martes, 29 de septiembre de 2009
Explota crisis en Honduras: Persecución y compras de pánico bajo la represión golpista
Por Laura Carlsen* - Ircaméricas
El régimen golpista hondureño ha renunciado a cualquier pretensión o apariencia de legalidad durante los últimos pocos días, en que ha entrado a una fase de represión desesperada desde el retorno del Presidente Manuel Zelaya el 21 de septiembre y el aumento de las movilizaciones populares en contra del golpe.
La marcha de la resistencia ayer 22 de septiembre arrojó gran cantidad de detenidos, perseguidos y golpeados. Las fotografías revelan la brutalidad de la tortura que han padecido los manifestantes arrestados. De vecindarios de Tegucigalpa informan que tanques militares se han lanzado contra grupos de manifestantes para dispersarlos. Las Fuerzas Armadas tienen amenazados a los dirigentes del movimiento y buscan principalmente a maestros y jóvenes.
El régimen golpista levantó ayer el toque de queda general durante varias horas, lo que hizo que la población se lanzara a compras de pánico y se aglomerara en los bancos. Luego se reimpuso el toque de queda "indefinidamente", lo que ocasionó mayor pánico si cabe. Las presiones del gobierno estadounidense y otros llevaron al régimen golpista, cada vez más errático, a levantar el toque de queda el día de hoy.
Pero nadie sabe cuánto durará el respiro ya que el régimen depende de la represión para mantener en el poder. Asimismo ello implica más gente en las calles que estará sujeta a arrestos arbitrarios y golpizas.
En Tegucigalpa las manifestaciones han crecido día con día pese a los toques de queda, retenes y represión. En toda la ciudad capital y en muchas otras ciudades los barrios se han organizado y todos los días se realizan protestas.
Hace unos momentos, Jessica Sánchez, de Feministas en Resistencia, envió esta información sobre cómo la policía está haciendo incluso redadas en hospitales para capturar manifestantes heridos después de golpearlos:
"Acabo de regresar del hospital donde llevé a mis hermanos, a quienes la policía arrestó después de la marcha y los golpeó salvajemente mientras les gritaban que así aprenderían a no andarse metiendo en marchas y que Mel no podía salvarlos de ser apaleados. Uno de mis hermanos (de 21 años de edad) tiene contusiones pulmonares por la golpiza y el otro tiene las dos manos fracturadas… También detuvieron a varias compañeras de Feministas en Resistencia a quienes luego liberaron porque portaban identificación como miembros del Observatorio Femenino de Derechos Humanos. Lo que me parece increíble es que los policías están sacando gente (la mayoría jóvenes) del hospital… Están entrando a los hospitales cada dos horas para ver a quienes sacan. ¡NO PODEMOS PERMITIR ESTO! La Cruz Roja no ha hecho nada, pero dentro del hospital hay enfermeros y miembros de la resistencia de quienes recibimos una gran ayuda."
Recibimos informes de policías que cazan a los manifestantes en motocicleta como si fueran animales. Un niño de ocho años se convirtió en la última víctima—y no por coincidencia, del lado antigolpista—al morir ayer de asfixia causada por gas lacrimógeno.
Juan Almendares, del Centro Hondureño para la Prevención de la Tortura, informa que Honduras se ha convertido en "la cárcel más grande del mundo". Comenta: "Hay aquí un estado de sitio permanente. Ni siquiera se permite que las organizaciones de derechos humanos y paramédicos atiendan a los torturados y heridos. La oficina del Comité para las Familias de los Desaparecidos fue bombardeada con gas lacrimógeno… Los niños y los enfermos en los hospitales sufren desnutrición ya que con el toque de queda, que es sentencia de muerte, no reciben alimentos y están muriendo de hipoglucemia."
Estos hechos son indiscutibles y han sido corroborados y denunciados en los últimos días. Amnistía Internacional calificó la situación de "alarmante", y convocó al régimen de facto a "cesar la política de la represión y la violencia y respetar en cambio los derechos de libertad de expresión y asociación", agregando, "También instamos a la comunidad internacional a buscar una solución urgente antes de que Honduras se hunda en una crisis de derechos humanos aún más profunda." La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha solicitado permiso (de la OEA) para enviar una delegación de emergencia.
En la arena internacional, el Presidente brasileño Lula da Silva empleó su alocución a la Asamblea General de la ONU para llamar a la reinstalación inmediata del Presidente Zelaya, quien continúa refugiado en la Embajada Brasileña en Tegucigalpa.
"La comunidad internacional exige que el Sr. Zelaya regrese inmediatamente a la presidencia de su país y debe estar alerta para asegurar la inviolabilidad de la misión diplomática de Brasil en la capital de Honduras", señaló.
Las organizaciones internacionales se han unido al gobierno brasileño en su llamado al Consejo de Seguridad de la ONU. El Secretario General de la ONU anunció que el apoyo de la organización a las elecciones hondureñas programadas para el 29 de noviembre ha sido suspendido debido a la falta de los requisitos mínimos para unas "elecciones creíbles" bajo el régimen golpista. Las fuerzas antigolpistas han jurado boicotear las elecciones y el nuevo gobierno de derecha de Panamá quedó solo al sostener que sí reconocería los resultados de las mismas.
La situación ha alcanzado las proporciones de una crisis a todos los niveles. Se requieren acciones urgentes de todos quienes creen en la democracia y buscan detener el derramamiento de sangre y evitar el terrible precedente de régimen sostenido por la fuerza en el hemisferio.
Para actuar:
1.- Contacta aquí al Departamento de Estado de E.U. Encuentra mayor información aquí.
2.- Envía apoyos organizacionales a la petición que aparece abajo dirigida al Consejo de Seguridad de la ONU, a:
Carta Abierta a los Miembros del Consejo de Seguridad para la Resolución de la Crisis en Honduras:
Estimado Embajador:
Como organizaciones y redes feministas y grupos de mujeres que nos esforzamos por enfrentar la crisis causada por el reciente golpe de estado en Honduras, esperamos que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas actúe urgentemente para resolver esta crisis. Convocamos al Consejo de Seguridad a condenar las acciones represivas contra el pueblo hondureño, a proteger a la población civil de Honduras y respaldar un regreso inmediato al orden constitucional de conformidad con los tratados y convenios internacionales existentes de los cuales el Estado de Honduras es signatario.
Esperamos que su gobierno, como miembro del Consejo, respalde una declaración enérgica y apremiante de la comunidad internacional, así como su respaldo a medidas urgentes e inmediatas para resolver la situación de la seguridad en Honduras y para proteger y salvaguardar los derechos del pueblo hondureño, incluyendo los de las mujeres, quienes están siendo especialmente afectadas por esta crisis. Este respaldo sería una reafirmación de los compromisos del Consejo de Seguridad expresadas en las resoluciones 1325 y 1820 sobre las mujeres, la paz y la seguridad.
Desde el regreso del presidente electo democráticamente Manuel Zelaya a Honduras el 21 de septiembre, el país ha visto un incremento dramático de la violencia de parte de las fuerzas militares y policíacas, causa de una mayor inseguridad para el pueblo de Honduras y la suspensión de sus libertades civiles como secuela de las órdenes del régimen de facto:
* Se decretó un toque de queda injustificado que comenzó el 21 de septiembre de 2009 para suprimir las reuniones pacíficas en apoyo al regreso del Presidente Zelaya, incluyendo la supresión violenta de la reunión de gran cantidad de gente fuera de la Embajada de Brasil en Tegucigalpa. Se cortó la energía eléctrica durante 48 horas y hubo gran difusión de informes de violaciones a derechos humanos cometidos como reacción a dichas reuniones.
* A las 5 a.m. del 22 de septiembre, contingentes policiacos y militares, usando gas lacrimógeno, tintes líquidos, alarmas estridentes, golpizas y balas, retiraron por la fuerza a quienes permanecían frente a la embajada brasileña. Hay informes preliminares de la muerte de tres personas por heridas de bala en la cabeza y de un niño de ocho años de edad debido a asfixia provocada por gas lacrimógeno.
* Las personas que permanecieron cerca de la embajada, entre ellos muchos niños, se encuentran en estado de sitio y no se les permite acceso a comida ni agua. Además, se está restringiendo gravemente la libertad de prensa y miembros de los medios de comunicación internacionales que se hallaban en o cerca de la embajada brasileña han sido golpeados y retirados violentamente por la policía.
* Todos aquellos que se dirigían hacia la embajada brasileña desde diferentes partes de la ciudad y del país entero han sido detenidos en los caminos y se ha restringido su libertad de movimiento. Los militares han instalado retenes para evitar la entrada de convoyes a la ciudad.
* Las personas arrestadas o heridas se encuentran encerradas en prisiones ilegales, como los improvisados en el estadio de Chochi Sosa y en la base militar San Francisco. En San Pedro Sula se está llevando a los detenidos al Estadio Olímpico. En los informes, el número de detenidos varía entre 150 y 1,000. Los militares han detenido incluso a personas atendidas en hospitales. Esta situación es reminiscente del golpe de estado en Chile en 1973, cuando miles de personas inocentes fueron capturadas y detenidas en el estadio de la ciudad de Santiago.
* En medio de todo esto, las mujeres hondureñas se encuentran en una situación particularmente vulnerable tanto como participantes en la resistencia como en su carácter de familiares de los detenidos. Los resultados preliminares de la Misión Investigadora Feminista que en agosto llevó a cabo una delegación de defensores de derechos humanos de Estados Unidos, Canadá, México y Centroamérica documentaron numerosos casos de abuso y acoso sexual cometidos por las fuerzas policíacas. Estos hechos y otros informes de otras muchas misiones de investigación en Honduras a consecuencia del golpe de estado confirman que son indispensables acciones enérgicas.
Esperamos recibir su apoyo para la resolución urgente de esta crisis.
* Laura Carlsen (lcarlsen(a)ciponline.org) es directora del Programa de las Américas (www.americaspolicy.org) para el Center for International Policy (Centro para la Política Internacional) en la Ciudad de México.
El régimen golpista hondureño ha renunciado a cualquier pretensión o apariencia de legalidad durante los últimos pocos días, en que ha entrado a una fase de represión desesperada desde el retorno del Presidente Manuel Zelaya el 21 de septiembre y el aumento de las movilizaciones populares en contra del golpe.
La marcha de la resistencia ayer 22 de septiembre arrojó gran cantidad de detenidos, perseguidos y golpeados. Las fotografías revelan la brutalidad de la tortura que han padecido los manifestantes arrestados. De vecindarios de Tegucigalpa informan que tanques militares se han lanzado contra grupos de manifestantes para dispersarlos. Las Fuerzas Armadas tienen amenazados a los dirigentes del movimiento y buscan principalmente a maestros y jóvenes.
El régimen golpista levantó ayer el toque de queda general durante varias horas, lo que hizo que la población se lanzara a compras de pánico y se aglomerara en los bancos. Luego se reimpuso el toque de queda "indefinidamente", lo que ocasionó mayor pánico si cabe. Las presiones del gobierno estadounidense y otros llevaron al régimen golpista, cada vez más errático, a levantar el toque de queda el día de hoy.
Pero nadie sabe cuánto durará el respiro ya que el régimen depende de la represión para mantener en el poder. Asimismo ello implica más gente en las calles que estará sujeta a arrestos arbitrarios y golpizas.
En Tegucigalpa las manifestaciones han crecido día con día pese a los toques de queda, retenes y represión. En toda la ciudad capital y en muchas otras ciudades los barrios se han organizado y todos los días se realizan protestas.
Hace unos momentos, Jessica Sánchez, de Feministas en Resistencia, envió esta información sobre cómo la policía está haciendo incluso redadas en hospitales para capturar manifestantes heridos después de golpearlos:
"Acabo de regresar del hospital donde llevé a mis hermanos, a quienes la policía arrestó después de la marcha y los golpeó salvajemente mientras les gritaban que así aprenderían a no andarse metiendo en marchas y que Mel no podía salvarlos de ser apaleados. Uno de mis hermanos (de 21 años de edad) tiene contusiones pulmonares por la golpiza y el otro tiene las dos manos fracturadas… También detuvieron a varias compañeras de Feministas en Resistencia a quienes luego liberaron porque portaban identificación como miembros del Observatorio Femenino de Derechos Humanos. Lo que me parece increíble es que los policías están sacando gente (la mayoría jóvenes) del hospital… Están entrando a los hospitales cada dos horas para ver a quienes sacan. ¡NO PODEMOS PERMITIR ESTO! La Cruz Roja no ha hecho nada, pero dentro del hospital hay enfermeros y miembros de la resistencia de quienes recibimos una gran ayuda."
Recibimos informes de policías que cazan a los manifestantes en motocicleta como si fueran animales. Un niño de ocho años se convirtió en la última víctima—y no por coincidencia, del lado antigolpista—al morir ayer de asfixia causada por gas lacrimógeno.
Juan Almendares, del Centro Hondureño para la Prevención de la Tortura, informa que Honduras se ha convertido en "la cárcel más grande del mundo". Comenta: "Hay aquí un estado de sitio permanente. Ni siquiera se permite que las organizaciones de derechos humanos y paramédicos atiendan a los torturados y heridos. La oficina del Comité para las Familias de los Desaparecidos fue bombardeada con gas lacrimógeno… Los niños y los enfermos en los hospitales sufren desnutrición ya que con el toque de queda, que es sentencia de muerte, no reciben alimentos y están muriendo de hipoglucemia."
Estos hechos son indiscutibles y han sido corroborados y denunciados en los últimos días. Amnistía Internacional calificó la situación de "alarmante", y convocó al régimen de facto a "cesar la política de la represión y la violencia y respetar en cambio los derechos de libertad de expresión y asociación", agregando, "También instamos a la comunidad internacional a buscar una solución urgente antes de que Honduras se hunda en una crisis de derechos humanos aún más profunda." La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha solicitado permiso (de la OEA) para enviar una delegación de emergencia.
En la arena internacional, el Presidente brasileño Lula da Silva empleó su alocución a la Asamblea General de la ONU para llamar a la reinstalación inmediata del Presidente Zelaya, quien continúa refugiado en la Embajada Brasileña en Tegucigalpa.
"La comunidad internacional exige que el Sr. Zelaya regrese inmediatamente a la presidencia de su país y debe estar alerta para asegurar la inviolabilidad de la misión diplomática de Brasil en la capital de Honduras", señaló.
Las organizaciones internacionales se han unido al gobierno brasileño en su llamado al Consejo de Seguridad de la ONU. El Secretario General de la ONU anunció que el apoyo de la organización a las elecciones hondureñas programadas para el 29 de noviembre ha sido suspendido debido a la falta de los requisitos mínimos para unas "elecciones creíbles" bajo el régimen golpista. Las fuerzas antigolpistas han jurado boicotear las elecciones y el nuevo gobierno de derecha de Panamá quedó solo al sostener que sí reconocería los resultados de las mismas.
La situación ha alcanzado las proporciones de una crisis a todos los niveles. Se requieren acciones urgentes de todos quienes creen en la democracia y buscan detener el derramamiento de sangre y evitar el terrible precedente de régimen sostenido por la fuerza en el hemisferio.
Para actuar:
1.- Contacta aquí al Departamento de Estado de E.U. Encuentra mayor información aquí.
2.- Envía apoyos organizacionales a la petición que aparece abajo dirigida al Consejo de Seguridad de la ONU, a:
Carta Abierta a los Miembros del Consejo de Seguridad para la Resolución de la Crisis en Honduras:
Estimado Embajador:
Como organizaciones y redes feministas y grupos de mujeres que nos esforzamos por enfrentar la crisis causada por el reciente golpe de estado en Honduras, esperamos que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas actúe urgentemente para resolver esta crisis. Convocamos al Consejo de Seguridad a condenar las acciones represivas contra el pueblo hondureño, a proteger a la población civil de Honduras y respaldar un regreso inmediato al orden constitucional de conformidad con los tratados y convenios internacionales existentes de los cuales el Estado de Honduras es signatario.
Esperamos que su gobierno, como miembro del Consejo, respalde una declaración enérgica y apremiante de la comunidad internacional, así como su respaldo a medidas urgentes e inmediatas para resolver la situación de la seguridad en Honduras y para proteger y salvaguardar los derechos del pueblo hondureño, incluyendo los de las mujeres, quienes están siendo especialmente afectadas por esta crisis. Este respaldo sería una reafirmación de los compromisos del Consejo de Seguridad expresadas en las resoluciones 1325 y 1820 sobre las mujeres, la paz y la seguridad.
Desde el regreso del presidente electo democráticamente Manuel Zelaya a Honduras el 21 de septiembre, el país ha visto un incremento dramático de la violencia de parte de las fuerzas militares y policíacas, causa de una mayor inseguridad para el pueblo de Honduras y la suspensión de sus libertades civiles como secuela de las órdenes del régimen de facto:
* Se decretó un toque de queda injustificado que comenzó el 21 de septiembre de 2009 para suprimir las reuniones pacíficas en apoyo al regreso del Presidente Zelaya, incluyendo la supresión violenta de la reunión de gran cantidad de gente fuera de la Embajada de Brasil en Tegucigalpa. Se cortó la energía eléctrica durante 48 horas y hubo gran difusión de informes de violaciones a derechos humanos cometidos como reacción a dichas reuniones.
* A las 5 a.m. del 22 de septiembre, contingentes policiacos y militares, usando gas lacrimógeno, tintes líquidos, alarmas estridentes, golpizas y balas, retiraron por la fuerza a quienes permanecían frente a la embajada brasileña. Hay informes preliminares de la muerte de tres personas por heridas de bala en la cabeza y de un niño de ocho años de edad debido a asfixia provocada por gas lacrimógeno.
* Las personas que permanecieron cerca de la embajada, entre ellos muchos niños, se encuentran en estado de sitio y no se les permite acceso a comida ni agua. Además, se está restringiendo gravemente la libertad de prensa y miembros de los medios de comunicación internacionales que se hallaban en o cerca de la embajada brasileña han sido golpeados y retirados violentamente por la policía.
* Todos aquellos que se dirigían hacia la embajada brasileña desde diferentes partes de la ciudad y del país entero han sido detenidos en los caminos y se ha restringido su libertad de movimiento. Los militares han instalado retenes para evitar la entrada de convoyes a la ciudad.
* Las personas arrestadas o heridas se encuentran encerradas en prisiones ilegales, como los improvisados en el estadio de Chochi Sosa y en la base militar San Francisco. En San Pedro Sula se está llevando a los detenidos al Estadio Olímpico. En los informes, el número de detenidos varía entre 150 y 1,000. Los militares han detenido incluso a personas atendidas en hospitales. Esta situación es reminiscente del golpe de estado en Chile en 1973, cuando miles de personas inocentes fueron capturadas y detenidas en el estadio de la ciudad de Santiago.
* En medio de todo esto, las mujeres hondureñas se encuentran en una situación particularmente vulnerable tanto como participantes en la resistencia como en su carácter de familiares de los detenidos. Los resultados preliminares de la Misión Investigadora Feminista que en agosto llevó a cabo una delegación de defensores de derechos humanos de Estados Unidos, Canadá, México y Centroamérica documentaron numerosos casos de abuso y acoso sexual cometidos por las fuerzas policíacas. Estos hechos y otros informes de otras muchas misiones de investigación en Honduras a consecuencia del golpe de estado confirman que son indispensables acciones enérgicas.
Esperamos recibir su apoyo para la resolución urgente de esta crisis.
* Laura Carlsen (lcarlsen(a)ciponline.org) es directora del Programa de las Américas (www.americaspolicy.org) para el Center for International Policy (Centro para la Política Internacional) en la Ciudad de México.
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