sábado, 20 de noviembre de 2010

Fausto Milla: el cardenal debe “pedir perdón y reparar el daño”

Red Morazánica de Información

El sacerdote católico Fausto Milla, de la diócesis de Santa Rosa de Copan, instó hoy al cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, a “pedir perdón y reparar el daño” como enseña la Iglesia Católica,  por el daño ocasionado al pueblo hondureño con el golpe de Estado militar, del pasado 28 de junio de 2010.

Milla manifestó, que no basta con pedir perdón como enseña la Iglesia Católica, y ejemplificó de manera sencilla la enseñanza cristiana, en una entrevista con el Periodista Danilo Osmaro castellanos del programa de noticias “En la Plaza”, que se transmite por Radio Globo.

El cardenal hondureño es considerado uno de los actores principales del golpe de Estado militar que derrocó al Presidente Constitucional Manuel Zelaya Rosales, quien fue sacado en ropa de dormir a Costa Rica.

“Si tú te robas una vaca, no basta con pedir perdón por el robo de la vaca, devuelva la vaca”, para de esa manera reparar el daño ocasionado, ejemplificó el religioso.

Consultado sobre que piensa sobre el cardenal Rodríguez Maradiaga, Milla respondió que es un ser humano y como todo ser humano puede equivocarse y desgraciadamente esta equivocado, en relación al apoyo que el cardenal brindo al golpe de Estado.

El sacerdote, quien en 1982 tuvo que salir del país para salvar su vida, debido a la persecución política del gobierno de Roberto Suazo Cordova y el General Gustavo Álvarez Martínez, consideró además que el cardenal “es un ser humano castigado, es quizás el más castigado de todos los seres humanos metidos en el golpe”, sin mencionar por que lo consideraba castigado.

El Cardenal  hondureño, se opuso al retorno de Manuel Zelaya Rosales,   en cadena nacional de radio y de televisión al instalarse el régimen de facto,  mientras  le llamaba  “amigo”,  le advirtió no regresar a Honduras, porque de hacerlo habría “derramamiento de sangre”.

Según la constitución hondureña, violada y defendida por el golpismo, ningún hondureño puede ser expatriado, y el Estado  es laico. El cardenalato, con derecho a expresarse,  no constituye un ente político que habilite  para hablar en nombre de un gobierno  en cadena de radio y de televisión.

A escasos 10 días del Golpe,  Rodríguez  acusó a Zelaya, de “mentir internacionalmente”, de dividir al pueblo “sembrando una  lucha de clases”,  de ser un gobierno corrupto y validó como legítimos los juicios  falsos de los tribunales.

El Cardenal Rodríguez se alió al golpe de Estado, que defendió como “sucesión constitucional”.  No condenó, hasta hoy, los crímenes y violaciones a los derechos humanos por la violencia institucionalizada. Evade discutirlo y se limita a hablar  de reconciliación y perdón,  sin explicar de qué  y cómo.

Rodríguez   ha emitido juicios favorables a Roberto Micheletti y al humanismo cristiano de Porfirio Lobo. Pero, se refiere con menosprecio a  una parte de la población a la que trata como marginal, en un acto moral excluyente ajeno a la doctrina cristiana.

Ha dicho que “no entiendo que es lo que les he hecho para que me odien tanto”, quejándose del repudio popular manifiesto, en especial del pueblo en resistencia, a quienes llamó “grupúsculos”, y reclamó  que le manchan las paredes, con los mensajes de protesta dejados en los muros de la Catedral.

Al cardenal también se le acusa de ser el quién ordenó la expulsión del sacerdote Andrés Tamayo, a quien se le privó del ejercicio pastoral al quitarle su parroquia en el municipio de Salamá en el departamento de Olancho.

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