueblos de América. Por nuestra libertad colectiva, por los cinco cubanos dignos prisioneros en las cárceles yanquis injustamente, por los hermanos haitianos, colombianos, Borinqueños, por el total cese de la agresión a la maestra guía, cuba; debemos detener la marcha yanqui definitivamente sobre nuestros soberanos suelos.

Esto no puede quedar en palabreo o consignas, pero así como el imperio maldito importa gusanos desde todos los espacios ocupados y de todos los traidores de sus pueblos, también nosotros deberíamos organizar un voluntariado por la defensa activa de Honduras y, con ella, de toda nuestra región, incluyendo los aborígenes Mapuches, Yukpas, Los Kunas [Tules], Los Teribes [Naso], Los Ngöbe [Guaymíes] y Bügle, Los Emberá [Chocoes] y Wounaan, Bokotas y Bri Bri.”. Es asunto de supervivencia. ¡HONDURAS DEBE SER LIBRE YA!

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