jueves, 18 de noviembre de 2010

Dos muertos en Haití por represión de cascos azules de la ONU



Dos hombres fallecieron este lunes tras la represión de los cascos azules de la Misión de la Organización de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah) a una manifestación popular al norte del país contra el campamento nepalés de estos efectivos, que son señaladas como responsables de introducir el cólera que ha matado a casi mil personas en un mes.

Uno de los decesos fue producto del disparo de un “soldado de paz” de la ONU.
Más temprano, el periodista Ethan Dupem informó a La Radio del SUR que durante la represión de las protestas por parte de las fuerzas de Naciones Unidas y la policía, se produjeron tres heridos de bala, y los manifestantes incendiaron dos comisarías.

Los congregados también reclamaba la muerte de un joven haitiano en la base en septiembre pasado, de la que culpan a esa unidad.

Medios radiales regionales reportaron que los militares utilizaron gases lacrimógenos y tiros al aire para alejar a los manifestantes, que respondieron con piedras y montaron barricadas en Cabo Haitiano (norte), la segunda ciudad más importante del devastado país.
Esta es la segunda vez que los haitianos deciden salir a las calles para pedir la expulsión del país caribeño de las fuerzas de paz de la ONU de Nepal que arribaron a Haití el pasado 9 de octubre, pocos días antes de la aparición del cólera en el territorio.

En este país de Asia Meridional el cólera es una enfermedad endémica, sin embargo, la ONU emitió un comunicado recientemente afirmando que se le realizaron pruebas a los 710 soldados nepaleses antes de entrar a la nación caribeña para comprobar que no padecían la enfermedad.

Los haitianos sostienen que los militares asiáticos descargaron sus heces en el río Artibonite, muy utilizado por la población y en cuyas aguas se comprobó la presencia de la bacteria responsable de la enfermedad.

El campamento de soldados nepaleses enviados por la Minustah está muy cerca del río Artibonite, razón por la que las autoridades de salud haitianas suponen que es el foco de la enfermedad.

En octubre pasado, el presidente haitiano, René Preval, afirmó que la epidemia de cólera de su país era importada.

La Minustah desmintió la versión del presidente haitiano, no obstante, recientemente expertos en genética informaron que el ADN de la cepa de cólera que afecta a Haití coincide con las que se encuentran comúnmente en el sur de Asia.

Haití es considerado el país más pobre de América Latina con una tasa de aproximadamente 70 por ciento y ocupa la posición 150 de 177 en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas.

La situación humanitaria en la nación caribeña se agravó tras el terremoto del pasado 12 de enero, que mató a unas 250 mil personas y dejó a millón y medio en las calles. Diez meses después, los sobrevivientes del terremoto aún viven en campamentos improvisados, en carpas de plástico o artesanales.

En estos campamentos, donde hombres, mujeres y niños viven hacinados, no se tienen medidas mínimas de higiene.

El cólera en Haití apareció el pasado 20 de octubre con el descubrimiento del primer caso.

Este domingo se contabilizaron 917 muertes y 14 mil 642 hospitalizaciones por causa del mal.

Pese a los esfuerzos realizados para ayudar a Haití a combatir la enfermedad, ésta continúa creciendo a ritmo acelerado y con posibilidades de infectar a por lo menos 200 mil personas debido a las condiciones de vida insalubres de la población.

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