miércoles, 30 de septiembre de 2009

La revisión necesaria de la estrategia; todos somos una resistencia

Por Ricardo Arturo Salgado - Rebelión

Necesitamos ser dignos en la lucha. El valor es indudablemente una cualidad fundamental en todos aquellos que pretendemos llegar a la conquista de un mundo más justo. Sin embargo, el liderazgo en un proceso como este debe asumir la tarea de crear, perfeccionar y aplicar nuevas y diversas estrategias que obliguen al enemigo a mantener el desgaste.

La lucha en Honduras no luce fácil. Muy probablemente esto se alargará mucho mas allá del desenlace de la coyuntura actual. No se ve el camino hacia una victoria popular total que nos libere de la oligarquía que hoy nos oprime. Todo parece indicar que esto solo se podrá lograr mediante un dialogo sesgado a favor de los golpistas.
No creo que sea una buena idea que el presidente Zelaya se inmole dentro de la embajada brasileña. Y este no es un comentario oportunista ni traidor. Antes del presidente Zelaya se había producido un desarrollo sostenido pero marginal de las bases populares de los movimientos sociales. Después de tres años de trabajo, el presidente Zelaya, aun cuando incluyó un gran numero de traidores entre sus colaboradores en el gobierno, logro un significativo crecimiento de la necesidad por un cambio estructural serio creció entre las masas.
El golpe disparó eventos que de otra manera hubieran permanecido esencialmente estáticos. La sola integración del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, es una victoria frente a los golpistas. El crecimiento masivo del frente es también un éxito, incluso los niveles de organización logrados en este corto tiempo son dignos de elogio: Pero nos falta, nos falta aprendizaje, nos falta rapidez de análisis, cosas que se ganan en la batalla.
El retorno del presidente la semana anterior demostró la solidez de su imagen frente al pueblo hondureño, así como su capacidad de convocatoria entre los sectores mas pobres de la sociedad. Separar la lucha del presidente de la del pueblo es muy peligroso. No se trata de entender los sucesos como eventos mecánicos, que los mismos son procesos que suceden uno después del otro. Eso no es dialectico; es anti histórico.
El dirigente del Frente Nacional de Resistencia Juan Barahona decía a AP con gran acierto que “... esta lucha es pacifica, pero eso puede cambiar; en la medida que nos reprimen nos orillan a buscar otras formas de lucha...” (Traducido del artículo en inglés). Queda clara la consciencia que el dirigente tiene sobre la marcha de los acontecimientos.
Bajo las circunstancias nuestros dirigentes necesitan poner atención a las señales que vienen del régimen, así como aquellas que provienen de las masas mismas. La coordinación de acción con el presidente es crucial. Por cierto que el presidente había llamado a una gran movilización el día lunes y el Frente actuó en concordancia con ese llamado.
Hoy debemos tener varias estrategias y eventos por desarrollar. El desafío a las arbitrariedades del régimen deben darse de mil formas, procurando por sobre todas las cosas mantener la seguridad de las personas: el camino para llegar a esto radica en el incremento significativo de la organización y la concientización.
Recordemos que estos dos factores no llegan con la marcha, se necesita que se transmitan a los miembros las ideas de lo que debemos hacer. Cada marcha que pasa deberíamos estar mas preparados sobre que es lo que vamos a hacer, que hacer en caso de que nos agredan, donde y como replegarnos.
Debemos actuar como una resistencia y olvidarnos de los intereses de unos pocos. Además es importante que los que saben mas se dirijan con respeto a los que saben menos. Si vamos a cambiar cualitativamente, debemos aprender a olvidar la verticalidad en las ideas y aprender a transmitirlas efectivamente y con respeto a los demás.
También es imperativo que nuestros líderes entiendan que las luchas están en los barrios; en las radios cerradas, en las universidades y en la embajada donde el presidente permanece prisionero de los fascistas y sionistas. También hay que extender el alcance de la lucha a todas las regiones del país. Hasta ahora la autonomía de los miembros en el resto del país ha dado buenos resultados, pero las acciones deben ser cada vez mas coordinadas.
No creo que una persona sea mas digna por participar o no en una marcha especifica. Una persona en resistencia es mucho mas que un marchante. La marcha ha cumplido un gran papel en la ganancia de consciencia; ha sido una escuela de lucha para el pueblo; pero el no asistir a una convocatoria en especial no hace a nadie menos digno. Esa apreciación es muy peligrosa, y puede tener efectos negativos en la actitud de las masas.
La participación del pueblo tiene un valor macroscópico, pero también se mide por individuos, a mas individuos conscientes mejor. Tampoco debe asumirse que porque ya fue reprimida la gente esta lista para seguir siendo reprimida. La gente tiene una gran consciencia, pero es igualmente susceptible de muchos estímulos.
Aquellos que nos creemos doctos en todo lo que es correcto para el proceso, deberíamos evitar pensar que los demás piensan como nosotros. Al contrario, debemos ser mas humanos, así ganaremos mas firmeza entre los que nos acompañan en este momento histórico tan importante.
Como dije en párrafos anteriores, nos falta aprender mucho. La autocritica es productora fecunda de ideas, de trabajo, de logros, de victorias.
Todos estamos en un proceso liberador, y debemos entender y rectificar cuando haga falta. El presidente Zelaya se encuentra bajo un gran nivel de tensión, por lo que nosotros nos vemos obligados a asumir responsabilidades fundamentales para el éxito de nuestra lucha.
Sé que hay muchos análisis y analistas, unos mas respetados que otros, el momento exige el concurso de todos, en medio del pueblo para aportar lo que podemos aportar.
Deberíamos encontrar la forma de utilizar una escuela morazánica de concientización popular, olvidarnos por un rato de los Pepe Lobo, los Elvin Santos, y tantos otros sujetos que no traen mas que desgracia a nuestro pueblo.
La única victoria que no nos pueden arrancar a la fuerza es la consciencia, ayudemos en concientizar a nuestros compañeros de al lado. Esa es nuestra misión.

Ricardo Arturo Salgado es Investigador Social

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